Felicidad circunstancial

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Por Mario Antonio Aguilar Joya

2019-01-18 9:39:39

No es rara la ocasión en que nos es difícil definir entre emociones, estados de ánimo y sentimientos. Sin duda, en ciertos momentos tampoco podemos concretar si lo que sentimos pertenece a uno u otro de los eventos antes mencionados. Aún así, nos atrevemos a precisar cómo nos sentimos en un momento en especial, con la posibilidad que lo hagamos en forma equivocada.

En forma muy breve, las emociones suelen sentirse y surgen como respuesta a un estimulo o evento de algo que nos afecta corporalmente. Suelen ser claramente reconocibles aun cuando sean difíciles de describir con las palabras apropiadas. El doctor en Psicología Paul Ekman es uno de los investigadores que más información han aportado a esta rama del comportamiento, razón por lo que la revista Time lo ha catalogado como uno de los cien personajes más influyentes del siglo XX y para 2014 la misma revista lo evaluó dentro de los quince psicólogos que mayor impacto han tenido en la comprensión humana de las emociones y sentimientos, durante el siglo XXI.

En sus más de cincuenta años de estudio sobre las emociones y sentimientos, el doctor Paul Ekman ha logrado definir que disponemos de al menos siete diferentes tipos de emociones básicas: la tristeza, la sorpresa, el miedo, el desprecio, el asco, la ira y la alegría. El punto interesante es que la respuesta a estas emociones básicas es universal; en otras palabras, responderemos con las mismas expresiones faciales independientemente de nuestra raza, cultura o educación.

Por otro lado, los sentimientos conllevan un componente que compromete nuestro raciocinio. Están conformados por la identificación de varias emociones y estados de ánimo que después de la reflexión, abstracción y argumentación con uno mismo, suelen ser procesados por nuestro cerebro, se afincan y perpetúan en la intimidad de nuestro ser y por tanto son más perdurables que las emociones. El ejemplo típico de sentimiento lo constituye el amor.

De la misma manera, la felicidad que se convierte en un sentimiento más complejo y más profundo que la alegría, sobre la cual sin duda se basa y con la cual a veces se confunde. Por ejemplo no es raro que digamos “que sentimos felicidad” cuando nos encontramos inesperadamente con alguien que nos agrada, cuando en realidad se trata de una emoción que deberíamos definir como alegría.

A este tipo especial de sentimiento que confundimos con emoción, le solemos llamar “felicidad circunstancial”, por ejemplo decimos que nos sentimos felices cuando nuestros hijos se gradúan de la universidad, evento que suele durar muy poco en nosotros y en el graduado, al darse cuenta que después de tanto esfuerzo estudiantil, no encuentra trabajo. Haciendo de este ejemplo, el típico modelo de los “logros vacíos” que en sí mismos suelen ser más duraderos en la parte de lo vacío, que de los logros.

Igualmente es común encontrarnos con personas que “buscan la felicidad” en eventos de la vida que se relacionan con los aspectos materiales o en otro tipo de “logros vacíos”. Solo para darse cuenta de que lo que obtienen es un estado de felicidad circunstancial. Un proceso que está relacionado única y exclusivamente con las circunstancias que creemos nos llevaran a la felicidad, pero que una vez removido ese evento o contexto, quedamos con la sensación de tristeza como emoción transitoria o lo que es peor con la emoción de la ira y el temor.

Tendríamos que aprender a conocernos y definirnos, para precisar que estos eventos circunstanciales, rara vez nos llevaran por si solos a la felicidad; a menos que vayan acompañados de una cadena de eventos, que se forman en nuestro interior, más que en el medio ambiente que nos rodea. Esto nos llevará a aprender que la felicidad no dependerá de las circunstancias externas. La felicidad es un evento que dependerá de los contextos, condiciones y realidades internas. Después de todo Daniel López Rosetti, tiene razón cuando menciona en la portada de su libro “Emociones y sentimientos”: “No somos seres racionales, somos seres emocionales que razonan”.

Doctor en Teología y Medicina