Todos los “nunca” se llegan

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La Policía asegura tener capturado al principal sospechoso de la desaparición y la masacre de la familia Pimentel en Nahuizalco, Sonsonate. Foto EDH/Archivo.

Por María Alicia de López Andreu

2019-02-08 8:56:01

Y llegó el 3 de febrero. Parecía que nunca, en nuestro país, votarían de nuevo, mayoritariamente, por alguien tan cuestionado, con un currículo oscuro, una religión extraña, una conducta misógina, un ego descomunal, un historial político mentiroso, que presentó un programa de gobierno de copiar y pegar, superior a Funes en soberbia, experto en calumniar y denigrar, rodeado siempre de personajes oscuros, escondido, destilando odio. Una persona cuyo único mérito es haber sabido escoger (desde hace 10 años) a quienes manejarían su imagen y montarían sus cinematográficas apariciones. Todo ha sido “efectos especiales”, hundir a otros para él verse bien, todo ha sido sucio. Pero ganó. ¡Qué tristeza!

Y, ¿ahora?

Tenemos un Presidente electo inadecuado, que gobernará los próximos cinco años. ¡Cinco! Que no intente cambiar la Constitución, como amenazó el Vicepresidente electo, con la que impondrían las barbaridades impuestas en otros países (reelección incluida) en los que, igualmente, eligieron líderes mesiánicos.

Pero, ante todo, deberemos hacer hasta lo imposible por que hagan un buen gobierno.

¿Soy incongruente? No. Precisamente por ser inadecuado para gobernar, necesita del apoyo de todos los salvadoreños, para evitar más daño del que ya sufrimos con otros gobiernos, para que se invierta, generando buenos empleos, mejorando la educación y la salud y poniendo paro a la inseguridad.

La oposición debería estudiar profundamente el plan de gobierno presentado por Carlos Calleja y Carmen Aída Lazo (¡gracias por su incansable trabajo!) para saber lo que conviene y apoyar al nuevo gobierno en aquello que vaya en línea con ese valiosísimo proyecto que, desafortunadamente, no fue entendido por los votantes.

ARENA, como partido opositor mayoritario, UNIDO en la Asamblea, hará bien en apoyar, en lo correcto, al nuevo gobierno; pero oponerse con fuerza y determinación a lo que contraríe sus principios de paz, progreso y libertad. Es inconcebible cómo algunos diputados, nuevecitos, que llegaron a esos cargos por la apertura y apoyo que les dio el partido, ahora busquen 5 minutos de gloria, lanzándose en solitario y quejándose de haber estado “pisoteados”, mostrándose no solo desleales y sin principios, sino “lambiscones” con el Presidente electo. Otra lección, de las muchas, que el 3F ha dejado: en las elecciones internas se cometen graves equivocaciones. ¡Alertas al elegir a sus nuevas autoridades!

Por el bien de El Salvador y de todos los salvadoreños, deseo y espero que los partidos de oposición se recompongan y, junto al nuevo gobierno, den un respiro a nuestro pueblo, tan sacrificado. Ya es hora de que algo bueno suceda.

Muchos opinan que la democracia triunfó el 3F. Opino que triunfó la campaña de odio que hemos venido sufriendo desde hace tantísimo tiempo y que llegó al clímax en la última campaña electoral. Es prioritario contrarrestarla y en esa lucha las iglesias son las llamadas a liderarla. En España, tras la devastadora Guerra Civil, se erigió la Santa Cruz del Valle de los Caídos en la que los monjes benedictinos tienen como misión prioritaria orar permanentemente por la reconciliación entre hermanos, una misión que nuestros sacerdotes y pastores deberían tomar para sí, evitando a toda costa cualquier cosa que pueda ayudar a mantener vivo el odio, en lugar de erradicarlo. Ese ejemplo nos vendrá bien a todos.

Que el Divino Salvador tenga piedad de este país que, inmerecidamente, lleva Su Nombre.

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