Carta a los periodistas: Ánimo, vienen batallas bonitas

descripción de la imagen
El Gobierno del presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, ha cerrado cada vez más los espacios para expresarse en el país. Foto AFP

Por Paolo Lüers

2020-09-30 3:27:43

Estimados colegas:

Viene una batalla mediática campal. El gobierno irá a la ofensiva con todo. No solo con sus ya acostumbrados troles y portales digitales tipo ‘Brittany’, ‘Porttada’ y ‘El Blog’, sino en el terreno de los medios tradicionales: televisión, radio y periódicos. Dijeron que eran obsoletos, que nadie les hacía caso, pero en la campaña presidencial invirtieron millones pautando anuncios y spots en los ‘medios obsoletos’. 

Se dieron cuenta que el periodismo independiente, crítico e investigativo les hacía daño, porque revelaba y exponía a diario la corrupción y la incompetencia de su gobierno. Entonces, recurren a la estrategia clásica de los gobiernos autoritarios, que tiene tres pilares: 1) atacar, debilitar y (si pueden) destruir a los medios críticos; 2) neutralizar o incluso instrumentalizar a otros medios independientes, mediante la combinación de amenazas y prebendas; y 3) crear propios medios de comunicación, controlados por el gobierno y financiados generosamente con fondos públicos.

Las tres líneas estratégicas están en pleno desarrollo. Medios como El Faro, El Diario de Hoy, La Prensa Gráfica, El Mundo, y revistas digitales como Factum y Gato Encerrado están bajo ataque y acoso. Los programas noticiosos y de opinión de los canales de TCS, Megavisión y del 12 están neutralizados. Y Casa Presidencial tiene listo un ejército de comunicadores (periodistas, fotógrafos, diseñadores, camarógrafos, productores) para lanzar sus medios propios. El primer ensayo: el lanzamiento de un noticiero gubernamental en el estatal Canal 10.

Este ‘Noticiero El Salvador’, por más pisto que le metan, será un cohete soplado. No le tengan miedo, estimados colegas. Los medios estatales, cuando son voceros de los gobierno y no medios públicos autónomos y profesionales como la BBC o la Deutsche Welle, son inútiles y jamás logran competir contra los medios independientes. No tienen credibilidad.

Pero sí hay que preocuparse porque el gobierno está usando fondos públicos millonarios para su aparato de publicidad, desinformación y ataque a la oposición y los medios independientes. Esto los periodistas lo tenemos que revelar y denunciar, no porque nos dé miedo la competencia, sino porque es ilegal. Es otra forma de corrupción desviar fondos públicos y usar medios estatales para fines de autopromoción de los gobernantes.

El siguiente paso sería el lanzamiento de un periódico oficialista, dirigido por el ‘Ministerio de la Verdad’ instalado en Casa Presidencial y en empresas como Plan B de Porfirio Chica que se enriquecen aprovechando la sed propagandística del gobierno. 

Para los profesionales quienes a pesar de amenazas, presiones y promesas financieras no abandonamos el periodismo independiente y crítico, será un placer competir contra un Granma o Prawda salvadoreña. Qué bueno que se metan en un terreno donde podemos vencer el afán del gobierno de establecer una hegemonía comunicacional y mediática. 

Más difícil será hacer fracasar la otra línea de estrategia del gobierno: domar las empresas mediáticas, mediante una política de zanahoria y garrote, convertirlas en medios dóciles. Para que esto funcione ya no depende de nosotros, los periodistas, sino de las decisiones de las empresas mediáticas. ¿Tendrán el valor de arriesgarse o apostarán a ‘portarse bien’, esperando que será la forma de sobrevivir? Y también depende de la reacción del público y de los anunciantes…

A nosotros no nos queda otro camino digno que no acobardarnos ante los ataques y acosos, apostar al valor del trabajo periodístico profesional, defendernos mutua y solidariamente. Los gobiernos van y vienen, pero el periodismo, si no lo abandonamos, ahí queda siempre.

Saludos y ánimo, Paolo Lüers

Posdata: Recibí una carta del empresario Roberto Bukele, tío del presidente de la República. Se siente agraviado porque me refería, en una reciente columna, al “gobierno de los Bukele”, y manifiesta que hay ramas de la familia Bukele que nada tienen que ver con el gobierno. No se preocupe, don Roberto, voy a hablar del “Gobierno de los Hermanos Bukele”.