De todo, un poco, y de nada, mucho…

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elsalvador.com

Por Pedro Roque

2018-08-12 5:00:35

Hace dos semanas conversé dos horas con don Antonio Hernández Alegría, un señor a quien le falta muy poco para cumplir cien años, y lo que más me impactó de nuestra conversación fue la claridad de su mente, sus ideas y su forma de exprésalas a esta edad…

¿Y por qué? Pues porque en decenas de reportes en todos los idiomas nos advierten sobre las precauciones para evitar o retardar el proceso de pérdida de memoria y dominio de los recuerdos después de los cincuenta…

Y de entre la mucha información que recibimos, sobresalen los siguientes aspectos: Cada día hay más personas que sufren la pérdida progresiva de memoria, y el crecimiento es exponencial en todos los países. Cada día se descubren los síntomas a edades más tempranas y menores a los 65. No hay suficiente personal especializado, ni infraestructuras especiales para su tratamiento. Desde que aparece, es una enfermedad terminal que dura diez años. Los especialistas no saben exactamente qué es, ni cómo curarlo y ademas nos dicen que esta enfermedad requiere inmensos costos y mucho sufrimiento en el entorno familiar… Pero la buena noticia es que hay muchos científicos trabajando en todos los países del Primer Mundo, investigando y buscando soluciones que, Dios quiera, encuentren pronto y nos digan cómo evitarlo y curarlo.

Frente todo esto le pregunte a don Antonio: ¿Cómo es que a los cien años usted mantiene su cabeza, sus ideas y su conversación tan claras?… Reflexionó unos segundos y espontáneamente me dijo: “¡Vivir con un poco de todo, y de nada, mucho!…”. Interpretando sus palabras repetí: “Todo es bueno si se hace con medida y cualquier cosa es mala, si se hace con excesos”… “¡Eso!”, confirmó él… Es decir: ¡No aceptar y rechazar todo aquello que se puede convertir en manía o adicción!

Por ejemplo, la adicción al tabaco, al alcohol, a las drogas, al iPhone, al dinero, al sexo, a la vagancia, a la televisión, incluyendo además, la adicción al trabajo y dejarse manipular por la angustia de hacer lo que guste a los demás, a la novia o el novio, el cónyuge, los hijos, los vecinos, los supuestos amigos, soportando además las continuas malas noticias, los robos al estado, las manipulaciones políticas, los 20 muertos diarios y chambres que nos llegan a través de los medios de comunicación y las redes sociales…

Pues sí, el conjunto de todas estas cosas asimiladas sin medidas es lo que se llama “estrés” y que se asume como una de las principales causas de las enfermedades relacionadas con la perdida temprana de memoria.

Yo, con el objetivo de imitar a mi abuelo que vivió 104 años, intuitivamente, hace unos diez empecé a realizar un proceso de revisión de las razones de mi estrés, las encontré y eliminé. Y para ayudar a otras personas describí este proceso con el título Liberación a los 55. Si puede antes, mejor, y si ya los pasó, con más razón… Se trata de liberarse de todo lo que aporta solo mala calidad de vida.

Todos tenemos que entender que fuimos creados para ser libres y felices y que ninguna religión ni ley prohíbe reorganizar la forma de vivir para disfrutar una mejor calidad de vida…

Pues ya lo sabe, ¡de todo, un poco, y de nada, mucho!…

Ingeniero
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