Carta a los ciudadanos que gozan del circo romano ‘cool’

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Foto: EDH | Jorge Reyes

Por Paolo Lüers

2019-06-11 6:00:32

Todos detestamos el nepotismo, o sea la maña de los gobernantes de emplear a sus familiares, cheros, empleados y socios en su gobierno. Unos lo hacen para darles a ellos salarios que fuera del gobierno nunca podían alcanzar. Así es el caso del gobierno anterior, como ahora se está revelando con la campaña “Se ordena”. Otros gobernantes lo hacen para consolidar su control en el aparato del poder, porque no confían en quien no sea miembro o dependiente de su clan.

Ambas formas de nepotismo son dañinas, son una forma de corrupción y hay que desmontarlas.

El presidente Bukele está haciendo lo posible (y lo ética y jurídicamente imposible) para crear la impresión que está desmontando del nepotismo. Pero hay dos peros:

1. PERO resulta que solo está cambiando una forma del nepotismo por otra. No tengo espacio en esta carta para documentarlo, pero les recomiendo revisarlo en la mejor reseña hecha del nuevo gobierno, publicada en El Faro bajo en título “Amigos, socios y parientes en el nuevo Gobierno”. Se publicó el 2 de junio, y los nombramientos posteriores confirmaron la tendencia…
2. PERO la forma que el presidente adoptó para limpiar el aparato gubernamental de familiares de dirigentes y altos funcionarios del FMLN es violatoria a al debido proceso que ordenan la ley y los procedimientos administrativos. Además es violatoria a la decencia. Aparte de que es un estilo autoritario y humillante, tanto para sus ministros como para los que quiere despedir, provocará una ola de juicios que el Gobierno va a perder. (Ojo: estoy de acuerdo que es necesaria la limpieza de nepotismo, pero con debido proceso y sin convertirse en un espectáculo de linchamiento público.)

No es que el presidente y sus asesores no sepan que este proceder está al margen del orden legal. Su problema no es la ignorancia, sino la soberbia. Quieren mostrar que ahora tenemos un presidente que para responder a las ‘demandas del pueblo’ no se deja detener por tonterías legalistas o burocráticas, o sea por las reglas que los de siempre han definido. Violan las normas legales adredemente. Y lo hacen no solo para que sus seguidores les aplaudan, sino sobre todo para que todos nos acostumbremos a que las reglas institucionales ya no valen cuando un presidente esté respondiendo a demandas populares.

Y la violación calculada de la institucionalidad tiene a la vez otra finalidad: amaestrar a sus ministros y otros funcionarios. Quieren que de una sola vez sepan que tienen que obedecer órdenes, aunque no estén convencidos de que correspondan a la legalidad y la lógica de prioridades con la cual juraron administrar sus carteras.

Este método egocéntrico, mediático y autoritario de gobernar se muestra igual en la forma en que el presidente se mete en la micro gestión de su ministra de Desarrollo Local, moviendo los hilos para que en 72 horas se lance el proyecto de un puente sobre el río Torola. (Ojo: Aplaudo el esfuerzo de María Chichilco de construir el puente, pero critico la forma en que el aparato de propaganda presidencial se mete encima de sus intenciones auténticas.)

En el caso de Seguridad Pública, quieren crear la impresión de que el presidente esta coordinando vía tuits los operativos policiales contra los asesinos de policías. El hecho de que para mayor drama inventaron absurdos informes de inteligencia sobre el FMLN financiando a cop killers es otra violación calculada de la ley y de la lógica, porque nunca en la historia la relación entre las pandillas y el FMLN ha sido más tensa y violenta que ahora.

No les importa, porque a corto plazo todas estas violaciones calculadas a la ley, a la decencia, a la lógica y a la verdad tienen el impacto propagandístico deseado. Pero más allá del corto plazo y del cálculo mediático, el daño para la institucionalidad será inmenso.

Gocen del circo que da el presidente más cool del mundo, pero no se duerman, ciudadanos.

Saludos, Paolo Lüers