En medio del temor al contagio de COVID-19 y las tormentas que causaron tanto daño y sufrimiento a miles de salvadoreños, los promotores de la industria del aborto, nacionales e internacionales, no descansan en su afán de legalizar el delito de matar salvadoreños por nacer, publicando mentiras sobre casos de mujeres condenadas por homicidios agravados contra sus hijos recién nacidos. Es decir que además promueven infanticidios.
La campaña calumniosa de la industria del aborto contra El Salvador es financiada por intereses mezquinos capaces de las peores artimañas para lograr su objetivo y lamentablemente es repetida por algunos medios nacionales. Están usando y manipulando casos que no tienen nada que ver con abortos. Son mujeres que llegaron al hospital con sangrado vaginal, ocultando su parto, pero al buscar a los bebés los encontraron estrangulados, apedreados, fracturados del cuello, acuchillados, abandonados fosas sépticas o escondidos dentro de bolsas plásticas. Todos eran bebés de término que respiraron pero fueron cruelmente asesinados. Sin embargo, cuando los aborteros logran liberar a estas mujeres, las convierten en heroínas y víctimas, llevándolas en giras a otros países difundiendo sus falsedades.
Hace unos días, de forma cuestionable, la Magistrada Dora Rivas (quien participó en un foro que defendía estos casos, organizado por una revista y la embajada de España) absolvió a Evelyn, cuya hija de 51 centímetros fue encontrada en una letrina, muriendo por inhalación de heces. En el informe del dictamen desfavorable de la CSJ en 2014, a la solicitud de indulto, el análisis psicológico señala que Evelyn “acepta el delito fríamente…justificándolo y racionalizándolo… por tanto no ha desarrollado empatía hacia la víctima”. Asimismo, las evaluaciones sociológicas exponen que “proyecta posturas egocéntricas, narcisistas…posee un nivel de agresividad…índice de peligrosidad media”. Quedaremos a la espera de la respuesta de la Fiscalía.
Por otro lado, el caso “Manuela” está siendo usado por la Corte IDH para demandar a nuestro país como presión para legalizar el negocio del aborto. Esperamos la defensa del gobierno ante esta demanda.
En El Salvador no hay ni un medio de difusión serio que haya publicado las mentiras repetidas en los medios de propaganda internacionales, de que acá “se odia y persigue a las mujeres”; que “están presas cientos de mujeres por aborto”; que “se les da 40 años de prisión a mujeres pobres que tuvieron abortos espontáneos”, “emergencias obstétricas” o “partos extrahospitalarios”. Esto es absurdo. El aborto espontáneo no es penado. Ni siquiera hay mujeres presas por aborto provocado. ¿Por qué? Porque la pena para el aborto provocado es de 2 a 8 años (no 40) y los jueces no las odian ni las persiguen sino que les dan medidas sustitutivas, excarcelables.
Los salvadoreños estamos hartos de la falta de respeto e insultos de actores, embajadores, injerencia internacional y “periodistas” extranjeros embusteros que nos acusan de tener una “ley medieval, draconiana” cuando en realidad tenemos una legislación que debería de ser modelo para el resto del mundo pues es de las pocas que protege la igualdad de DDHH para todas las personas.
¿Por qué mienten? Porque saben que nadie apoyaría el infanticidio que ellos defienden y porque ya se sabe que ellos se lucran de mujeres con embarazos en dificultades explotándolas, matando a sus hijos por nacer. Menos mal los salvadoreños somos pro vida y sabemos que las mujeres embarazadas con problemas necesitan todo nuestro apoyo, no violencia y muerte.
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