Carta a los electores: Está en juego nuestra Constitución

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El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, dijo el 16 de junio de 2020 que dio positivo por COVID-19. Foto AFP

Por Paolo Luers

2020-06-24 6:36:17

Estimados amigos:

Los magistrados de la Sala de lo Constitucional le han mandado al presidente una carta de 5 páginas, tratando nuevamente de explicarle la necesidad de cumplir con la Constitución. Al señor Bukele no le gustó la carta. No puede alegar que no entendió las explicaciones, porque la carta fue escrita para dummies. Solo faltaban los dibujitos.

Al presidente no le gustó, simplemente porque no comparte los principios constitucionales que los magistrados le plantearon. Sobre todo el principio de que todo funcionario, incluyendo el presidente de la República y sus ministros, está sujeto al control constitucional que ejerce la Sala. Además el principio de que ningún funcionario, tampoco el presidente, puede tomar acciones para las cuales no está facultado por una ley. Y que las leyes las aprueba exclusivamente la Asamblea Legislativa.

En resumidas cuentas, a Bukele no le gusta que su poder, como jefe del órgano Ejecutivo, tenga límites. Quiere deshacerse de estos límites y de los controles que ejercen otros órganos del Estado sobre su gestión. Ha tratado constantemente a desafiar los límites de su poder y a burlar los controles que ejercen la Asamblea, la Sala, la Fiscalía, la prensa libre y la ciudadanía, pero resulta que no ha logrado doblarles el brazo, ni neutralizar a estas instancias de control y limitación de su poder.

Por tanto, comienza a preparar el terreno para cambiar la Constitución y remover de ella los límites al poder presidencial. Solo en este contexto se entiende que últimamente está lloriqueando permanentemente que la Sala y la Asamblea le han dejado sin poder de acción contra la epidemia.

Solo así se entiende que su vicepresidente, a quien tuvo calladito durante meses, vuelva a hablar de su tema favorito: la necesidad de una nueva Constitución, que refleje el nuevo país que este gobierno está creando. Y el mandatario, que hasta ahora ha sido más bien cuidadoso de no entrar en esta controversia fundamental, comienza a darle cuerda a sus ‘ideólogos’ anti-constitucionales, como Geovani Galeas y Marvin Aguilar, quienes juntos con Félix Ulloa hablan de este tema desde sus tiempos en la campaña electoral del 2014 de Tony Saca.

La diferencia a los tiempos de Saca es que ahora, en tiempos de los Bukele, el ataque a la Constitución se vuelve línea del partido oficial para la campaña electoral. Y pasa lo que siempre pasa: Una vez que los populistas comienzan a imaginarse una Constitución a la medida de sus ambiciones de poder, surge el tema de la reelección presidencial…

Ojalá que los partidos de oposición, los movimientos cívicos, los generadores de opinión y los electores conscientes entiendan el peligro que esto contempla. Si lo entendemos, solo hay una conclusión lógica: Hay que evitar que en las elecciones legislativas del 2021 y del 2024 los partidos de los Bukele (Nuevas Ideas y Gana) logren las mayorías necesarias para cambiar la Constitución, pero también para ganar el control de la Asamblea, de la Corte Suprema, de la Sala de lo Constitucional, de la Fiscalía, y de la Corte de Cuentas….

En el fondo, las elecciones que ya tenemos enfrente, en febrero 2021, serán un primer referéndum sobre nuestra Constitución y el sistema político que representa, que es pluralista y republicano, basado en las división de poderes y la alternancia en el poder.

Es hora de presionar a los partidos opositores, los antiguos y los nacientes, para que entiendan y asuman esta prioridad. Prioridad significa que el objetivo común de defender y fortalecer nuestro sistema plural y republicano nos va encima de las diferencias entre derecha e izquierda, conservadores y progresistas. Solo logrando defender juntos nuestra Constitución, tendremos los mecanismos democráticos y pacíficos para después dirimir nuestras diferencias, en vez de tener un gobierno que se convierta en árbitro plenipotenciario.

Esta presión solo la podemos ejercer los ciudadanos.
Saludos,

Paolo Luers