A la Fuerza Armada…

A partir de 1992 nunca había estado la conducción institucional sacrificando los ideales de nuestra Nación en aras de intereses de una persona y de un partido de gobierno. Mantengo la esperanza de ver resurgir mi querida FAES con patriotismo, honor y dignidad, en defensa de la Patria.

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Foto EDH/ Archivo

Por Mauricio Ernesto Vargas

2020-12-27 5:50:02

Escribo estas líneas haciendo un llamado a la conciencia de los hombres que hemos portado el uniforme de nuestra Institución Armada, ayer, hoy y mañana, al impulso de la consagración al deber y al patriotismo, que ennoblecen el alma del soldado. Saludo a los hombres de armas que perdieron sus vidas por adhesión al deber entre las filas del honor patrio para alcanzar la recompensa del silencio y la paz de los incomprendidos.

Nada distinto a mi compromiso con la Patria, nada distinto a mi concepto de lealtad a las instituciones y su destino, me mueve a esta reflexión, sobre la situación de nuestra institución en este momento. Me asiste la autoridad moral de un ejercicio profesional enmarcado en los signos del honor y la dignidad que imprime portar el uniforme militar, el haber luchado por la seguridad de mis compatriotas y haber dialogado por la paz de la Nación.

A 29 años de ese 16 de enero, pareciera que fue ayer, y pareciera como que no tuviese importancia para la vida cotidiana de hoy, pero si cortaron de tajo el conflicto armado interno de nuestro país, y refundaron estructuras políticas para los procesos electorales TSE, nuevo espíritu y doctrina en PNC y FAES, PDDH, y reitero el cese de las armas.

Nuestra institución dio un paso adelante, se reconvirtió, dejando el papel político de antaño, es decir, fin a la instrumentalización para la obtención y conservación del poder de gobernantes de turno y convertirse en pilar institucional de la democracia y la defensa de la soberanía. La seguridad pública fue confiada a institucionalidad civil por las no muy buenas experiencias de ayer. Pareciera que esa historia no tiene importancia para nuestro diario vivir. Les cuento: la historia nos enseñó que cuando un presidente se acerca más a las instituciones de seguridad se está anticipado al descontento futuro y cuando cierra su totalitarismo se enrumba a una dictadura; compran obediencia durante la paz para abusar en la crisis. El que compra para llegar, llega para robar y abusar del poder, y se las grafico: todo golpe institucional va precedido de la intervención de las instituciones de seguridad y ustedes ya vivieron el primero de estos síntomas el 9F. También un juez le dijo al director del cuerpo de seguridad que incumplido sus deberes: No se debe interpretar que la resolución es un cheque en blanco, para que usted no cumpla con la Constitución. USTED SE DEBE A LA CONSTITUCIÓN, NO SE DEBE A PERSONAS, NO ESTAMOS EN UNA MONARQUÍA.

Si no están claros, revisen los periódicos, TV. No es por “los mismos de siempre” o la Asamblea Legislativa o la Corte Suprema como se suele justifica; es por la reiterada actuación del presidente sustituyendo por su persona las instituciones y por la complacencia y falta de dignidad del MD, que nos cuesta la restricción de fondos al gasto militar, para garantizar que el financiamiento no subvencione el pisoteo del Estado de Derecho y las libertades en El Salvador, dijo un congresista estadounidense.

Las instituciones son permanentes; las personas, aves de paso. No sacrifiquen la herencia que han depositado en ustedes las generaciones de ayer. El silencio, la inercia y la complicidad no tienen lugar porque nos hundiremos en un proceso destructor. La democracia no convive con la ilegalidad. Recurramos al diálogo y no al golpe; recurramos al diálogo y no a la amenaza; a la paz y no al temor.

Reconozco el papel de comandante general de la FAES del presidente; pero reconozco los atributos de la Institución: profesional, obediente apolítica y no deliberante, como pilares funcionales para el logro de los fines constitucionales, no de ninguna persona en particular. La obediencia está dentro del marco de estricta legalidad; su hermana, la disciplina, imprime racionalidad de comportamiento, un vínculo jurídico entre la institución y las personas, que no es discrecionalidad donde se permita cualquier cosa, como sucede con el actual MD Merino. Todo tiene sus límites y subordinación al derecho, pero principalmente a la constitución. Debemos ser disciplinados con rigor y obediencia a los mandos, estricta disciplina, lo que no equivale a obediencia ciega, mucho menos irracional. El cumplimiento de órdenes está inspirado en valores democráticos, apego irrestricto a la Constitución en todas sus partes. La disciplina es la seguridad nacional política, y se llama ESTADO DE DERECHO, pieza clave para el logro de un fin constitucional.

A partir de 1992 nunca había estado la conducción institucional sacrificando los ideales de nuestra Nación en aras de intereses de una persona y de un partido de gobierno. Mantengo la esperanza de ver resurgir mi querida FAES con patriotismo, honor y dignidad, en defensa de la Patria. Es un momento crucial donde la responsabilidad está en los hombros de los hombres de uniforme. No vayamos a lamentar después estar envueltos en una convulsión social, de la cual serán responsables por no hacer lo que deben hacer en su debido momento como lo demanda la Patria. Ante este reto de la historia no podemos retroceder. HÁGANLO USTEDES, PERO EMPAQUEN BIEN SU PARACAÍDAS…

General retirado, firmante de los Acuerdos de Paz de 1992 y diputado a la Asamblea Legislativa.