En el último trienio, uno de cada diez salvadoreños se encontró en condición de inseguridad alimentaria; es decir, tuvo ansiedad o preocupación por la incertidumbre de no contar con alimentos suficientes para vivir, indica uno de los últimos informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
El documento, denominado “El Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018”, investigó la carencia o privación de los alimentos en el mundo a través de la prevalencia de dos indicadores: la subalimentación y la inseguridad alimentaria moderada o grave, según la Escala de Experiencia de Inseguridad Alimentaria (FIES, por sus siglas en inglés).
El indicador de la inseguridad alimentaria mide las dificultades para acceder a una alimentación adecuada; en otras palabras, analiza si las personas, debido a la falta de dinero u otros recursos, han estado preocupadas por contar o no con la cantidad suficiente de comida, si se han visto obligadas a disminuir la calidad o la cantidad de los alimentos consumidos o si han pasado días enteros sin comer.
Así, según la FAO, el 11.7 % de la población salvadoreña, equivalente a unas 700,000 personas, se encontró en esta situación entre 2015 y 2017.
Por otro lado, la proporción de salvadoreños que, durante el mismo periodo de análisis, no contaba con alimentos suficientes para satisfacer sus necesidades energéticas para llevar una vida sana y activa; en otras palabras, que estaba en condición de subalimentación, fue de 10.3 % .
A nivel centroamericano, la subalimentación mantuvo su tendencia a la baja, con el 6.2% de su población; y la inseguridad alimentaria afectó al 6.9 % de los conciudadanos de la región.
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Según el informe, las desigualdades sociales y económicas se ven también en la nutrición infantil y la malnutrición y se expresa de diversas formas.
Para el caso salvadoreño, el 13.6 % de los niños menores de cinco años sufren retraso de crecimiento (desnutrición crónica)- sobre todo los de menores ingreso y que viven en el área rural-y, por otro lado, el 6.6 % de los de mayores ingresos tiene sobrepeso y obesidad.
Además, uno de cada cuatro salvadoreños (24.6 %) mayores de 18 años sufre obesidad y el 10.8 % de las mujeres en edad fértil con bajos ingresos, tiene anemia.
Una agenda qué cumplir
La Asamblea Mundial de Salud, propuso en 2012 una serie de medidas con las que, al 2030, se busca poner fin a todas las formas de la malnutrición en todos los países que se han comprometido con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Entre las metas se estipuló que, a nivel mundial entre 2010 y 2025, el retraso del crecimiento (talla baja para la edad o desnutrición crónica) debe reducirse en un 40%; la tasa de emaciación (bajo peso para la talla o desnutrición aguda) debe ser menor al 5 % y el sobrepeso infantil no debe aumentar.