Carta a los televidentes: Apaguen la tele 

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Paolo Lüers. Foto EDH/ archivo

Por Paolo Lüers

2020-09-25 4:30:36

Estimados amigos:

Si no fuera periodista y columnista, ni loco me echaría las cadenas nacionales del presidente. Para mí, son gajes del oficio, y deberían pagarme extra por riesgos toxicológicos.

No es así para ustedes, los ciudadanos y televidentes. Siempre tienen la opción de apagar la tele, buscar una película en Netflix o leer un libro. 

Luego de la cadena del jueves, una amiga escribió en Facebook: “Hoy las cadenas nacionales hay que verlas de lado, para no vomitar…”, y otra gran amiga común le contestó: “Este hombre te va a matar, agarrala al suave, mujer, no es más que otro político”.

Muy sabia esta respuesta. Bukele no es más que otro político. Lo dice una mujer que al principio lo vio con simpatía y esperanza. No sé si votó por él, pero poco después de las elecciones me la encontré en un bar de playa, y estaba esperanzada que el recién electo presidente iba a ser diferente. Lo vio como defensor de la verdad, y resulta que es un mentiroso compulsivo. Lo vio luchar contra la corrupción, y resulta que preside un gobierno de corruptos. “No es más que otro político”.

Cualquiera que haya visto la última cadena nacional de más de dos horas, pudo convencerse que este presidente, por más bravucón que se presente, por más ataques contra magistrados, diputados y periodistas que escupa, se encuentra a la defensiva. ¿Cómo no va a estar a la defensiva si no supo justificar que bajo sus órdenes la Fuerza Armada se negó a cumplir la disposición de un juez de abrir los archivos militares de la masacre de El Mozote?

¿Cómo no va a estar a la defensiva si para deslegitimar las revelaciones de sus negociaciones secretas con la MS13 no tuvo otro remedio que insultar a los periodistas que investigaron y publicaron las pruebas?

¿Cómo no estar a la defensiva si tuvo que reconocer que despidió al presidente del Banco Central de Reserva, porque el hombre actuaba como banquero y no como político? Bueno, el presidente del Banco Central por mandato constitucional tiene que actuar como banquero y no como político. Y esto implica que cuando tiene que dar un informe a la Asamblea, no debe mentir. Si uno contrasta las declaraciones congruentes y profesionales del expresidente del Banco Central sobre los fondos disponibles al gobierno con el cantinflesco manejo de números que hizo Bukele en la cadena, uno se da cuenta que en manos de este presidente las finanzas públicas están en grave peligro. 

Entonces, mi amiga tuvo razón: Este presidente es otro político que miente, que esconde información, que es incompetente y que esconde la corrupción. “No es más que otro político”.

Yo nunca lo percibí, pero el encanto que Bukele tuvo para muchísima gente (y que mantiene para muchos) fue que despertó la esperanza de que con él en Casa Presidencial el ejercicio del poder y de la política iba a ser menos sucio, menos corrupto y más transparente. Esta esperanza se está desvaneciendo con cada cadena nacional, con cada mentira, con cada ataque a la Sala de lo Constitucional o al Procurador de Derechos Humanos, con cada irrespeto al Parlamento, con cada paso más hacia un militarismo obsoleto.

Digo a mis amigos y a todos ustedes: No se torturen. ¿Por qué ver las cadenas nacionales si ya no le creen a Bukele?

Saludos, Paolo Lüers