Diputada electa:
El martes por la noche vi el tuit con el que Nayib Bukele dio a conocer que tanto los viejitos como los que padecen enfermedades crónicas ya pueden pedir cita de vacunación en el sitio vacunacioncovid19.gob.sv. Me metí, y cabal me salió que podía aplicar. No sé si por viejito o por paciente cardíaco, pero me salió la cita. Dentro de un par de días me van a dar la primera dosis.
Hice lo que para mí es una reacción normal cuando, a pesar de toda la duda y confusión, algo en el país funciona bien. Contesté el mensaje del presidente: “Funciona. Conseguí mi cita en minutos. Me vacunarán el 13 de abril”.
No publiqué estas palabras para agradecerle al presidente o a las autoridades de Salud el favor de vacunarme. No hace falta que les agradezcamos lo que están obligados a hacer como funcionarios públicos. Escribí este tuit para informar a la población, en la cual el Covid-19 y la vacunación han creado muchas angustias, que la campaña de vacunación es una realidad y que no duden en inscribirse. Por esto dije: “Funciona”.
Para mi sorpresa, este simple mensaje causó reacciones agresivas en muchos usuarios de Twitter. Unos diciendo que “Paolo ya es otro lamebotas” o “Paolo ya buscando un hueso en el gobierno”, sólo porque yo había confirmado que el sitio, establecido por el gobierno para administrar las citas de vacunación, de hecho funciona.
Como dice Carlos Cañas Dinarte, y siempre con buena razón: “Pensar duele”. Estos tuiteros se olvidan de todos mis diarios tuits críticos al gobierno, de todas mis columnas y cartas que enfrentan a las políticas antidemocráticas de Bukele, y por un solo tuit que reconoce que algo está funcionando en el gobierno me convierto en “lamebotas”. Un tuitero me reclamó que antes de este tuit sospechoso había publicado otro que ya le creaba serias dudas en mi fidelidad política. Se refirió a este tuit del 6 de abril: “Las relaciones con EE. UU. no van a depender de a quién compramos vacunas. Nuestro gobierno sería irresponsable si no buscara las vacunas donde se puede. Tampoco EEUU está ofreciéndonos millones de vacunas made in USA”. Revisando bien, ya esta opinión me había traído sospechas que al fin el gobierno me había comprado...
Pero más preocupantes que estos comentarios son los ataques de los seguidores de Bukele cuando vieron que a mi me van a vacunar. Comenzando con la exministra de Cultura y diputada electa Suecy Callejas: “Me alegra que hasta Paolo Lüers se vaya a poner la vacuna contra el COVID, que es opcional, 100% gratuita y gestión del Presidente @nayibbukele y su gobierno. Así funciona un país, se trabaja para todos, hasta para los que más te odian y escupen tonterías en tu contra”.
Y detrás de ella la manada de trolls y fanáticos gritaba que “a los traidores no se vacuna, presidente” o “ese pendejo q se muera esmas es de irle a estornudar en las jetas”. Ya calentándose el “debate político”, aparecen post como estos: “No estaría nada mal que le pusieran un suero intravenoso mortal en ves de desperdiciar una dosis que puede salvar a uno del 97%”.
Sólo puedo decir que la felicito, Suecy Callejas. Su estrategia comunicativa sigue funcionando, generando violencia y amenazas. Aunque confieso que la respuesta más cuerda la dio el tuitero Napoleón Cornejo: “Al que pregunte: ‘¿Así que a los opositores les van a poner la vacuna que da el gobierno?’, habrá que responderle: ‘¿Así que el gobierno va seguir tomando los impuestos que pagan los opositores?’”
Racapitulemos: Digan lo que digan de tonterías unos y otros en las redes, es bueno que el país haya comprado vacunas donde las ofrecen, y también es bueno que existe un sitio de Web que funciona para que cada uno de nosotros saque su cita para ponérsela.
Saludos, Paolo Luers