Inversión extranjera en El Salvador cayó en $435 millones en 2020

La crisis generada por la covid-19 provocó que al país apenas llegaran $201 millones en inversión proveniente desde el exterior. La mayor parte del capital son de empresas que ya operaban acá.

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Imagen de una feria de empleo realizada en octubre 2020. “La convocatoria se realizó a través de redes sociales pero no esperábamos que asistieran esta cantidad de personas. Acá podes ver el nivel de desempleo que hay en el país”, enfatizó un organizador. Foto EDH/Jonatan Funes

Por Magdalena Reyes

2021-08-09 4:10:50

La situación económica por causa de la pandemia provocó que en el país se recibiera únicamente $201 millones en Inversión Extranjera Directa (IED) en 2020, lo que significa una caída de $435 millones, ya que en 2019 fueron $636 millones de inversión, según el informe presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El informe revela que en El Salvador el flujo de inversiones del exterior se contrajo un 68.4% en 2020.

La Inversión Extranjera Directa en servicios y, en menor medida, en manufactura contribuyeron a equilibrar la fuerte caída experimentada por los demás sectores, indica la Cepal.

Agrega que los países de la subregión centroamericana y, en especial, Panamá, fueron los principales orígenes de estas inversiones y que sus aportes equilibraron la contracción registrada por la IED procedente de Canadá con $188 millones menos; México con $83 millones menos; y Estados Unidos con $42 millones menos.

El 90% del saldo de $201 millones que se generó correspondió a préstamos entre empresas en el país, dice en el documento.

En materia de fusiones y adquisiciones, Cepal destaca las compras que han realizado bancos internacionales de operaciones en la banca local, detalla el escrito.

ADEMÁS: La inversión extranjera global cayó 42 % en 2020

Respecto a la caída en la inversión extranjera y la importancia en la dinamización de la economía local, el economista Claudio de Rosa opina que todo inversionista extranjero lo que busca son reglas del juego claras y menciona varios factores que toman en cuenta.

“Cuando buscan invertir en un país y en cualquier lugar del mundo primero ven la estabilidad económica y cuáles son las reglas del juego que hay en dicha nación”, dice el economista.

Agrega que un aspecto importante que valoran es el sistema de justicia como garantía de que se va a actuar con independencia y apegado a la ley.

“Se debe evaluar la estabilidad jurídica cuando uno invierte en un país y cómo funciona el sistema de justicia, porque se debe ver donde garanticen que van a actuar de acuerdo a la ley”, destaca.

Además dice que influye los beneficios fiscales para los inversionistas extranjeros por lo menos los tres primeros años de operación de una empresa, tomando en cuenta que cuando inician apenas y logran obtener utilidades.

El economista también apunta que los inversionistas toman en cuenta los gastos que deben hacer en sus empresas para comenzar a producir, como pago de instalaciones y mano de obra.

“Eso es importante porque se comienza a pagar impuestos y generan fondos a los tributos”, menciona.

Y no menos importante es la estabilidad y fortaleza institucional de un país, añade De Rosa.

A esos factores se suman los análisis que hacen las calificadoras de riesgo, pues son clave para los inversionistas y en ese sentido los recientes informes sobre El Salvador no le favorecen.

La semana pasada Moody’s bajó la calificación del país y advirtió de los riesgos que tiene para obtener créditos internacionales.

El Salvador pasó de B3 a Caa1 y mantiene la perspectiva negativa, lo que deja al país en la categoría considerada como “bono basura”, lo cual aleja a los inversionistas.

Para la economista Tatiana Marroquín, el contexto actual de la crisis económica mundial, como consecuencia de la pandemia, también ha limitado la liquidez de inversionistas privados.

Pero además destaca que El Salvador continúa al fondo de la región centroamericana, dando señales de que el problema es más grande que el simple efecto de la pandemia.

“Creo que El Salvador, el gobierno, debe de estudiar con responsabilidad qué clase de inversión le gustaría atraer y cómo esa se va a encadenar con las necesidades materiales y capacidades productivas de la población”, apunta.

Según el informe de Cepal, a nivel de la región centroamericana El Salvador es el segundo país que recibió menos ingresos de inversión extranjera, solo por encima de Nicaragua que recibió $182 millones en 2020, muy por debajo de los $503 millones que obtuvo en 2019.

Guatemala logró atraer $915 millones, solo $60 millones menos que en 2019, mientras que Honduras tuvo un desplome más marcado en relación a los $947 millones que obtuvo en 2019, comparado con los $223 millones que consiguió en 2020 a raíz de la crisis sanitaria.

Países como Costa Rica obtuvieron $2,103 millones, aunque en 2019 la cifra fue de $2,719 millones; mientras que Panamá atrajo $3,503 millones, una cifra también por debajo de los $5,891 millones de 2019.

Los datos de Cepal sobre El Salvador coinciden con los del Banco Central de Reserva (BCR) que indican que en 2019 ingresaron $636 millones en inversión extranjera y que en 2020 fueron $201 millones.

Según el informe de Cepal, en El Salvador tradicionalmente las transnacionales se han instalado para explotar la dotación de recursos naturales, en particular mineros y de hidrocarburos, a fin de generar actividades de exportación, acceder al mercado en el sector de los servicios, en manufacturas para abastecer a la región y buscan eficiencia de costos con la mira puesta en el mercado estadounidense, como principal socio comercial.

La inversión china en la región

Para la directora general de la Cepal, Alicia Bárcenas, es importante que los países en vías de desarrollo trabajen en políticas internas que permitan un despunte de la economía y mayor competitividad, como el caso de Chile que ha despertado el interés de China para la inversión de una planta de producción de vacunas.

Para la Cepal, América Latina debe aprovechar que China esté planeando invertir en la región, siempre y cuando las condiciones sean favorables, dice.

“Hace diez años las inversiones de las empresas chinas estaban comenzando a ganar protagonismo en la región y estaban muy concentradas en el sector de los hidrocarburos y de la minería . Hoy en día, la posición internacional de China ha cambiado en gran medida: el país se ha posicionado como una de las grandes potencias mundiales, ha surgido un conflicto por la hegemonía tecnológica con los Estados Unidos y los vínculos con la región se han vuelto más complejos”, destaca la Cepal.