Campaña política: distracción, manipulación, engaño y conspiración

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Laboratorios Paill ha sido reconocido por la Asociación Salvadoreña de Industriales por Mejores Prácticas en el sector. Foto EDH/Cortesía

Por Érika Saldaña

2019-01-27 7:00:12

Esta semana la campaña política llega a su fin. Si unimos los procesos electorales de 2018 y 2019, hemos pasado más de un año bombardeados de rostros, colores y banderas políticas. Pero también, sumergidos en un ambiente tóxico: distracción, manipulación, engaño y conspiración. Los partidos han montado una guerra política en televisión, radio y especialmente en redes sociales, con el fin de alterar la percepción que tenemos sobre sus oponentes y que los descartemos para las elecciones del 3 de febrero.

Esta campaña presidencial ha sido hostil. Nos han dado clases de manipulación de la información. Se han tergiversado palabras, imágenes e ideas con la finalidad de hacer quedar mal al contrincante. Se han utilizado noticias falsas para hacernos creer algo que no existe. Buscaron confundir a la población. Ha existido una guerra psicológica contra todo aquel que piense de manera distinta y las redes sociales se convirtieron en una tormenta de suciedad para el que se atreviera a emitir su opinión.

Existió distracción porque los candidatos lanzaron acusaciones a miembros de otros partidos sin tener pruebas contundentes. Hubo manipulación de información al sacar de contexto fotografías de candidatos en mítines, fragmentos de entrevistas editados para hacer sonar mal al oponente, publicar encuestas de algunas casas de dudosa trayectoria. Ha habido engaño al mentir sobre credenciales técnicas de candidatos y mucha conspiración al insinuar fraude electoral.

Todo lo anterior apoyado por propaganda en forma de anuncios, programas de televisión, Facebook lives y redes sociales. Impulsado por voceros reales que se dedican a “neutralizar”, insultar y desprestigiar. Seguido por un grupo de gente pagada, “troles”, “bots” y por fanáticos. Todo con el objetivo de dar la impresión que un gran grupo de personas está en contra de este u otro candidato. Esta ha sido una campaña sucia y los que participaron en esto están sucios.

Lo rescatable, a pesar del ambiente tóxico, es que se ha dado un paso adelante sobre los planes de gobierno. El Salvador es producto de muchas elecciones presidenciales donde la pura emoción y elocuencia de los candidatos fueron la llave de la victoria. Los planes para el país —si es que existieron— fueron creados con base en las coyunturas del momento y no en visiones de lo que queríamos ser como país, qué queríamos producir, qué herramientas educativas debíamos darles a los jóvenes, en qué queríamos que sobresaliera nuestro capital humano.

Como bien lo dijo el ingeniero Mauricio Choussy, los candidatos presidenciales se vieron obligados a identificar los problemas nacionales y proponer soluciones; independientemente si estamos de acuerdo o no con sus propuestas, o si estas son viables o no, o si nos quedaron debiendo explicaciones sobre la forma en que sus planes serían posibles, la sociedad salvadoreña va adquiriendo conciencia de la necesidad de tener planes de acción a largo plazo.

Falta mucho camino que recorrer. Las propuestas deberían ser más detalladas, orientadas a resolver los problemas de raíz y no convertirse en simples placebos. Los partidos políticos, para lograr esto, deben ser también tanques de pensamiento político y no simplemente maquinarias para ganar elecciones. Nosotros por nuestra parte debemos, exigir más y mejores propuestas, cuestionando su alcance.

Por otro lado, el diálogo entre líderes políticos no debería satanizarse o percibirse como arreglos oscuros; los partidos deben trabajar para que los acercamientos sean señal de madurez y el principio de acuerdos en favor de El Salvador. Aunque todos tengamos una visión de la vida distinta e ideologías políticas contrarias, podemos encontrar puntos en común en los temas importantes para todos.

El fin de la campaña política es un alivio. Pero no perdamos de vista que cada elección es una oportunidad de fortalecer la República a través de la participación informada. Así que no crea todo lo que se dice, menos en redes sociales. Infórmese, vaya y vote este domingo.

Abogada