Campaña electoral y madurez política

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El trofeo de la Copa El Salvador / Foto Por Cortesía Copa El Salvador

Por José Domingo Méndez

2018-10-23 7:23:34

Ahora que recién comienza la campaña formal y que los partidos arrancan motores para lanzarse de manera abierta a la conquista del voto, me parece imprescindible compartir con los candidatos, los partidos y la población en general la siguiente reflexión desde la perspectiva de la sociedad civil.

Como hemos podido comprobar, hay un porcentaje de la población con su posición definida, con su militancia incuestionable rayando a veces en el fanatismo pero con absoluta determinación y relativa indiferencia a cuestionamientos, críticas y propaganda.

Este votante seguirá actuando igual con un mínimo de gestión y los partidos lo saben, se trata en su inmensa mayoría de aquel conocido como voto duro, al que obviamente sin mucho esfuerzo tratarán de motivar y consolidar.

Hay otro porcentaje de población que después de valorar virtudes y defectos, ventajas y desventajas, peligros y conveniencias, ha decidido tomar un determinado camino, ha conectado emocionalmente con una opción y no habrá prácticamente nada que le haga cambiar su decisión.

Hay un tercer grupo de personas que se consideran independientes, autónomos y decepcionados del sistema, pertenecientes a una clase media pragmática y que está interesada en tomar la mejor decisión, que tienen compromiso con el futuro y que en muchos casos, al no tener una decisión fácil enfrente, deciden no votar o votar por alguna opción a última hora, que pueda resultar inconveniente para el destino democrático del país.

Este grupo poblacional, al que normalmente se refieren las encuestas como los indecisos, no por falta de capacidad para decidir, sino, precisamente por su racionalidad analítica que no le permite decantarse fácilmente sin estar plenamente convencidos de que están frente a la mejor opción.

Este grupo de votantes, que los expertos estiman aproximadamente en un medio millón, son los absolutamente necesarios para un triunfo en primera vuelta. En ellos descansa el futuro del país, pues su decisión mayoritaria es capaz de dar el triunfo a una u otra opción, votando en forma inteligente.

Aunque es preocupante lo que observamos desde la óptica de la sociedad civil y es que el nivel de frustración y desencanto que tienen los ciudadanos en todos sus niveles que no quieren ir a votar en las próximas elecciones de febrero del próximo año, porque no creen en “promesas de campaña”, vagas, difusas y populistas, manifestando reiteradamente que no sirvió de nada votar en marzo por diputados que actualmente están enfrascados en disputas de intereses de partido y por casi tres meses continúan sin elegir la Sala de lo Constitucional, organismo clave para que funcione la justicia en el país.

A este grupo de votantes debemos dirigir un mensaje claro como sociedad civil, porque son ellos a quienes hay que convencer en los debates, a ellos hay que consultar las propuestas y soluciones, a ellos hay que dar el puesto que les corresponde en la sociedad, al final son los que realmente pagan impuestos y desarrollan las actividades que generan crecimiento y desarrollo. Hablamos de micro y pequeños empresarios, profesionales, artistas, trabajadores y agricultores a quienes deberán convencer, las propuestas de políticas públicas reales, bien elaboradas, creíbles y aplicables. Sin ellos no hay inversión que valga, ni política que funciones, ni futuro previsible.

Señores candidatos a la presidencia, ustedes se deben al pueblo, si ganan serán sus líderes, hagan pues lo que este espera, una campaña limpia y propositiva, que no pretenda degradar al contendiente, con insultos y ofensas personales, sus campañas deben ser de altura en vez de desprestigiarse mutuamente, buscando la promoción de un clima que permita una competencia aplicada a la ética y a los más sanos principios de armonía social; solo así estarán contribuyendo a la solución de los grandes problemas que nos aquejan a todos los salvadoreños.

La democracia no es perfecta pero es el mejor sistema que tenemos para gobernar, construyámosla.

Expresidente de la Corte
Suprema de Justicia,
presidente de Concertación
Democrática Nacional