Carta de sábado sobre series: Cómo salir sola del hoyo

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Por Paolo Lüers

2021-10-22 11:47:02

Estimados fans de las buenas series:

Últimamente me costó encontrar nuevas series que valga la pena ver. Tratamos algunas y no pasamos del segundo episodio. Muy burda y violenta la exhibición de sex & crime.

Hasta que alguien me dijo: “Vea ‘Maid’”. Yo, escéptico: No me gustan los dramas sociales, mucho menos cuando son llorones y panfletarios. Sin mucho entusiasmo comencé a googlear sobre esta serie, y de repente me encontré con una reseña publicada en periódico El País: “Señoritos que escriben de pobres”. Me pareció extraño y comencé a leer. Primero el crítico nos asegura que la serie está muy bien puesta en escena y que la actuación es excelente. Pero luego dice: “Desde el primer plano, y aunque la serie está basada en un libro autobiográfico, aquello me pareció la enésima mirada del señorito al mundo de los pobres.”

Carajo, me dije: otro ejemplar de esos intelectuales que profesan un culto a la pobreza y el sufrimiento, y que consideran que sólo ellos pueden hablar del tema de miseria. Bueno, me dije, si este tipo descalifica la serie, con estos argumentos, tiene que ser buena. La siguiente frase es hasta peor: “La serie podrá convencer a un jurado, pero lo tendrá difícil con aquellos que, como yo, se han enfrentado a las caras derrotadas de sus madres cuando llegan a casa después de limpiar la mierda de otros hogares.” Inmediatamente tomé la decisión de comenzar viendo la serie esa misma noche. No me arrepentí.

Luego de verla, entiendo por qué el tipo arremete contra la serie: no puede tolerar que la historia no cae en la trampa del drama llorón y que no transporta ideología. Sólo realidad y el valor de enfrentarla.

La historia no está escrita por ningún señorito, sino por una mujer que relata su vida: cómo todo le va mal y cómo nunca se deja vencer. Su padre abusó de ella y se ha vuelto predicador. Su madre es una hippie loca. El padre de su hija es un patán alcohólico y violento. Ella huye de esta relación tóxica, se mete en un asilo y sobrevive trabajando de criada. Imagínense, Netflix presenta la serie ‘Maid’ en España con el ridículo título ‘La Asistenta’. Piensan que es ‘incorrecto’ usar la palabra ‘criada’, cuando precisamente se trata de la historia de una mujer en condición de criada. Ya no quieren decir las cosas por su nombre, porque suena negativo. Pero negativa es la realidad, no el nombre.

‘Maid’ es una historia auténtica y autobiográfica. Representa la situación de millones de mujeres, pero es contada con humor negro y no con lamento. Esta falta de lamento molesta al crítico de El País. Y es precisamente el gran valor de esta producción.

‘Maid’ cuenta los problemas que la criada enfrenta y todos sus enredos económicos y emocionales con frescura; pocos libros o películas logran esto. La actuación de la protagonista Margaret Qualley es extraordinaria, tiene la disciplina de una bailarina (viene del ballet) y retrata a una mujer que en vez de lamentarse, se enfrenta, día a día, a hacerle frente a las situaciones que el mundo le tira.

¿De dónde saca el crítico (un tal Sergio del Molino), en su arrogancia seudo proletaria, la idea de una historia escrita por ‘un señorito’ sobre los pobres? No sé. El único que me parece señorito es él. El libro autobiográfico de Molly Smith Metzler, que inspiró la serie, se llama “Maid: Hard Work, Low Pay, and a Mother's Will to Survive”: trabajo duro, mala paga y la determinación de sobrevivir de una madre. Sin tanta paja. Dura cotidianeidad. Tres o cuatro lágrimas, pero ningún valle de lágrimas, sino levantarse, seguir peleando, volver a sonreír. Y qué sonrisa la que tienen Margaret Qualley y Rylea Nevaeh Whittet, que actúa como su hija de tres años.

Nos cuentan una historia de pobreza y abusos, pero al final nos dejan con optimismo. ¿Cosa de señoritos?