Un presupuesto con un alto déficit por los gastos excesivos y caída en los ingresos, así como el pago de la elevada deuda adquirida este año es lo que prevén economistas para 2021, lo cual podría complicar las finanzas del país.
Este 30 de septiembre el gobierno de Nayib Bukele debe presentar el proyecto de gastos para el otro año, tal como lo manda la ley, pero ante la falta de información sobre la ejecución de los fondos públicos y proyecciones de gastos, los economistas hacen un análisis de cómo el Ejecutivo podría estructurar el presupuesto post pandemia.
Carolina Alas de Franco, investigadora del Departamento de Estudios Económicos de Fusades, apunta que el próximo presupuesto será especial porque se elabora en el contexto de una pandemia y será importante que tenga un equilibrio entre atender las necesidades todavía producto de la pandemia y al mismo tiempo que tenga una disciplina fiscal.
“Debe tener una senda hacia el descenso de la deuda”, considera.
La economista espera que este presupuesto corrija las fallas históricas que han tenido los presupuestos como la sobrestimación de los ingresos y las omisiones de gastos, porque luego viene el endeudamiento de corto plazo a través de Letras del Tesoro (Letes) que se va acumulando en el tiempo.
De Franco añade que tras la solicitud de millones de dólares en deuda para atender la emergencia a tasas elevadas y ante la caída en la economía se agravan las finanzas públicas.
El Gobierno se ha endeudado con $4,122.7 millones entre enero y agosto de este año, con el argumento de que urge fondos para reactivar la economía y para hacer frente a la caída de ingresos así como la afectación por la pandemia.
“En el presupuesto del otro año ya no se tendría que pedir más deuda para la pandemia; lo que se tiene que hacer es que lo que no se está usando ahora se pase al otro año…”, apunta la investigadora de Fusades.
Además advierte que en 2021 el déficit no debe sobrepasar el 7.5%, porque la brecha que podrían tener es de $345 millones, es decir lo que le faltará al gobierno para completar los gastos del otro año. Si el déficit es mayor se complicará el panorama, ya que actualmente la deuda es “desproporcionada” respecto a los ingresos, dice.
De acuerdo a datos oficiales del Banco Central de Reserva (BCR) a junio, la deuda estaba al 85%, pero proyecciones de gremiales empresariales e instituciones académicas indican que sobrepasará el 90%.
Y el déficit fiscal se cuadriplicó este año, respecto a 2019, según datos del BCR (ver gráficas).
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Tatiana Marroquín, economista y asesora técnica en la Asamblea Legislativa, vaticina que el presupuesto del otro año tendrá un déficit elevado debido a los gastos y habrá mucha deuda que pagar.
“Los gastos no pueden ser iguales que este año, sino que tienen que ser mayores. Hay simples cosas que uno sabe que hacen que crezca el presupuesto, por ejemplo, los escalafones que son por ley, o el pago de deudas como las que se están contrayendo que son tan caras y se tienen que pagar en 2021, como la de Letes y Cetes”, apunta.
La semana pasada el gobierno colocó una deuda de $645.8 millones en Cetes (Certificados del Tesoro) a una tasa de 7.5%. Este préstamo se tendrá que pagar el otro año.
“Entonces, con unos ingresos iguales o menores que el presupuesto 2020 pero con unos gastos que seguramente serán mayores, tanto por las obligaciones legales que tiene el gobierno como por las nuevas que se han contraido por la crisis, prevemos que sí habría una diferencia grande entre los ingresos y los gastos”, advierte Marroquín.
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¿Tendría la capacidad el gobierno para adquirir más deuda?, se le consultó a la economista, a lo que respondió que si bien hay margen legal para hacerlo, el problema sería cómo los mercados verán la situación fiscal del gobierno y solo tendrán dos caminos: 1. No comprar la deuda, ya sea de corto o largo plazo y 2. Comprar la deuda más cara.
De allí que la economista considera que en el plan de gastos del otro año el Ejecutivo debería recortar gastos, pero la incógnita hasta ahora es a qué carteras de Estado le recortarían y a cuáles le darían más.
“Lo que preveo es que sí habrá una diferencia mayor para cubrir los gastos que se presenten si el gobierno no se soca el cincho en gastos innecesarios o no hace más eficiente el gasto que tiene actualmente”, opina.
De Franco también apunta que el presupuesto que presenten este 30 de septiembre debe incluir la eliminación de gastos en viáticos, viajes y bonificaciones, así como congelar remuneraciones y contrataciones, ya que eso podría significar un ahorro importante. De lo contrario, solo “están construyendo una bomba de tiempo”, dice.
El también economista Rommel Rodríguez, investigador del área de macroeconomía y desarrollo de Funde, señala que sin duda el presupuesto 2021 va a estar cargado por el pago del servicio de la deuda pública, es decir los intereses por los préstamos que ha adquirido este año.
“Se va a elevar considerablemente la deuda gubernamental por todo lo que ha pasado con el endeudamiento en el marco del Covid y corresponde pagar esa deuda, como la emisión de $1,000 millones y la incorporación gradual por los préstamos con los organismos multilaterales”, afirma.
Rodríguez calcula que el saldo de la deuda de corto plazo sea de unos $1,800 a $1,900 millones y eso presiona la tesorería estatal.
A eso se suma que el flujo de recaudación de fondos que se podría tener no será grande como el registrado hace dos o tres años, dice el economista.
“Se ha acumulado bastante deuda de largo plazo y corto plazo, pero la economía va a entrar en una fase, esperamos que de recuperación con una tasa de crecimiento positiva, pero eso no significa automáticamente que vamos a volver a la normalidad de la situación que teníamos antes, sino que habrá un proceso de recuperación gradual, pero salimos de este proceso con deudas contraídas”, señala.
Destaca que solo en la asignación de fondos a las carteras de Educación y Salud, además del pago de la deuda abarcaría alrededor del 40% del presupuesto del otro año.
Por ello Rodríguez considera que los fondos no alcanzarán y plantea que el problema será obtener dinero para cubrir el déficit.“Vemos que habrá dificultades para obtener financiamiento porque la característica ha sido que el gobierno gasta bastante”, vaticina el economista.
Gobierno promete no subir salarios ni plazas
El Gobierno también informó el viernes que dentro de las Normas de Formulación Presupuestaria que incluirá el Presupuesto 2021 no se podrán programar plazas nuevas, que estarán prohibidos los incrementos salariales de carácter general y por cualquier fuente de financiamiento y que se prohibirá programar eventos sociales con fondos públicos.
Gobierno pedirá más dinero en presupuesto
Sin dar cifras, el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, adelantó el viernes que el presupuesto para 2021 que solicitará a la Asamblea será mayor que el de 2020. Para este año los diputados aprobaron un plan de gasto $6,426.1 millones. Zelaya también advirtió que el déficit será más alto que el actual, el cual fue de $645.8 millones