Carta a Luis Reyes, el salvadoreño más prominente de Washington: Adiós a Bukele

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Nunca es tarde, enseña a tus hijos a prevenir el robo de identidad. Foto: Cortesía ESET

Por Paolo Lüers

2021-10-11 3:54:52

Estimado Luis:

Cuando en el 2018 me di cuenta que vos fuiste el principal aliado de Bukele en la diáspora salvadoreña y fundador de Nuevas Ideas en Estados Unidos, me invadió la tristeza. ¿Por qué un hombre tan noble como Luis Reyes se pudo hacer aliado de un farsante como Bukele y ayudarle a llegar al poder?

¿Recordás que nos conocimos cuando en el 2013 visité Washington para conseguir comprensión y respaldo para nuestro intento de terminar con la absurda guerra entre las pandillas que arrastraba a todos los barrios de El Salvador a una ola de violencia insufrible? Vos nos recibiste en Lauriol Plaza, tu famoso restaurante en la Calle 18 en Washington DC. Conocí a un migrante salvadoreño que llegó a Washington con nada y ahora es un prominente empresario, en cuyo restaurante se dan cita políticos, periodistas, artistas y los líderes de la comunidad salvadoreña. Conocí a un tipo comprometido con su país de origen, y sobre todo con su frágil democracia. ¿Cómo es posible que un hombre de este temple y esta experiencia ayudara a llegar al poder al hombre que iba a terminar socavando la democracia?

Sólo me lo podía explicar por la enorme capacidad que Bukele mostró de engañar a quienes necesitaba como aliados para llegar al poder. Cuando vos lo conociste, su discurso era de un demócrata que iba a combatir la corrupción y sacar a El Salvador del retraso. Vos y muchos salvadoreños en Estados Unidos no fueron los únicos que cayeron ante este engaño. Logró engañar y enamorar a los intelectuales conservadores del Heritage Foundation. Logró convencer a muchos de los veteranos de la guerrilla en Morazán y Chalatenango que se sentían abandonados por los líderes del FMLN. Logró que lo recibieran en la Universidad de El Salvador. Prometió a los jóvenes de las subculturas urbanas que al fin un gobernante los iba a escuchar y entender. Convenció a las pandillas de que con él en el gobierno iba a haber inclusión social en los barrios. Así que, estimado Luis, no fuiste el único que cayó en la trampa del demagogo nato y mentiroso compulsivo.

Aquí en El Salvador muchos (aunque no suficientes) no nos dejamos engañar por este vendedor de humo, porque pudimos verlo operar como alcalde de Nueva Cuscatlán y luego de San Salvador. Pudimos ver a tiempo el cinismo, la obsesión con el poder, el egocentrismo de este hombre y la calidad mediocre y corrupta de su séquito.

Me dio una gran alegría cuando me comenzaron a llegar noticias que vos habías roto con Bukele. Más aún me alegré cuando me contaron que estabas participando para organizar y movilizar a los muchos que en Estados Unidos se sintieron defraudados por Bukele. Escribo estas líneas, porque acabo de leer la entrevista que diste a mi amigo y colega Ricardo Avelar de El Diario de Hoy. Es un elemento más que demuestra que la tendencia está cambiando y el permanente engaño de Bukele está perdiendo credibilidad. Ya la marcha del 15 de septiembre había mostrado esto, también es visible en las redes sociales, durante años dominadas por la maquinaria propagandística estatal.

Si gente como vos, que al principio creyeron en Nuevas Ideas, comienzan a expresar con tanta claridad su desencanto con el gobierno, Bukele está en problemas. Porque no sos el único: hay otros líderes en Estados Unidos que se pasan a la oposición que surge de la sociedad civil. Los veteranos de guerra están uniéndose. Algunos sindicalistas están dándose cuenta de que este gobierno es derechista y atenta contra los intereses de los trabajadores. Y los empresarios comienzan a ver a Bukele ya no como el poder invencible al cual hay que plegarse...

Te felicito por tu capacidad de reconocer un error -el de dejarse vender humo- y por tu decisión de enmendarlo, apoyando una oposición que está comenzando a unir a todos los demócratas del país.

Gracias, Luis. Saludos, Paolo Luers