Los introvertidos y la política

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Por Jorge Alejandro Castrillo

2018-12-07 8:03:05

Con frecuencia se dice “Zutano sí que tiene personalidad” o “¡Qué personalidad la de menganita!” queriendo significar con ello que son personas que se hacen notar, que se imponen, que se enojan con facilidad, que gritan (o todas las anteriores, que no son lo mismo). Ese es el lenguaje coloquial. La verdad: todas las personas tenemos personalidad, es lo más propio y definitorio de cada quien. La personalidad es uno de los temas que ha ocupado a la psicología desde sus inicios como ciencia, hace ya siglo y medio. Hay varias teorías. Una de las más conocidas es la que propone que la personalidad de cada quien viene determinada por la preponderancia que muestre en cada uno de los distintos rasgos que todos compartiríamos. Es decir, las personas nos diferenciaríamos en función de dónde nos ubicamos en distintos ejes que todos tendríamos en común. Así como también varían las ideas políticas de los ciudadanos de un país (con la diferencia que los sistemas político-ideológicos son menos numerosos, por lo tanto hay menos variación). La formación política de las personas es mayormente consciente y, por lo tanto, se puede modificar con relativa facilidad y rapidez; en cambio, modificar los rasgos de personalidad es más complicado, toma más tiempo y resulta menos efectivo.

En El Salvador, la Constitución nos confiere a los ciudadanos el derecho a afiliarnos a los partidos políticos y nos obliga a votar, a cumplir y velar porque se cumpla la Constitución y a servir al Estado de conformidad a la ley. Más aún, nos indica que, si queremos llegar a cargos de elección popular, el vehículo preferente son los partidos políticos. Ahora que se habla cada vez más frecuentemente de las próximas elecciones y que se escuchan nombres de candidatos para todo, vuelvo a pensar en los introvertidos.

El eje introversión – extraversión de la personalidad se relaciona con la preferencia de las personas hacia distintos tipos de actividades e intereses. Mientras las personas extrovertidas se caracterizan por la necesidad de estar con otros, la búsqueda constante de la excitación y el cambio; las personas introvertidas prefieren estar consigo mismas, no les atrae formar parte de grupos, ni participar en bullicios ni aglomeraciones de gente. Las personas extravertidas también suelen ser impulsivas, gustan de los viajes, de las fiestas, de decir la última palabra en una discusión y suelen tener una respuesta rápida para todo. En fin, parece que describo a nuestro típico político partidarista: gregario, bullanguero, buscapleitos. El introvertido, en cambio, suele ser un individuo tranquilo, retraído, reservado y distante, excepto con sus amigos íntimos; tiende a pensar antes de actuar y a desconfiar de los impulsos del momento; toma muy en serio las cosas, prefiere llevar una vida ordenada, raramente se conduce de una manera agresiva y concede gran valor a los criterios éticos. Las personas que nos gustaría tener como funcionarios públicos.

Mientras las personas extravertidas muy probablemente se sentirán a gusto afiliándose a partidos políticos y gozarán de participar en los mítines, barullo y pleitos de una campaña electoral; las personas introvertidas, en cambio, se sentirán más a gusto siendo independientes y manteniéndose alejado de las actividades típicas de una campaña electoral. Son las personas extravertidas quienes descollarán rápidamente en aquellos ambientes en los que hablar mucho, dirigirse a las multitudes y pelear contra los opositores son características apreciadas. En cambio, es altamente probable que las personas introvertidas hicieran mejor trabajo como funcionarios que los extrovertidos. ¿No preferiría usted un fiscal metido de cabeza en sustentar sus acusaciones que afecto a las declaraciones públicas y ruedas de prensa para contestar ataques recibidos? ¿Diputados introvertidos se ocuparían más en serio de su trabajo que de andar viajando e inventando fiestas? ¿Alcaldes no extravertidos se interesarían más por su trabajo en servicio de la colectividad que en hacerse propaganda ellos mismos porque ven la alcaldía como trampolín para puestos más encumbrados?

No conozco de investigaciones científicas al respecto, pero sería un buen tema de tesis para estudiantes acuciosos de las ciencias políticas o de las ciencias de la conducta. Para abogados, funcionarios y legisladores, ¿será que la Constitución establece diferencias injustas al dar preferencia a los partidos políticos antes que a los ciudadanos individuales?

Sicólogo