Hace tres años, Mercy hacía tortillas para sobrevivir y hoy, renta tres locales en un popular centro comercial donde brinda espacio a más de un centenar de emprendedoras que como ella, comenzaron desde abajo.
Fue su hija la que la llevó a involucrarse en la venta en línea. Inició vendiendo bocadillos que subían a uno de los tantos sitios en línea. Más tarde, descubrió que tenía problemas para repartir sus platillos porque no había un lugar fijo.
Ella, como cientos de emprendedoras, acudían a un salón de un reconocido hotel capitalino dos veces por semana a repartir sus productos, pero la afluencia era tal que les cerraron las puertas.
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Entonces, Mercy junto a un grupo de mujeres rentaron un espacio en un centro comercial y lo convirtieron en centro de acopio.
Más tarde, ella rentó un local por sí sola y ahora posee tres.
“Nosotros les rentamos las sillas por $5.50 a cada vendedora, y ellas pueden venir a entregar miércoles y sábado todos sus productos”, contó.
Además, doña Mercy es pionera en la creación de los casilleros, ella cobra una tarifa semanal por cada prenda que permanece en uno de sus casilleros.
En promedio, unas 70 emprendedoras guardan sus productos y a diario Mercy atiende a decenas de clientes que van a recogerlos.
Redes sociales, un nicho que genera ganancias
En El Salvador, sitios como Los Negocios de Mamá, una comunidad en Facebook, ya posee más de 92 mil miembros, otro llamado los Usaditos, tiene 87 mil, y son solo dos ejemplos de la cantidad de gente que usa las redes sociales para ganar dinero.
Las ventas en línea a través de plataformas digitales, esencialmente redes sociales, han crecido de manera exponencial y con ello, la oferta de productos.
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Casilleros y encomenderos
Las ventas a través de redes sociales generan a su vez otro tipo de empleos. Antes quienes vendían cualquier producto, citaban a sus clientes en esquinas, parqueos de centros comerciales o parques, pero la inseguridad provocó reinventar la forma de hacer las entregas.
Así nacieron los llamados centros de acopio, que dan espacio a cientos de vendedoras que en dos días en específico, llegan a estos sitios a entregar a sus clientes sus compras.
Doce de los 24 locales de un popular centro comercial en San Salvador son usados como casilleros.