Hablando sobre la cobarde dictadura y los valientes

Ya no tienen empacho en publicarlo: “les queda menos de 6 meses”, dicen. ¿Qué insinúan? ¿Acaso se refieren a que destruirán la República después de las elecciones y encarcelarán o asesinarán a sus enemigos?

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Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por José Miguel Fortín Magaña

2020-09-21 8:09:31

El 19 de este mes, sin más excusas y siendo de los últimos en hacerlo, el gobierno de El Salvador debió abrir el aeropuerto para el tráfico aéreo general, más allá de los vuelos reservados para sus amigos o para empresarios genuflexos; pero al hacerlo, volvió a incumplir la ley, cuando la Sala Constitucional le advirtió que no podía impedir la entrada de los salvadoreños ni limitar su libre circulación, por lo que el tiránico gobernante ordenó a las líneas aéreas que no admitieran pasajeros si no tenían la prueba que al dictador se le apetecía, con firma y sello, aunque así no se estile en otros países.
La historia tiene que ver con el capricho número un millón del gran führer guanaco, quien había ordenado para entrar a la República que él ya considera de su propiedad, la prueba de PCR para COVID-19, aun cuando el virus ya circula dentro del país; y que su inventor, el doctor Kary Mullis, Nobel de Química en 1993, ha reiterado que no sirve para cuantificar el virus y que ésta produce innumerables falsos positivos.
Hace unos días el vicepresidente insistía en que no había una sola ocasión en que Bukele y sus lugartenientes hubieran desacatado una disposición de la Corte o incumplido con la ley; será que vivimos en universos paralelos, pero, la verdad, yo lo he visto en franco desafío con los otros órganos del Estado desde hace meses y el actual es otro ejemplo del desacato, ya no solo de él, sino de los matones que lo secundan y que son funcionarios, como el señor Anliker, no el Ministro, que no ha dicho nada sobre esto, sino el presidente de CEPA, quien por cierto no tiene fuero y ha caído en un delito (o varios) al desatender el mandato judicial.
La cosa en El Salvador es terrible y ya ha comenzado la persecución política. Ninguna persona puede opinar diferente ni criticar al omnímodo gobierno; y si alguien lo hace, será perseguido por los rapaces funcionarios del Ejecutivo y tirado a las hienas cibernéticas comandadas por la carroña pestilente de Walter Araujo y otras alimañas semejantes. Este gobierno en boca de su presidente, al referirse a sus detractores, ha usado epítetos como los de malditos, desgraciados, asesinos, ratas, ladrones y cuanta otra ofensa se le ocurra, para continuar escondiéndose en su propio fuero, mientras ha ocultado información sobre el aparente pacto que ha establecido con las pandillas y ha viciado cualquier mecanismo contralor.
Delante de todo esto, un salvadoreño decente, piloto de un avión, indignado por los desmanes totalitarios del primer empleado de la República, el bachiller Bukele, al ver que le impedían el abordaje a sus pasajeros y al ser obligado a pilotar un avión vacío, expresó su malestar contra el evidente culpable del ilícito, que es el gobierno (cosa que como salvadoreño puede hacer ampliamente) y desde entonces ha sido atacado y amenazado. Curioso resulta que Anliker y Araujo le piden respeto, e inmediatamente el primero lo amenaza laboralmente y el segundo lo insulta y atropella el buen nombre de su familia, igual que lo hiciera en el pasado contra una niña que se atrevió a decir algo que a ese parásito no le gustaba, sobre la hija del presidente. Ese es el método de los matones de Bukele y acaso por eso es imposible que publiquen en que gastan el dinero.
En eso se ha convertido El Salvador, en una tierra de aduladores y empleados; o de odiados por la familia imperial; y ya no tienen empacho en publicarlo: “les queda menos de 6 meses”, dicen. ¿Qué insinúan? ¿Acaso se refieren a que destruirán la República después de las elecciones y encarcelarán o asesinarán a sus enemigos? A mí, como a muchos, no tendrán que buscarnos en lo oscuro. Nosotros, como escribió alguna vez mi abuelo, en su poesía “A los viles”, damos siempre la cara: “…no me podrán cejar malsines; yo soy contrario de lo ruin y bajo; siempre estaré junto a los grandes fines”.

Médico Psiquiatra.