Ciudadano presidente:
Sólo en el mundo paralelo de sueños sicodélicos de poder y grandeza, que usted ha creado, cabe la figura que Walter Araujo ha asumido desde el surgimiento de Nuevas Ideas. Es su criatura Frankenstein, que surgió de la transformación de un político olvidado en el propagandista del movimiento. El líder y su Göbbels se necesitan mutuamente. Y el último necesita legitimidad y, sobre todo, un megáfono: la Asamblea. Por esto duele tanto la tarjeta roja…
Walter Araujo fue su arma principal para destruir la Asamblea Legislativa.
Por eso, es explicable su enloquecida reacción a la resolución de la Sala de lo Constitucional que saca a Walter Araujo de la carrera por una diputación, por notoria falta de honradez. El día que se conoció la tarjeta roja para Araujo, usted a las 9 pm publicó en Twitter una foto marcial de un comando militar encapuchado, sin comentario, sin relación con ningún tema militar, pero sí con el tema político que lo tuvo fuera de quicio. Y tres horas más tarde, cerca de la medianoche, su rabiosa locura llegó al colmo de cambiar el nombre y la foto de su cuenta en Twitter, asumiendo la personalidad del “Almirante General Aladeen @nayibbukele”. Para los que no lo saben: El Almirante Aladeen es el personaje ficticio de “El Dictador”, película sarcástica del cómico inglés Sacha Baron Cohen. En pocas palabras, la historia de un loco en el poder…
Si usted fuera un hombre con el don del humor, se podría creer que esto fue un acto de auto ironía. Pero la auto ironía, la capacidad de hacer bromas con su propia figura, es un privilegio de los hombres con autoestima intacta y con inteligencia emocional. Pero usted no tiene ni inteligencia, ni autoestima, ni inteligencia emocional, ni mucho menos humor. ¿Cuándo lo hemos visto reírse, no contando estas sonrisas con aire de suficiencia o arrogancia? Nunca.
Publicar en un momento de tensión fotos marciales, cuando usted es el presidente que está poniendo la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil en función de sus planes políticos-partidarios, no es chiste. Tampoco es un chiste asumir la personalidad de un dictador de ficción, aunque sea sólo por unas horas, mientras se le bajaba la adrenalina, o a saber qué sustancia le afectaba. No en un país donde muchos señalan al presidente actitudes autoritarias…
Usted va a tener que darle un rol nuevo a su bufón Walter Araujo. Y tampoco tendrá problema en encontrar quién le haga la tarea de dinamitar la Asamblea desde adentro, luego de que usted lo intentó el 9 de febrero del 2020 desde afuera.
Pero todos nosotros vamos a estar pendientes de cada movimiento raro suyo, de Araujo o de sus patanes callejeros. Antes, durante y después de las elecciones. La Sala y la Asamblea no están solas, tendrán quienes las defiendan.
Mejor mantenga la cordura, si no es demasiado pedir. Saludos, Paolo Lüers
Posdata: Felicidades a Bertha Deleón, quien metió su primer gol al gobierno. Esperamos muchos goles cuando sea diputada.