Gilberto Villatoro es un joven padre de familia que en medio de la pandemia del COVID-19 se animó a emprender con un negocio de artículos de primera necesidad y dejó de lado su empleo de más de tres años como ingeniero civil.
Villatoro ha hecho un paréntesis en su carrera profesional dejando de lado el concreto, la mezcla y el hierro de las infraestructuras de ingeniería para sentar las bases y forjar su emprendimiento.
Con el minisuper San José, en el corazón de la ciudad de San Miguel, Villatoro busca establecer un patrimonio.
“Hay varios factores que me llevaron a tomar la decisión, lo principal fue el sueño de tener algo propio y ver cómo una pandemia debilita toda la economía y únicamente son sostenibles aquellos negocios que ofrecen alimentos básicos, de ahí surgió la oportunidad de cumplir el sueño de ser independiente y buscar una manera de llevar el sustento a la casa”, detalló el joven ingeniero.
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Desde hace tres meses empezó a gestar su proyecto acercándose a proveedores, realizando cotizaciones, buscando local y contactando a distribuidores; y desde hace un mes ya cuenta con sus operaciones comerciales.
Reconoce que como todos los inicios de un negocio las cosas no son sencillas y que necesita un tiempo para que la gente conozca el servicio, los precios y productos que brinda.
“Es de armarse de paciencia porque al inicio ni los gastos mensuales salen, pero quiero creer que es una situación temporal en la medida que las personas lo vayan buscando a uno y vean que se les puede ofrecer precios competitivos, que es la idea del servicio que quiero brindar”, dijo.
En este momento además realiza entregas a domicilio en la colonia donde vive porque le queda en ruta, pero es un nicho creciente por el que la gente le pregunta cada vez más. Atiende pedidos a través de su página de Facebook donde aparece como Minisuper San José.
Las proyecciones son cerrar el local un poco más temprano para poder atender los repartos que la gente le solicita, incluso en los municipios aledaños a la ciudad de San Miguel.
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Su pequeño emprendimiento, ubicado sobre la décima calle poniente y quinta avenida norte, barrio San Francisco, en San Miguel (contiguo a las oficinas donde entregan antecedentes penales), ya genera un empleo directo para quien le ayuda con las ventas.
Villatoro tenía tres años en el empleo que dejó recientemente, pero ejerce la ingeniería civil desde 2008. Los fines de semana se dedica a la elaboración de presupuestos de obras de construcción para conseguir ingresos extra para su hogar compuesto por su esposa y su hijo de dos años.
“Tengo expectativas de regresar a mi carrera pero de manera independiente, de hecho no estoy del todo alejado, ahorita estoy realizando una cotización para unos pequeños trabajos de remodelaciones”, relató el emprendedor.