“Nos han cortado las alas”: la pausa más larga en la historia de la aviación en El Salvador

Las escuelas de aviación se preparan para la reapertura de sus operaciones entre pérdidas económicas y optimismo. Pilotos y estudiantes no ven la hora de regresar a volar.

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Víctor Pineda y Roberto Silva son parte del grupo de instructores de la Academia Superior de Aviación (ASA). Foto EDH / Lissette Lemus

Por Lissette Lemus

2020-08-20 4:30:12

Victor Pineda es el primer piloto en su familia. Recuerda que, desde pequeño, tuvo un fuerte interés por los aviones y los aeropuertos y ese sueño lo hizo realidad a sus 18 años, cuando con el apoyo de sus padres ingresó a clases de aviación en una de las cinco escuelas que prestan el servicio de enseñanza en el aeropuerto de Ilopango.

Hace dos años consiguió ser parte del grupo de 15 pilotos instructores en la Academia Superior de Aviación (ASA), pero jamás se imaginó que le tocaría vivir una pausa tan larga en su carrera, obligada por la suspensión de actividades como medida de prevención de la pandemia del COVID-19.

“Habíamos tenido emergencias climáticas que nos habían obligado a suspender operaciones por una semana pero nunca tanto tiempo” explica Víctor.

Víctor chequea la aeronave previo a un vuelo de mantenimiento. Foto EDH / Lissette Lemus

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Aunque al principio se hablaba de una suspensión de 15 días, el periodo se fue extendiendo, hasta llegar a un poco más de cinco meses, en los cuales Víctor, como todos los pilotos de las escuelas aeronáuticas, no han recibido salarios, debido a que son contratados bajo la modalidad de servicios profesionales.

Para los pilotos, una suspensión de sus labores también afecta en su experiencia y en la práctica que se gana cada día durante las horas de vuelo. “ Pasar tanto tiempo sin volar y sin dar instrucciones nos afecta porque debemos estar practicando los procedimientos visuales e instrumentales”, explica. “Sentimos que nos han cortado las alas”, añade.

Las aeronaves solo han realizado vuelos de mantenimiento durante la pandemia. Foto/ Instagram @asaviacion

Alternativas ante el paro

Algunos de los afectados se vieron en la necesidad de emprender, con el fin de obtener una fuente de ingreso durante el confinamiento. Víctor explica que sabe que compañeros suyos se han dedicado a dar clases virtuales teóricas y refuerzos con el fin de ganar un poco de dinero y ayudar a que los alumnos se mantengan actualizados en sus conocimientos.

Las escuelas de aviación también se han visto afectadas por la pérdidas económicas. Carlos Gutierrez, director de operaciones del Centro de de Adiestramiento Aéreo Académico (CAAA), explica que el sector de aviación ha sido uno de los rubros más afectados durante la pandemia.

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Esa escuela de aviación, que fue fundada hace más de 50 años, por el abuelo de Carlos, y que ha sido administrada de generación en generación, nunca había parado tanto tiempo, ni siquiera en los tiempos de la recesión del petróleo, que afectó mundialmente a la industria entre 1973 y 1975, según le ha contado su padre.

El cese de operaciones les ha dejado pérdidas aproximadas de 30 mil dólares mensuales. Esto les obligó a reducir los salarios y a cesar personal administrativo.

Por su parte, Óscar Blanco, director de la Academia Superior de Aviación (ASA), comenta que en su escuela, donde antes de la pandemia laboraban cinco empleados administrativos y 15 instructores, tuvo pérdidas aproximadas de $120,000 durante el cierre de operaciones. “Esperamos iniciar en los próximos días con el 60% del personal”, explica.

Los aviones son desinfectados con químicos amigables con su funcionamiento. Foto EDH/ Lissette Lemus

Protocolos y reapertura

El reinicio de operaciones supone un cambio drástico para los centros de instrucción aeronáuticos, para Blanco es importante garantizar la seguridad de los alumnos y del personal, así como la prevención de los contagios en las instalaciones de ASA.

Por esa razón, planea reiniciar operaciones con el mínimo personal operativo, desinfección constante de instalaciones y aeronaves, uso de equipo de protección personal especial para todas las operaciones en tierra y monitoreo constante de salud de todos los instructores de vuelo y alumnos.

Los vuelos de instrucción que antes se hacían con una brecha de 15 minutos, ahora se realizarán en lapsos de una hora, por lo que en general habrá menos vuelos diarios, que antes de la pandemia.

Carlos Gutiérrez explica que el protocolo de seguridad para iniciar operaciones se ha elaborado tomando en cuenta los lineamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centers for Disease Control and Prevention (CDC) y las recomendaciones de la Autoridad de Aviación Civil (AAC) descritas en la Circular de Asesoramiento sobre el protocolo de medidas de bioseguridad para el reinicio de operaciones, la cual se encuentra en la página web de la institución.

 

Las escuelas se han preparado desinfectando las instalaciones y las aeronaves, para las cuales deben usar productos que no sean perjudiciales para su infraestructura, los componentes electrónicos y los sensores de humo del avión.

“Estamos emocionados y esperamos que todos los protocolos sean cumplidos, aunque sabemos que todo será diferente”, dice el piloto Víctor Pineda, quien espera con ansias el día que pueda volver a impartir clases de vuelo.

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