Estimado Enviado Especial del presidente Biden:
Tamaña tarea que le dio su presidente: Arreglar las relaciones con los países del Triángulo Norte de Centroamérica y crear las condiciones para que disminuya el flujo de migración no autorizada de estos países a Estados Unidos. Para esto, lo primero que le toca a usted, en esta primera visita, es explicar a los gobernantes de la región las nuevas políticas de la administración Biden hacia Centroamérica y las implicaciones que tendrán para las diferentes formas de cooperación con los tres países.
Distintos voceros del gobierno estadounidense y del Congreso ya han dejado claro que, aunque el enfoque principal sigue siendo la reducción de los flujos migratorios no autorizados, ya no sería solamente un asunto de seguridad nacional, sino más bien de derechos humanos, del desarrollo sostenible, y del fortalecimiento de instituciones democráticas, del estado de Derecho y de la lucha contra la corrupción.
Es un cambio de enfoque, que le pedimos inequívocamente claro en sus conversaciones con nuestro gobierno. Queremos escuchar de parte del enviado especial de Joe Biden que ya no se valdrá cualquier política, con tal de que contenga medidas de reducción y represión de la migración ilegal, como fue el caso durante la administración Trump. En ese tiempo, las políticas nacionales podían ser antidemocráticas y violatorias a los derechos humanos, y no había problemas con Washington, con tal de que se alinearan a la política migratoria de Estados Unidos.
Nos gustaría escuchar de un hombre de confianza del presidente Biden que quedar bien con Estados Unidos ya no significa que nuestros países usen su policía y sus fuerzas armadas para reprimir a quienes buscan migrar a Estados Unidos. Queremos escuchar que para ustedes son aliados quienes colaboran con ustedes para crear condiciones democráticas, sociales, económicas y de seguridad que ya no provocan la migración masiva. Usted sabe que son las condiciones tan desastrosas en términos de empleo, inseguridad y falta de oportunidades que provocan que masivamente se asuman los riesgos de la migración ilegal.
En esta lógica, la sociedad civil salvadoreña quisiera escuchar del enviado especial de Joe Biden que Estados Unidos definitivamente no seguirá invirtiendo en la militarización de nuestro país, aunque con esto se trate de justificar su rol en la lucha contra la migración y el narcotráfico, sino que usará su fuerte influencia en nuestra Fuerza Armada y Policía para garantizar que actúen con respeto a los Derechos Humanos, al espíritu de los Acuerdos de Paz y de la Constitución. Ojo: No pedimos intervención. Pedimos que la influencia que históricamente tiene Estados Unidos, la utilice correctamente.
Coincidimos plenamente con lo que usted y otros voceros del gobierno y del Congreso han manifestado: que la única manera eficiente de evitar la migración masiva ilegal es que erradiquemos la corrupción, el nepotismo y el clientelismo y que invirtamos en nuestra gente: más y mejor educación, vivienda digna, servicios de salud, empleos.
Cualquiera, incluyendo los actuales gobernantes de nuestro país, dirían que están de acuerdo con estas metas. Por eso hay que hablar no sólo de las metas, sino de los métodos para poder cumplirlas: Tienen que ser estrictamente democráticos, y tienen que abandonarse la improvisación, la “cherocracia”, la corrupción, el irrespeto a la independencia de las instituciones, y la subordinación de las políticas públicas al mercadeo político y la comunicación. También hay que hablar de abrir canales legales de migración y legislaciones que protejan a la población centroamericana en Estados Unidos.
Sabemos que la misión suya es diplomática, y que tiene que buscar coincidencias y acuerdos con los gobiernos existentes en la región. No pedimos que usted asuma el rol de oposición, que nos corresponde a nosotros. Sólo le pedimos claridad. Ante el gobierno y ante la sociedad civil.
Bienvenido y que tenga éxito en su misión.
Saludos, Paolo Lüers