Casi cuatro meses han pasado ya desde que la Ley Bitcoin entró en vigencia en el país el pasado 7 de septiembre de 2021, luego de tres meses de haber sido aprobada en un proceso exprés que no tuvo la discusión necesaria en el seno de la Asamblea Legislativa.
La iniciativa, que fue enviada por el presidente Nayib Bukele fue aprobada, prácticamente, sin ningún tipo de discusión acerca de los riesgos de implementar una criptoactivo con alta volatilidad como moneda de curso legal, riesgos que han sido señalados en múltiples ocasiones por economistas, agencias internacionales de calificación financiera e, incluso, el mismo Fondo Monetario Internacional.
La ley, con apenas 16 artículos, se ha caracterizado por ser demasiado escueta y por no dejar claros muchos de los aspectos que, al día de hoy, los salvadoreños continúan sin entender.
Además, todas las acciones en torno a Bitcoin tienen un común denominador: la nula transparencia, en el gasto de más de $300 millones en su implementación, gasto que incluye los bonos de $30 en Chivo Wallet, la compra de hasta 1,370 Bitcoins y un fideicomiso de $150 millones del que no se conocen detalles de cómo se administra.
La poca aceptación
Otro de los puntos que resalta en el escenario del Bitcoin es que, a pesar del fuerte impulso que le ha intentado dar el gobierno a su uso, sobre todo a través de la Chivo Wallet, los salvadoreños, simplemente, prefieren el dólar.

Al menos así lo demuestra una encuesta que realizó a finales de noviembre el Centro de Estudios Ciudadanos (CEC) de la privada Universidad Francisco Gavidia, misma que arrojó que apenas el 4.9% de la población prefiere ese criptoactivo.
Esto quiere decir que, el 91% de salvadoreños, continúa prefiriendo y utilizando el dólar en sus transacciones diarias.
A estos datos se suma lo afirmado por gremiales como la Anep, que sostiene que el volumen total de operaciones no llegan ni al 1% del total diario.
Lea también: “Bitcoin y Chivo Wallet es un fraude”, se queja panadero ante pérdidas de dinero
Esta poca aceptación es lo que ha llevado a especialistas en el tema, como David Gerard, un escritor británico, a calificar la adopción del Bitcoin como un fracaso. “Cualquiera de los escenarios termina con muchos usuarios de Bitcoin decepcionados, porque una economía nacional realmente no puede funcionar con un producto especulativo volátil y manipulado que no se puede utilizar como moneda”, afirma.
No obstante, a pesar de esa poca aceptación y de las advertencias sobre sus riesgos, el gobierno parece empecinado en darle más impulso, a tal punto de que uno de los últimos anuncios de Bukele fue la construcción de la “Bitcoin City” y la emisión de hasta $1,000 millones en bonos Bitcoin que vendrían a sumar mucho más a la deuda que el país ya tiene.