Marta cerró su negocio y ahora busca salir adelante con su venta en el muelle del Puerto de La Libertad

Marta es un rostro de los estragos económicos por la pandemia. Cerró su puesto en un mercado de San Salvador y ahora vende ambulante.

descripción de la imagen
Marta vende diversos productos como ropa interior o productos que ella hace a mano. Foto EDH / Jorge Reyes.

Por Nohemí Angel

2021-08-08 2:34:12

Marta Rivas es una mujer de 60 años de edad que aprovecha el ambiente de los sitios turísticos para promover su venta de ropa interior y pañoletas buscando generar ingresos económicos.

La vida de Marta ha dado muchos giros a lo largo del tiempo. Durante su juventud, logró finalizar su bachillerato, pero por azares de la vida no pudo continuar su carrera académica. Según lo relata, ella hubiese querido ser doctora, pero su sueño no pudo ser.

Muy entusiasmada, asegura que es la vida misma quien la empuja a afrontar las dificultades de manera positiva día con día.

Su actitud positiva ante las dificultades le ha ayudado a salir adelante y por esta razón ha tenido la oportunidad de aprender muchas cosas que le han permitido ganarse el sustento diario.

Durante su juventud esta habilidosa mujer aprendió el oficio de empacadora, fue de esta manera que logró ser empleada de una farmacéutica nacional.

Desde hace 6 años, Marta ha tenido que salir adelante haciendo canastas, decorando espejos con bordados a mano, poesía, canto y declamación, etc. tanto así que logró establecer su negocio en un local en Monserrat.

LEE TAMBIÉN: Manufactura y comercio, donde más despedidas hubo en la crisis

Como a gran parte de trabajadores informales, el tema de la pandemia le generó estragos en su economía y tuvo que cerrar su puesto en el mercado.

A partir de ese momento, esta jovial y optimista mujer ha tenido que “ingeniárselas” nuevamente para salir adelante. Por ello, cada periodo vacacional lo aprovecha para sacar su venta con la esperanza de obtener dinero para su sustento.

Una salvadoreña luchadora

En dos ocasiones, Marta ha tenido que luchar contra el cáncer. La primera vez fue diagnosticada con cáncer de mama y la segunda con cáncer de cuello uterino.

Para esta salvadoreña de 60 años de edad, la vida no ha sido nada fácil, pero tal y como lo expresa, a ella “nada la amarga” y confía en que “Dios la tiene viva y él tiene sus propósitos”.