Carta a los amantes a las series: La cereza que corona el pastel

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Imagen del sospechoso de robar computadoras con material histórico de los Gallos Blancos. Imagen de carácter ilustrativo y no comercial / https://twitter.com/gabo_solares/status/1416041157943980032

Por Paolo Lüers

2021-07-16 5:21:30

Queridos amigos que comparten mi adicción:

El mundo entero conoció de la existencia de Lillehammer, un pueblo remoto de Noruega, cuando se convirtió en lugar anfitrión de los Juegos Olímpicos de Invierno en 1994. En la tele nos dimos cuenta que era un paraíso con nieve. También Frank “The Fixer” Togliano, un subjefe de la mafia de New York. Testificó contra su don, y para que no lo matara el FBI tuvo que darle una nueva identidad y esconderlo en alguna parte lejos de New York. Cuando le preguntaron dónde quería hacer su vida nueva, dijo en su acento ítalo-neoyorquino: “Lilyhammer”. Pensaba que ahí jamás iban a encontrar al noruego de origen italiano Giovanni “Johnny” Hendriksen.

Así comienza la historia, y es la “comedia negra” más cómica que he visto sobre gánsteres de la mafia, gracias al talento de Steven Van Zandt, rocknrollero, actor y ahora también guionista. Algunos lo conocen como el consiglieri Silvio Dante en Sopranos, y los conocedores del rock lo conocemos como guitarrista de la E-Street-Band de Bruce Spingsteen. Escribió la música para la serie, participó en el guión y actúa. ¡Y cómo actúa! El New York Times piensa lo contrario. En su reseña de la primera temporada de “Lilyhammer” dijo que “Steven Van Zandt es simpático, pero como actor algo limitado”. Pero este es el órgano central de la élite cultural de Manhattan. Para ser reconocido por el Times, uno tiene que ser parte de este circo, y el guitarrista de rock de Middletown/New Jersey obviamente no lo es. Tampoco lo es su bandleader Bruce Sprinsteen. Toca un rock demasiado proletario...

De paso sea dicho: “The Boss” Bruce Springsteen también aparece en “Lilyhammer” (temorada 3), como hermano de “Johnny”, ex mobster convertido en director de una funeraria...

Es un deleite ver a Frank/Johnny, formado en las calles de New Jersey y de New York, insertarse en la cultura de un pueblo noruego, hacerse parte activa de una comunidad como la de Lillehammer, que no podía ser más ordenada y civilizada por lo menos a primera vista. Para insertarse en esta comunidad, su nuevo habitante pone en uso sus cualidades de “tough guy” (matón, tipo duro) para ayudar a sus nuevos amigos en el pueblo, una situación irresistiblemente cómica.

No voy a revelar las sorpresas que nos mantienen en tensión durante esta serie. Son muchas. Luego de cada carcajada un buen susto... Obviamente Frank entra en conflictos, con la ley y con los mafiosos que lo persiguen.

Con esta serie, Noruega se puso en el mapa de la cinematografía global. La primera temporada está tan bien producida por un canal de la televisión noruega que captó la atención de Netflix, que vio la oportunidad de convertir “Lilyhammer” en su primera serie “original”. Nació el modelo para muchas coproducciones de Netflix con productores y artistas de diferentes países del mundo. Un modelo muy exitoso.

Disfruten esta historia de un mobster en un paraíso invernal.

Saludos, Paolo Luers