“Por sus frutos los conoceréis”

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Por Cristina López

2018-08-13 5:01:44

“Por sus frutos los conoceréis”, dice la Biblia. Si algo ha quedado en evidencia luego de los testimonios de Antonio Saca y sus secuaces es que sus frutos han sido la asquerosa corrupción con la que, durante su administración, sostuvieron su lujoso estilo de vida y patrocinaron al partido ARENA. Y por incómodo que resulte reconocerlo para muchos, Saca es fruto de ARENA: no llegó a la presidencia por accidente, y como fruto de ese partido, la corrupción de Saca le pertenece a ARENA también.

Más allá de las condenas y expresiones de indignación que el actual presidente del partido ha hecho públicas, lo que ARENA le debe a la Nación entera es una disculpa por haber servido de vehículo para que una alimaña sin brújula moral o vergüenza alguna terminara revestida de la banda presidencial. Claro que al final una disculpa no le devuelve al pueblo los millones que nos desvalijaron, pero por lo menos ayudaría a creerles cuando garantizan que sus frutos actuales no tienen la podredumbre de los anteriores. Parte de la disculpa debe incluir la promesa de transparentar el origen de los fondos partidarios, para que no vuelva a existir la posibilidad de que los costos partidistas salgan de las arcas del Estado. Las candidaturas de Calleja y Lazo son un paso en la dirección correcta, pero deben ser acompañadas por una plataforma seria de compromiso con la transparencia y con reformas necesarias para asegurar que ninguna administración pueda repetir las jugadas de Saca. Las repitió ya el expresidente Funes, actual fugitivo de la justicia, y no necesitamos que haya una tercera para que sea la vencida.

Como escribí al respecto del caso de Funes, lo que vuelve de los delitos de corrupción en nuestro país un tema desgarrador es el costo de oportunidad: el término económico que describe la mejor alternativa que no se eligió con el mismo valor –es decir–, lo que hubiéramos podido comprar con la misma plata cuando compramos cualquier cosa. El costo de oportunidad de las tarjetas de crédito a nombre de la ex primera dama Ana Ligia de Saca que se pagaron con fondos públicos, son inversiones que tanto urgen en nuestra infraestructura hospitalaria. El costo de oportunidad de los sobresueldos para diferentes funcionarios que Élmer Charlaix administró son las reparaciones estructurales que urgen en tantas escuelas. Cuando hablemos del desvío de 301 millones de dólares del que Saca es responsable es necesario recalcar el inmenso costo de oportunidad: nuestra seguridad pública, mejorías en nuestra infraestructura vial y acuífera, inversiones en la niñez salvadoreña, y así, incontables etcéteras de las tantas inversiones que urgen para el beneficio de nuestra gente. De otra manera, es fácil olvidar el contexto de la magnitud que un crimen como la corrupción tiene en un país como el nuestro, que tan desesperadamente necesita desarrollarse.

Un dicho reza que la luz es el mejor desinfectante, y en ese sentido, el primer paso para un país libre de la plaga de la corrupción debería ser un compromiso con la transparencia: claridad en cuanto al uso de los fondos públicos y en cuanto al financiamiento partidario. El siguiente paso, una Corte de Cuentas con dientes y sin ataduras partidarias. Y si ARENA realmente quiere desasociarse efectivamente de frutos como Saca, deberá hacer de estos pasos una prioridad.

Lic. en Derecho de ESEN con maestría en
Políticas Públicas de Georgetown University.
@crislopezg