Carta al Dr. Raúl Lara: Gracias por su terquedad

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El presentador de televisión Billy Calderón repitió título en el fisicoculturismo salvadoreño. Foto / Cortesía INDES

Por Paolo Lüers

2020-09-28 4:40:17

Estimado doctor:

Gracias a su perseverancia, al fin está en la agenda nacional la dramática situación de los salvadoreños que sufren y mueren de cáncer. Gracias a usted, ahora sabemos que en lo que va del año murieron más de 5,000 salvadoreños de cáncer, muchos de ellos por la falta de políticas, liderazgo y recursos en el área de Salud. Un tema siempre eclipsado por otras prioridades, emergencias o campañas. 

Obviamente, la prioridad del año 2020 fue y sigue siendo la epidemia del COVID-19. Pero usted nos dijo con claridad: del COVID-19 han muerto unos 800 salvadoreños en los últimos 9 meses, pero del cáncer más de 5,000. Constatar esto no quiere decir que había que invertir menos en la lucha contra la epidemia, pero sí que un país, una sociedad, un gobierno y un sistema público de salud tienen que tener la capacidad de enfrentar una epidemia sin abandonar la lucha contra el flagelo permanente del cáncer.

Usted tiene años de bombardear a los gobernantes de turno y sus ministros de Salud, pero también a los medios de comunicación, con la misma advertencia: tenemos que invertir más en la detección y los tratamientos tempranos del cáncer y necesitamos más tecnología de radiología. Nadie le ha hecho caso, y trágicamente tampoco los que administran la Salud Pública.

Yo tampoco tengo pretexto por no haber alzado mi voz para hablar en mis columnas de la crítica situación de los pacientes de cáncer. Hace tal vez un año, el Dr. Díaz Bazán me buscó para invitarme a conocer su Hospital de Cáncer, situado a la par del Rosales. Me enseñó las instalaciones y me explicó, con sentido de urgencia y cierto grado de frustración, que por falta de políticas públicas definidas y de recursos en El Salvador estamos perdiendo la batalla contra el cáncer. Sin embargo, siguiendo siempre los temas calientes de la política (y de la antipolítica que está gobernando), nunca escribí sobre el tema. Tampoco propuse al Diario hacer una investigación periodística seria, como la que usted logró provocar ahora. 

Pocos saben que por la epidemia del COVID-19, en el sistema de Salud fueron suspendidas unas 6,000 operaciones, muchas de ellas de cáncer, y miles de tratamientos de quimioterapia y radiología, porque los hospitales estaban contaminados y al punto de colapsar por la cantidad de pacientes de coronavirus. 

El mismo día que en el Diario leo las declaraciones suyas (conclusiones de un estudio que le encomendó el Banco Mundial), leo en ‘Gato Encerrado’ una nota de Cecibel Romero que revela que a 15 meses del gobierno Bukele no existe una plan Nacional de Salud, y que los borradores están bajo un estricto régimen de reserva decretado por el Ministerio de Salud.  

El pretexto del Ministerio de Salud: por la emergencia del COVID-19 no se pudo avanzar en la formulación del Plan Nacional de Salud. Es un pretexto absurdo. Precisamente en tiempo de emergencias es prioritario tener un plan y una estrategia. Si no, seguirá reinando la improvisación que hasta ahora ha caracterizado este gobierno y, muy en particular, su política de Salud. Sin un Plan Nacional ampliamente discutido y consensuado es lógico que el ministerio, para atender una epidemia coyuntural, abandone la lucha contra la epidemia permanente del cáncer. Sin un Plan Nacional, siempre tendrá prioridad la medida que promete más rédito mediático, no la que es necesaria aplicando criterios académicos, profesionales y éticos.

El resultado es un elefante blanco (además carísimo) en el CIFCO, y los hospitales que atienden a los miles de pacientes de cáncer abandonados, sin presupuesto, sin personal calificado y tecnología suficiente.

Gracias por poner el dedo en la llaga, Dr. Lara. Gracias por ser tan terco en señalar el problema que todos hemos obviado. 

Le saluda Paolo Lüers