Se agravará la crisis en finanzas del país si no hay acuerdo con FMI

Eso es lo que advierten economistas después de que calificadoras de riesgo señalaran que el gobierno debe revisar la brecha de financiamiento para 2022, entre otros puntos.

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El ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, quien dirige las finanzas del país, durante la presentación del Presupuesto General de la Nación 2021 por un monto de $7,453 millones, el pasado 30 de septiembre. Foto: EDH / archivo

Por Katlen Urquilla

2021-10-22 10:00:36

Luego de que dos calificadoras de riesgo internacionales divulgaran sus análisis sobre la situación fiscal de El Salvador y que una de ellas incluso bajara a “negativa” la perspectiva crediticia del país, varios economistas advierten que la crisis financiera aumentará, sobre todo si El Salvador no logra un acuerdo de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los economistas consultados explican que entre los impactos que eso puede causar en la economía están que el gobierno se puede ver forzado a buscar financiamiento caro por otra vía, eso incrementaría los fondos para pagar deuda y le quitaría recursos al Ejecutivo para obras y servicios para la población; pero además podría hacer que los ciudadanos paguen más IVA y renta y, a mediano plazo, que los salvadoreños paguen más intereses por sus créditos con los bancos.

Esas advertencias surgen porque este jueves, ante los riesgos de financiamiento del país para 2022, la calificadora Standard and Poor’s (S&P) degradó la perspectiva de El Salvador de “estable” a “negativa” y mantiene la calificación crediticia de largo plazo de “B-”.

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Esa categoría significa un aviso al gobierno de Nayib Bukele si no logra un progreso adecuado para llenar la brecha de financiamiento para el otro año, ya que S&P bajaría la calificación en los próximos seis a 18 meses, lo que complicará más las posibilidades de conseguir créditos fuera del país.

Según la actualización que dio a conocer la calificadora, “el déficit fiscal y la deuda de El Salvador se mantendrán altos a pesar de una fuerte recuperación económica, lo que sostendrá las grandes necesidades de financiamiento del gobierno”.

Pero agrega: “La necesidad del gobierno de administrar los riesgos de refinanciamiento de la deuda elevada a corto plazo y de asegurar el financiamiento de un bono externo de $800 millones con vencimiento en enero de 2023, así como para los déficits fiscales, destaca los posibles riesgos de financiamiento”.

La advertencia de la firma estadounidense al pasar la perspectiva de “estable” a “negativa” indica “la posibilidad de al menos una en tres de una rebaja en los próximos seis a 18 meses si el gobierno no logra un progreso adecuado para llenar su sustancial brecha de financiamiento en el próximo año”.

Esta revisión de Standard and Poor’s ocurrió el mismo día que la calificadora de riesgo Fitch divulgó un análisis en el que señaló que “El Salvador subestima las necesidades financieras en el Presupuesto 2022” y en el que sostiene que los pronósticos de ingresos para el otro año que maneja el gobierno “no son realistas”, pues no se apegan a las proyecciones de crecimiento del PIB, ya que calcula que el déficit podría estar más cerca de los $1,700 millones, lo cual dista de los $498 millones que afirma el gobierno.

La calificadora Standard and Poor’s (S&P) degradó la perspectiva de El Salvador de "estable" a "negativa". Foto / AFP

Fitch también indicó que las perspectivas sobre un acuerdo de financiamiento con el FMI son “altamente inciertas”.

La calificadora S&P en su anterior revisión divulgada en abril de este año confirmó que mantenía la calificación de “B-” con perspectiva estable para el país, porque tenía expectativas de que El Salvador continuara recibiendo un importante apoyo externo en 2021 que le proporcionara liquidez y limitara el riesgo de refinanciamiento de la deuda soberana en los próximos 12-18 meses. Pero esa visión cambió.

También, en julio de este año, la agencia Moody’s bajó la calificación a El Salvador y advirtió el riesgo para obtener créditos. En esa oportunidad bajó la calificación de B3 a Caa1 y mantuvo la perspectiva negativa, lo que dejó al país en la categoría conocida como “bono basura”.

Los mensajes a los inversionistas

Estos últimos análisis de las calificadoras ya los veían venir los economistas, pero advierten sobre el impacto que traerá a las finanzas del país y en consecuencia para los ciudadanos.

El economista Rommel Rodríguez, coordinador del área de macroeconomía y desarrollo de Funde (Fundación Nacional para el Desarrollo), explica que se está viendo un deterioro considerable en la confianza de los inversionistas sobre las finanzas salvadoreñas.

“Es insoslayable un acuerdo con el FMI; la vía más fácil para cubrir la brecha de financiamiento sería el acuerdo con el Fondo, porque si el gobierno quisiera esa liquidez para cubrir esa brecha que, según Standard and Poor’s y Fitch, es más de lo que el gobierno ha previsto en el proyecto de presupuesto de 2022, tendría que salir a los mercados y es una situación complicada ya que la tasa de interés de la colocación de esos títulos sería mayor debido al deterioro en la confianza”, indica.

Para Rodríguez, esa situación tendría un “efecto bola de nieve” para los ciudadanos, porque al no tener fondos mediante un acuerdo con el FMI y por tratar de cubrir esas brechas de financiamiento por otras vías, el gobierno saldría a buscar créditos a tasas de interés alta. Eso quitaría recursos para gasto público social y lo tendría que destinar al pago de deuda, lo cual ya se ve reflejado en el presupuesto 2022 donde el gasto de educación compite “cara a cara” con los fondos destinados al pago de préstamos, señala.

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La economista Tatiana Marroquín coincide en que ante el deterioro en las finanzas que se viene alertando desde hace tiempo, ya se esperaban informes como los de Fitch y Standard and Poor’s sobre la presión de la deuda de corto plazo y cómo el gobierno va a responder a esos compromisos, pues el objetivo de las calificadoras es darle una perspectiva a los inversionistas sobre la situación financiera del país.

“Ellos ven que hay mucho riesgo y muy pocas probabilidades de que en realidad se pague esa deuda y eso se traslada en la caída de los bonos y para la población en que el endeudamiento que va a necesitar pagar El Salvador para 2022 y 2023 y la de corto plazo... va a salir más caro y va a aumentar la crisis financiera”, explica.

Agrega que en el presupuesto del otro año más de $900 millones van para pago de tasas de interés de los préstamos, pero eso puede ser aún mayor luego de la perspectiva negativa que ha indicado S&P.

“La afectación para las personas a corto plazo es mediante el gasto público porque se benefician de ese gasto, pero también son los que pagan los ingresos mediante los tributos”, apunta.

De acuerdo con Fitch Ratings “El Salvador subestima las necesidades financieras en el Presupuesto 2022”. Foto: EDH / Archivo

Marroquín señala que en el presupuesto 2022 la mayoría de ingresos que tiene en perspectiva el Estado provienen de IVA y Renta, por lo que “van a apretar muchísimo más la cartera de la población en términos de IVA y Renta y eso ni siquiera va a ser suficiente para enfrentar las responsabilidades financieras para terminar 2022 y para 2023”.

Además advierte que esta crisis fiscal puede llevar a tomar decisiones que necesitan resultados inmediatos y la afectada será la población, porque hay recorte de gasto público, despidos, menos obras, etc. Y en el mediano plazo lo que puede afectar es que todos los ciudadanos que requieran créditos también tendrán que pagar más intereses.

Ricardo Castaneda, economista del Icefi (Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales), destaca que la situación financiera del país sigue siendo crítica, mientras no se logre el acuerdo con el FMI.

“No existe certeza de que el país tenga acceso a financiamiento; el perfil de riesgo sigue en número sumamente alto... el contexto del otro año ya no va a ser de una economía dinámica como este año por el efecto rebote y crecimiento de remesas”, opina.