Carta a quienes marcharon: Enhorabuena

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Talibanes prohibieron las manifestaciones en Afganistán. Las mujeres no pueden ni llevar a sus hijos a los parques. Foto AFP

Por Paolo Lüers

2021-09-08 6:24:43

Estimados amigos:

El viernes en la noche salió el fallo de la Sala de lo Constitucional de Bukele que da luz verde a cumplir su sueño: reelegirse en el 2024.

Pocos días antes, la Asamblea aprobó el decreto de la purga de jueces y magistrados. Golpe final a la independencia judicial, luego del golpe de Estado contra la Sala Constitucional del 1 de mayo.

Dos ataques al Estado de Derecho. Ataques mortales. En una sola semana. Llegando a sábado, muchos habrán pensado: “Es un punto decisivo. Estamos perdiendo el país. No podemos dejar pasar esto, pero ¿qué hacemos?”

Lo que más duele en este tipo de situaciones es la impotencia. Hay que superarla, y la única forma es actuar, pelear, organizarse, unirse.

Con este sentimiento de impotencia, pero también de necesidad de hacer algo, algunos fueron a protestar el domingo en la tarde a La Chulona. Yo fui, sabiendo que íbamos a ser pocos, que no había habido tiempo para coordinar una convocatoria amplia. Pero salimos un par de cientos, la mayoría jóvenes, de diferentes subculturas. Y todos dijeron: hay que organizar algo grande, amplio, representativo.

El día siguiente, el lunes, salieron 5 diferentes convocatorias para marchar a la Asamblea el día martes 7, el famoso “Bitcoin Day” de Bukele. Los jueces convocaron a protestar contra la remoción de 230 de ellos. Diferentes grupos sindicales y de estudiantes convocaron para exigir que se derogue la Ley Bitcoin. Pero en el fondo, todos convocaron para decir a Bukele: “¡No a tu forma autoritaria de gobernar!”

Fui para hacer barra a los jueces en su lucha contra el poder concentrado en Bukele y una Corte Suprema tomada por él. Pero también para hacer barra a los jóvenes, que con mucha espontaneidad y creatividad comienzan a expresar su rebeldía. Y esta vez no fue un puñado de gente, de los cuales se pueden burlar. Esta vez la marcha creció y al final cubrió más de un kilómetro. Y esta vez no fue una subcultura, sino fueron sectores muy distintos que se unieron: jueces a la par de jóvenes encapuchados, que tal vez ellos mismos habían sancionado antes por manchar edificios y monumentos. Abogados en traje a la par de bichos disfrazados. Trabajadores sindicalistas que se quejaron de los sindicatos comprados por el gobierno.

La consigna que más se escuchó: “¿Cuál es la ruta?” y la gente contestando: “Sacar al hijue...”. Hasta con rima. Parece trivial, pero significa mucho. Los que ahí marcharon ya no hacen peticiones al señor presidente, lo quieren desalojar del poder. “Quiere reelección el desgraciado. Bueno, nos vemos en 2024”, me dijo una señora que por su aspecto nada tiene que ver con izquierda radical, revoltosos o sindicatos. No había muchas como ella, pero es la primera vez que veo una mezcla tan diversa en una protesta contra el gobierno. Algo cambió en estos días. Siente que se ha roto una barrera: la barrera de la impotencia.

A los que marcharon en martes, amargándoles a los Bukele su Bitcoin Day (de paso, fracasaron con el lanzamiento de su billetera digital ‘Chivo’), les digo: aunque todavía somos pocos que protestamos en la calle, representamos a los muchos que se sienten afectados o amenazados por las políticas del clan Bukele. Tanto por su jugada Bitcoin, como por su jugada “Reelección 2024”. Hay docenas de sectores y organizaciones que aun no han convocado a concentraciones o marchas de protesta: sindicatos, partidos, universidades, organizaciones gremiales y de derechos humanos. Pero es una cuestión de tiempo...

A la minoría que ya ha ida a la calle le felicito por haber dado el paso inicial.

Saludos, Paolo Luers