La interacción entre la tecnología y el delito

La adopción de tecnología también crea nuevas oportunidades para la comisión de hechos delictivos, convirtiéndose en un blanco más.

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Foto de referencia Pixabay.

Por Carlos Ponce

2019-04-24 4:00:23

He visto a muchos criminólogos perder el interés en la conversación cuando escuchan mencionar las palabras delincuencia y tecnología en la misma oración. Frecuentemente, su percepción es que, para entender el intercambio, necesitan poseer habilidades informáticas avanzadas. Inmediatamente se les vienen a la mente pantallas llenas de códigos de programación, escritos en lenguajes extraños que no comprenden. Así, etiquetan la discusión como un diálogo desconectado de su área de interés y, por tanto, deciden no participar. Sin embargo, al distanciarse de la discusión, se pierden de comprender un punto de vista e información importante relacionada a su especialidad dentro de la disciplina.

Históricamente, la introducción y adopción de avances tecnológicos ha modificado drásticamente los patrones humanos y, en consecuencia, los de victimización. Examinar esta interacción entre el delito y la tecnología es crucial para lograr comprender plenamente la conducta criminal. Esto es especialmente cierto ahora que contamos con tecnología que permite acceder a un mundo digital.

Nunca los avances tecnológicos habían proporcionado un nuevo espacio en el que víctimas y victimarios pudiesen interactuar. El internet y la amplia disponibilidad de potentes equipos que permiten acceder a ella y todos sus recursos con facilidad, cambiaron radicalmente la forma en que interactuamos y desempeñamos tareas básicas. En esencia, el uso de esta tecnología nos facilita hacer muchas cosas.

Las teorías de expansión enmarcan la interacción entre la tecnología y la conducta humana precisamente en este impacto sobre el potencial humano. Según esta perspectiva, los avances tecnológicos aumentan, extienden o complementan nuestras capacidades físicas y sociales. Mejoran la forma en que desempeñamos tareas no-sociales y/o en que interactuamos con nuestro entorno social. Así, por ejemplo, la introducción y adopción de los vehículos automotores amplió nuestra capacidad física para desplazarnos, aumentando así el radio de nuestra actividad física.

La televisión, por otro lado, mejoró la forma en la que nos comunicamos, ampliando de esa forma nuestra capacidad para diseminar contenido.

Estos cambios en nuestros patrones tienen un impacto sobre el delito. La incorporación de avances tecnológicos conlleva más oportunidades para la comisión de ilícitos. Los delincuentes explotan el mejoramiento de las capacidades humanas para cometer delitos. Manteniéndonos con el ejemplo de los vehículos automotores, los criminales utilizaron la capacidad de movilizarse de forma más rápida en vehículo para cometer hechos delictivos en áreas más distantes y en situaciones de las que tenían que huir rápidamente.

La adopción de tecnología también crea nuevas oportunidades para la comisión de hechos delictivos, convirtiéndose en un blanco más. Continuando con el ejemplo de los vehículos, su amplio uso con el tiempo los convirtió en un blanco en sí mismos. A medida fueron transformándose en una herramienta indispensable para el ser humano, empezaron a convertirse en un problema delincuencial. Ahora existen estructuras delincuenciales especializadas exclusivamente en el hurto y robo de vehículos.

Esta misma lógica es útil para examinar el impacto de las tecnologías de información y comunicación (TIC) sobre el delito. Las TIC facilitan la comisión de hechos delictivos tradicionales y su amplia adopción creó nuevos delitos. Por ejemplo, permiten que grupos extremistas amplíen su reclutamiento, radicalizando en línea a personas que residen en lugares distantes. Por otro lado, sin el uso de las TIC hackear sistemas informáticos no sería una posibilidad.

Es importante discutir el impacto de las TIC han tenido sobre el delito y, adicionalmente, sobre nuestras capacidades para ejercer control social. La tecnología, además de facilitar las cosas a los delincuentes, también lo hacen para las autoridades. Los debates criminológicos que examinan el delito, su control y prevención desde esta perspectiva, son fascinantes. Es necesario que discutamos los problemas delincuenciales y sus soluciones desde este punto de vista.

Criminólogo@_carlos_ponce