Carta al Chato Vargas: sí hay militarización

El presidente Bukele heredó esta situación inconstitucional de los gobiernos del FMLN, pero en vez de comenzar a revertirla, la profundiza. En vez de ordenar que recluten y entrenen con urgencia mil policías (o el número que sea necesario para que la PNC pueda cumplir su misión sin apoyo de la Fuerza Armada), ordena a la Fuerza Armada a reclutar soldados.

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JLo se mostró segura y muy sensual en su desfile. Las cámaras no paraban de seguirla. Foto EDH / AFP

Por Paolo Lüers

2019-09-20 4:46:46

Estimado Chato:

Mientras estábamos los dos en Morazán (vos como jefe del Destacamento Militar IV de Gotera, yo como fotógrafo y documentalista de Radio Venceremos), éramos enemigos a muerte. Al tener la oportunidad, nos hubiéramos matado.

Luego de que firmamos la paz, hasta amigos nos hicimos. Con diferencias cuando hablamos de la guerra (aunque tampoco en todos los aspectos), pero con bastante coincidencia cuando hablamos de cómo avanzar como país (tampoco en todos los aspectos). A veces nos hablamos para intercambiar opiniones, por ejemplo, sobre la ley de reconciliación o temas de seguridad.

Ahora discutamos en público, pero de la misma manera fraterna. Publicaste el viernes la columna “No hay militarización en la seguridad pública”, y yo te contesto con “Sí hay militarización”.

Primero las coincidencias. Los Acuerdos de Paz pusieron fin al militarismo. La esencia del acuerdo: los militares se quedan con las armas, pero dejan de meterse en política. (Y la contraparte: la guerrilla depone las armas y se convierte en fuerza política). Este acuerdo lo supimos cumplir perfectamente. Es un gran logro, del cual todos debemos sentirnos orgullosos, sobre todo ustedes, los militares.

Pero hay otro aspecto de la militarización, que los Acuerdos de Paz trataron con la misma rigurosidad: la separación de la Seguridad Nacional, al cargo de la Fuerza Armada, de la Seguridad Pública, al cargo exclusivamente de la Policía Nacional CIVIL. Para esto cambiamos la Constitución.

Pero ante la incapacidad de los diferentes gobiernos de enfrentar la violencia delictiva, sobre todo de las pandillas, tomaron decisiones equivocadas y peligrosas. En vez de invertir en mejorar y aumentar la Policía, hicieron uso de una facultad excepcional del presidente: en situaciones de emergencia puede autorizar, de manera temporal, el uso de la Fuerza Armada para apoyar la PNC. Sólo que lo temporal se ha hecho permanente, y de manera creciente. Así que hoy tenemos toda la Fuerza Armada desplegada en tareas de Seguridad Pública, en todo el país, todo el tiempo.

El presidente Bukele heredó esta situación inconstitucional de los gobiernos del FMLN, pero en vez de comenzar a revertirla, la profundiza. En vez de ordenar que recluten y entrenen con urgencia mil policías (o el número que sea necesario para que la PNC pueda cumplir su misión sin apoyo de la Fuerza Armada), ordena a la Fuerza Armada a reclutar soldados.

Pero este no es el síntoma más preocupante de la militarización. Mucho más peligrosa es la militarización de la misma Policía, que de esta manera deja de ser CIVIL. Paradójicamente, también es herencia del FMLN. Y hasta ahora el gobierno Bukele no está haciendo nada para corregir esta herencia.

¿En qué consiste la militarización de la PNC? En cambios de su organización interna, privilegiando unidades de élite, agrupados en batallones móviles, que no tienen ningún arraigo territorial y social. Y estas fuerzas especiales tienen entrenamiento, armamento y formas operativas, que en esencia no son policiales sino tienen carácter militar. El operativo policial es diseñado para prevenir delitos, revisar a sospechosos y arrestar a delincuentes. Opera con el armamento adecuado y las tácticas necesarias para este fin. No busca enfrentamientos. El operativo militar es para provocar el enfrentamiento con el enemigo y aniquilarlo. El operativo policial no conoce enemigos, solo presuntos delincuentes. Fuerza letal para la policía es permitida sólo en autodefensa, nunca para tomarse una posición, desmantelar una estructura delictiva o para evitar una fuga. Efectivos desplegados en operativos militares no tienen estas limitaciones, su objetivo son bajas, no capturas.

El sorprendente auge de enfrentamientos y bajas en el año 2015 fue debido a esta militarización de la manera de operar de la PNC. Para no causar malentendidos: No fue responsabilidad de la Fuerza Armada, la cual incluso hizo mucho para no verse involucrada en esta ola de enfrentamientos. Fue resultado de la militarización de la Policía. Y esta militarización, aunque por decisiones políticas del nuevo gobierno actualmente no se refleja en operativos de choque, no está siendo debatida y analizada adecuadamente. Y no está siendo revertida.

Mi respuesta a tu columna es: como militar y diputado no debes aportar a que se vuelva a confundir y mezclar la seguridad nacional con la seguridad pública. La delincuencia que tenemos, por muy violenta que sea, no constituye una amenaza a la seguridad nacional que justifique el involucramiento de la Fuerza Armada. Hay que exigir una reforma de la PNC para que sea capaz de garantizar la seguridad pública, sin muletas como el apoyo de la Fuerza Armada y la mutación de la PNC en batallones especiales.

Esta es tu tarea, estimado Chato.

Saludos… Paolo Lüers.