Los Acuerdos de Paz estorban el autoritarismo del régimen de Bukele

El cardenal Gregorio Rosa Chávez llamó a los salvadoreños a “recuperar la memoria” sobre su historia y “el espíritu de los Acuerdos de Paz” de 1992, los que el presidente se empeña en calificar como “una farsa”

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Foto: AFP

Por El Diario de Hoy

2022-01-24 6:43:10

Los Acuerdos de Paz pusieron fin a 12 años de guerra y las muertes de decenas de miles de salvadoreños... El régimen de Bukele revierte lo alcanzado, volviendo a sembrar el odio y la división entre los salvadoreños y concentrar en sus manos el poder, como en los tiempos de las dictaduras.

Los acuerdos separaron al Ejército de los cuerpos de seguridad pública para profesionalizar el estamento castrense y volver al control civil de la policía; el régimen ha vuelto a mezclar ambas instituciones y usarlas como su guardia pretoriana, de hecho remilitarizando la sociedad.

Los acuerdos restablecieron la libertad de expresión, permitiendo que los ciudadanos pudieran manifestarse sin temor a ser perseguidos y encarcelados... el régimen vigila e intimida a los periodistas y bloquea de manera sucia las manifestaciones populares en su contra.

Los acuerdos fortalecieron la independencia del poder Judicial y el Ministerio Público. Ahora ambas instituciones se muestran como apéndices de la casa de gobierno y El Salvador ha vuelto a tener presos políticos y exiliados.
Los acuerdos promovieron el pluralismo político, pero con el régimen actual hemos vuelto a un país bajo un partido único, ya que la espuria Asamblea se usa como una aplanadora para parir leyes y procedimientos contrarios a la Constitución y los derechos humanos.

Los acuerdos dieron paso al fortalecimiento y creación de instituciones de frenos y contrapesos y lucha contra la corrupción, como la Procuraduría para los Derechos Humanos, el Instituto de Acceso a la Información Pública, el Tribunal de Ética Gubernamental, los cuales ahora se han atrofiado a conveniencia del grupo en el poder.
Bukele intenta crear la idea entre los salvadoreños de que los Acuerdos de Paz fueron una “farsa”, para en tal forma concentrar el poder en su familia.

Los Acuerdos de Paz no fueron perfectos, pues es innegable que dejaron vacíos como la inseguridad en los barrios y el campo por la abrupta supresión de los cuerpos de seguridad, lo cual dio lugar a la formación de pandillas. El partido comunista, después de firmados los acuerdos, continuó secuestrando, un hecho que pesa sobre familias arruinadas, a lo que se suma la insistencia de la izquierda chavista de promover la lucha de clases y la corrupción.

Fue muy grave no haber previsto estos hechos ni consolidar la independencia del poder judicial y la seguridad ciudadana, así como no promover el desarrollo social y el bien común y armonía tanto de producto- res como de trabajadores, sino su división.

Sin embargo, con sus virtudes y graves defectos, los Acuerdos de Paz abrieron paso a décadas de pacificación y desarrollo y debate político sin temores.

Siempre es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad...

El régimen quiere reescribir la historia y presentarse como el nuevo mesías

Como dice el exembajador venezolano Diego Arria —embajador de un gobierno elegido democráticamente, no de los déspotas que dominan ahora—, la intención del régimen de Bukele de re-escribir la historia sólo busca apoderarse de las mentes de los salvadoreños y mantenerlas cautivas, mientras desmonta las instituciones que luego los salvadoreños necesitarán para frenar los abusos y la corrupción desatada desde 2019.

Los Acuerdos de Paz le estorban al régimen de Bukele que, como los sanguinarios jemeres rojos en Camboya en 1975, después dirá que el mundo se creó el día en que llegó al poder y que no hay más dios que él.