Carta a los medios independientes: Seremos la última línea de defensa

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Foto: Cristian Díaz

Por Paolo Lüers

2021-03-03 2:58:20

Estimados colegas:

Nos va a tocar a nosotros asumir las tareas de contraloría y escrutinio crítico del poder que normalmente le tocan a la Asamblea. Ya no estaremos en una democracia normal. Con el control total que el Ejecutivo tendrá en la nueva Asamblea, esta va a renunciar a su rol de contrapeso y a ser una entidad de control sobre el ejercicio del poder. 

Nuestro Parlamento se reducirá a una oficina de trámite burocrático para aprobar las iniciativas y proyectos del Gobierno. Ya no habrá interpelaciones a ministros ni comisiones especiales para investigar malversación de fondos o abusos del poder por parte de ministros o de la Presidencia. Y bajo la conducción de Ernesto Castro, hombre de plena confianza del presidente desde sus andanzas en el negocio de las discotecas, tampoco habrá en el Salón Azul o en las comisiones muchos debates que podrían servir a los pocos diputados opositores de tribuna para apelar a la opinión pública.

Tocará a la sociedad civil llenar este vacío, y en particular a los medios de comunicación independientes. Los medios no pueden eludir este reto, no sólo por su responsabilidad cívica, sino por su propia sobrevivencia. Si el poder total se logra consolidar sin que nadie lo controle de manera crítica y pública, al fin ya no habrá espacio para periodismo profesional y crítico, y empresas mediáticas independientes. 

Además, los diputados de oposición, quienes como minoría ya no tendrán ninguna influencia en las decisiones de la Asamblea, no podrán hacerse escuchar sin la caja de resonancia de los medios independientes. A ellos les tocará usar la Asamblea como tribuna para hablar de corrupción, de proyectos de ley leyes que atentan contra la Constitución, de presupuestos y préstamos que pondrán en peligro la estabilidad fiscal del país, y a los medios les tocará retomar estos debates y hacerlos llegar a la ciudadanía. 

A la oposición partidaria igual hay que someterla a un escrutinio y debate crítico. Pero si a los pocos diputados opositores los dejamos hablar solos, los condenamos a la irrelevancia.

Obviamente, al asumir este desafío y hacer periodismo crítico, los periodistas y las empresas mediáticas serán blanco de ataques, chantajes y amenazas por parte del Ministerio de Hacienda, de nuestra policía politizada, y en un futuro también de una Fiscalía controlada por el Ejecutivo, incluso más que en el primer año y medio del actual gobierno, porque a partir de ahora el papel de los medios será mucho más importante.

Ningún medio por sí solo y aislado podrá resistir esta presión. Tenemos que consolidar los mecanismos de cooperación y solidaridad entre medios, aun cuando en el mercado estén compitiendo. Tenemos que establecer también alianzas con medios internacionales, para mejorar nuestra capacidad profesional, pero también para nuestra protección. Últimamente ha habido avances positivos en esta dirección, con algunos proyectos comunes entre medios antes enfrentados ideológicamente, con muestras de solidaridad frente a ataques contra periodistas. Es el camino que debemos seguir.

Esto no quita la diversidad de conceptos editoriales ni el debate plural entre periodistas y columnistas de diferentes medios. Por lo contrario, el ejercicio de una pluralidad abierta a la crítica y al debate entre todos nosotros es parte del baluarte que tenemos que construir contra la intolerancia de una mayoría prepotente que quiere gobernar sin límites ni controles al poder. Lo que necesita un país que enfrenta peligros para su democracia es buen periodismo. Es la última línea de defensa. ¿Suena dramático? Sí. Con una mayoría tan aplastante, la situación es dramática.

Asumamos nuestra responsabilidad, aunque nos ponga en situaciones incómodas y de peligro. El peligro que corremos al callarnos es mayor. 

Saludos, Paolo Lüers