Carta a los asustados por el fantasma 

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Por Paolo Lüers

2020-10-28 1:52:50

Corre otra vez el fantasma de la desdolarización. La ilusión de que el país podía salir a flote regresando al colón. Lo que no saben los que juegan con esta locura es que al solo mencionar la palabra ‘desdolarización’ están metiendo miedo a los ahorrantes, a los inversionistas, a los banqueros, a los pensionistas, y que esta incertidumbre nos va a hundir aún más en la crisis fiscal que ya tenemos.

En los días después de la dolarización, en el 2001, Schafik Handal siempre llevaba un billete de 5 colones en la bolsa de su saco, donde normalmente los caballeros de antaño andaban su pañuelo. Era otra forma más de protestar con la decisión del gobierno de Francisco Flores de dolarizar nuestra economía. Una vez que Schafick llegó a La Ventana, con su billete de colones como pañuelo, le pregunté si realmente pensaba que era preferible regresar al colón. Echó una de sus famosas carcajadas y me dijo: “No, hombre, este sería el acabose de nuestra economía. Es irreversible. Pero esto no quita que yo voy a seguir diciendo que fue un error la dolarización.”

En los siguientes 20 años, siempre cuando el país estaba en crisis fiscal, alguien revive el fantasma y vuelve a plantear que deberíamos regresar al colón. Pero siempre los que coquetearon con la desdolarización lo hicieron desde la certeza de que esto no iba a pasar. Por ejemplo Salvador Arias, quien en paz descanse. Nunca dejó de hablar de la necesidad de que El Salvador tuviera su propia moneda, y uno de sus admiradores principales fue Nayib Bukele, cuando ingresó al FMLN y adoptó discursos radicales de izquierda para abrirse espacio. 

En cambio, todos los economistas serios coinciden que sin haber adoptado el dólar El Salvador se hubiera hundido en la inflación y la recesión, y que regresar al colón significaría la inmediata fuga de capitales, no solo de los inversionistas, sino de los pequeños ahorrantes, y el subsiguiente colapso del sistema bancario de El Salvador.

Sin embargo, ante la situación crítica de las finanzas públicas, hoy anda asustando nuevamente el fantasma de la desdolarización en los pasillos de Casa Presidencial, del Banco Central de Reserva y del Ministerio de Hacienda. No sé si realmente lo consideran como una opción, o si solo quieren que el fantasma asuste a todo el mundo, y que así haya menos resistencia contra medidas como el aumento del IVA y otros asaltos a la economía familiar…

O tal vez piensan que si echan la culpa de su desastre fiscal a la dolarización, pueden ganar puntos en las elecciones del 2021. Sería otra versión de su tema preferido: La culpa la tienen los 30 años de ‘los mismos de siempre’.

No creo que esto les funcione. Esta crisis económica, fiscal y social es de ellos mismos, de un gobierno irresponsable e incapaz de ordenar las finanzas. No pueden echar la culpa a nadie, ni a ARENA o el Frente, ni tampoco a la epidemia. Ya la gente lo sabe.

Lo preocupante es que con la purga que hicieron en el Ministerio de Hacienda, sacando a Nelson Fuentes y otros cuadros técnicos y sustituyéndolos por amigos incondicionales del presidente, ya no hay quien les pueda explicar los riesgos fatales que corren con las diferentes opciones que consideran para salir de la crisis: la desdolarización o el aumento drástico del IVA. Tampoco hay nadie en el Banco Central que pueda cumplir su función y argumentar con conocimiento y responsabilidad, luego de que se volaron al último presidente de esta institución, porque cometió la imprudencia de decir a la Asamblea la verdad sobre el manejo financiero del gobierno.

Las decisiones las va a tomar un presidente que todavía piensa que Salvador Arias era Jesús, y que preside un gabinete en el cual no existe ni una sola persona que podría explicar las consecuencias de la desdolarización o del aumento del IVA.

Nuevamente, la última línea de defensa la forman la Asamblea, que tendría que aprobar o parar cualquier aventura fiscal, y la Sala de lo Constitucional que tendrá que vigilar que el gobierno no proceda al margen de la ley.

Hay que fortalecer esta última línea de defensa. Ahora y en febrero de 2021.

Saludos, Paolo Lüers