A pesar de que ya pasó la celebración de Navidad y que, según los transportistas, la mayor demanda de mercancías fue hasta la semana pasada, el paso por las fronteras para los vehículos pesados continúa siendo una prueba de paciencia para los conductores que deben de esperar entre seis y ocho horas para pasar de Guatemala a El Salvador.
Esto se constató ayer en la aduana La Hachadura (del lado salvadoreño) y en la de Pedro de Alvarado (del lado guatemalteco) donde los motoristas consideraron que no hay unión aduanera porque deben de realizar dos veces los trámites de su declaración, y que hay poco personal de aduanas para atender los requerimientos, sobre todo en horas diurnas.
Pero además, según el presidente de la Asociación Salvadoreña de Transportistas Internacionales de Carga (ASTIC), Raúl Alfaro, los nuevos sistemas que ha anunciado la Dirección General de Aduanas (dependencia del ministerio de Hacienda), no se han implementado y la declaración electrónica de mercancías solo beneficia al importador o exportador, no al trailero.
“Si los procesos de documentación y de declaración que se hacen desde la fábrica o desde la bodega de donde sale la mercadería no son tomados en cuenta para agilizar el paso de los transportistas seguiremos igual, las fronteras siguen siendo un calvario y nunca se han modernizado”, enfatizó el dirigente de la gremial.
En el tema de las exportaciones desde El Salvador hasta Guatemala, Alfaro criticó que la aduana intermedia de Metalío no permita acelerar los procesos, ya que aseguró que en La Hachadura a los transportistas les piden de nuevo las declaraciones y les realizan otra inspección, incluyendo el pago de $18.50 por rayos X.
“No entiendo cual es el objetivo de esa aduana, la carga pasa por ahí, revisan los papeles, dan luz verde pero luego, cuando llegamos a la frontera, se repite todo el proceso, es un exceso de burocracia y un mal uso de un recinto que debería de dinamizar todo el comercio”, agregó Alfaro.
Por su parte José Sibrian, un transportista que ayer salió a las 6 de la mañana de Puerto Quetzal y que trasladaba alimentos perecederos a una bodega refrigerada en Soyapango, lamentó que todos los días haya poco personal en la oficina de aduanas de La Hachadura y criticó “la lentitud del proceso”.
“Solo haga cuentas, son las dos de la tarde y sigo acá, tengo todos los papeles en regla, todo me lo sellaron rápido pero cuando salgo de Pedro de Alvarado debo de esperar hasta dos horas para que me atiendan en El Salvador a pesar de que en Guatemala me autorizaron para continuar, pero toda esta fila es porque solo hay cinco agentes y de esos solo tres o dos trabajan”, explicó el transportista.