Algunas de las empresas o comerciantes informales que quedaron al borde del cierre por las medidas impuestas por el Gobierno a inicios de la pandemia vieron una esperanza en los créditos para la reactivación económica anunciados por el presidente Nayib Bukele en octubre del año pasado.
Un subsidio, un crédito para el sector formal y un crédito para el sector informal suponían un alivio para miles de personas. Pero la realidad inició al intentar aplicar a los programas.
Los muchos requisitos y la dificultad de los comerciantes para acceder a internet y aplicar a los créditos han dejado fuera a algunos que veían en ello una salida. Hasta el 15 enero, el Gobierno, a través de Bandesal, había otorgado el 44 % de los 140 millones de dólares disponibles para los subsidios; el 95 % de los 100 millones para los créditos del sector informal y el 12 % de los 360 millones para el sector formal. Pero, ¿Por qué razón el sector formal tiene el porcentaje más bajo en otorgamiento de créditos?
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El programa de créditos para el sector formal tiene el mayor monto disponible para reactivar la economía de este sector, pero al mismo tiempo es del que menos se han beneficiado los salvadoreños. José López y Saraí Palma son microempresarios que no han podido solicitar el crédito porque alegan que sin asesoría el trámite es imposible.
“He presentado algunos papeles en el banco para ver si aplicó al crédito. Pero yo no tengo información sobre el trámite, pedí ayuda a un contador para que me llenara la solicitud, sino hubiera sido imposible”, explica José quien envió los documentos a finales de noviembre y casi dos meses después no ha recibido información sobre su aplicación.
El consultor Ernesto Hernández Otero dijo a El Diario de Hoy que los requisitos para aplicar a los créditos del Gobierno en el sector formal eran más complicados que los de la banca privada. De igual forma la opción de un crédito no era lo más viable para pequeñas o medianas empresas.
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“La primera opción de las empresas medianas y pequeñas eran los subsidios. (…) Muchos no aplicaron a este crédito porque no valía la pena en comparación a la banca privada. Los créditos ahí son más fáciles tanto en tiempo como en porcentaje de interés”.
El gobierno ha recibido 7,284 solicitudes para aplicar a los créditos en el sector formal. De estas 2,055 solicitudes están incompletas, según las estadísticas del Fideicomiso para la Recuperación Económica de las Empresas Salvadoreñas (Firempresa). Hernández Otero señaló que una de las mayores carencias de este programa de créditos es que no contempla asesorías para que los empresarios micro, pequeños o medianos tengan éxito con la aplicación del crédito.
“Yo nunca he tenido créditos en los bancos del país. Espero que eso no afecte mi solicitud porque yo soy una de las personas más afectadas. Perdí un empleado porque no pude pagarle. Quedé debiendo cuatro meses de local, recibos de energía y agua y no pude comprar las herramientas que necesitaba. Estoy a la espera de que esto funcione realmente”, agregó José.
El caso de Saraí es más complicado. Tiene un negocio en el mercado municipal de Santa Tecla, paga impuestos y tiene empleado, pero no ha podido acceder a los créditos porque no ha encontrado quien la asesore en el área. Tampoco tiene acceso a internet fácilmente. “Me dicen que tengo que tener un correo electrónico. Yo no tengo eso. Luego me dicen que tengo que aplicar en internet. Al final mejor no lo voy a hacer (aplicar al crédito) porque es muy complicado”.
Este y otros vacíos marcan las aplicaciones del programa con más fondos para reactivar la economía.
Gobierno pide exceso de información
Algunos de los requisitos que el Gobierno pide para calificar a este crédito son: declaración jurada del patrono; carta de autorización para compartir información; copia de la última planilla del ISSS presentada entre diciembre de 2019 y febrero de 2020; copia de DUI y NIT del solicitante; copia de tarjeta IVA; copia de la última declaración de IVA 2020; copia de de declaración de renta 2018 o 2019; estados financieros 2018 (depositados en el Registro de Comercio si opera antes de 2019) y estados financiero auditados 2019 (si operan desde 2019); pago a cuenta 2020 (si iniciaron en 2020); recibo de agua o luz del negocio; matrícula de comercio; solvencia fiscal; proyecciones mensuales para primer año y anual a 3 años con sus premisas; balance de comprobación al cierre de junio 2020; permisos de operación.
Para Hernández Otero los requisitos son excesivos, pues el Gobierno está pidiendo información que Hacienda ya tiene y que en la banca privada no solicitan. “Hay temor en los empresarios de presentar tanta información al Gobierno. Hay que tener en cuenta que estos documentos no se están pidiendo a través de Hacienda”, dijo.