De Ben Hur a San Pablo, ¿películas bíblicas?

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elsalvador.com

Por Mario Aguilar Joya

2018-06-08 10:28:34

La tendencia de la industria cinematográfica para hacer películas religiosas ha ido más allá de tomar los nombres de los grandes personajes de la Biblia, como serían por ejemplo “Ben Hur”, “Sansón”, “David y Goliat” o “Barrabás”. Algunas se refieren a personajes de la actualidad como el documental “O todo, o nada” sobre la religiosa Clare Crocket, que falleció en 2016 durante un terremoto en Ecuador. Otras producciones están dedicadas a santos modernos, tal es el caso de “Romero”, estrenada en 1989, protagonizada por Raúl Julia y manejada como autobiografía del ahora santo. También está la película “Dos Coronas” sobre el santo polaco Maximiliano Kolbe, quien murió martirizado durante la Segunda Guerra Mundial.

Del mismo modo, Hollywood ha usado para sus películas frases extraídas de versículos de la Biblia: “Los lirios del campo”, (…Observad los lirios del campo, como crecen; no se fatigan, ni hilan, Mateo 6,28) película estrenada en 1968 y que permitió ganar un Óscar al actor afroamericano Sydney Poitier, y la película “Los Herederos del Viento” (Quien descuida su casa heredará viento, el necio será esclavo del sabio, Proverbios 11,29) que en 1960 recibió una nominación para mejor actor. Igualmente podemos mencionar a Ingmar Berman, nacido de una familia luterana, con educación religiosa desde su infancia y quien en 1960 presenta la producción denominada “A través de un espejo borroso”, (…ahora vemos como a través de un espejo, en forma borrosa; pero entonces veremos cara a cara, Primera Epístola a los Corintios 13,12), que está catalogada como una de las diez mejores películas del director.

En esa misma línea de películas religiosas está “Pablo, Apóstol de Cristo”, cuyo estreno mundial se programó para la Semana Santa de 2018; se trata de una producción que nos narra la historia de Lucas el Evangelista en su visita al Apóstol Pablo, que se encuentra prisionero en Roma. Narra los últimos años de vida de Pablo y, por lo tanto, la película se desarrolla entre los años 66 y 67 después de Cristo y que tiene una fecha probable de muerte del Apóstol en el año 68 D.C.

Esta no es una película más de Hollywood sobre aspectos religiosos. No es una costosa superproducción como las que hemos visto anteriormente: Ben Hur, Los Diez Mandamientos, Moisés o La Pasión de Cristo. Se trata de una película de bajo costo, estimado en más o menos 5 millones de dólares, pero que intenta guardar fielmente la veracidad de la historia bíblica, sobre todo la redacción del libro Los Hechos de los Apóstoles, cuya autoría recae sobre el médico-evangelista Lucas.
Tiene además la peculiaridad de que el libro del mismo nombre, una novela histórica de la doctora en Teología y Biblia, Angela Hunt, fue realizado basándose en la película y no en forma inversa como suele suceder con las películas que son una secuela de grandes libros. En otras palabras, se trata de una novelización de la película.

Cuando se nos presentan este tipo de películas “bíblicas” o “religiosas” debemos recordar que la industria cinematográfica ha realizado estas producciones desde hace mucho tiempo con calidad variable y solamente algunas están apegadas a la realidad histórico-religiosa de la Biblia.

Es por esta razón, que aun cuando el nombre de la película provenga de un versículo de la Biblia, del nombre de un personaje o de eventos que sucedieron en épocas bíblicas, eso no implica que sea una película con argumento bíblico. Algunas manipulan marginalmente los conceptos o no presentan en forma verídica la versión aceptada como histórica. De manera que todas estas producciones deben verse con los ojos de la fe y analizarse con la crítica de la interpretación de donde dice haber salido la película: La Biblia.

Médico y
Doctor en Teología