Elizabeth de Calderón Sol: “Los ojos deben estar abiertos al enemigo común: la pobreza”

La exprimera dama será nombrada este día como Miembro Honorario de Fusades. Respeto y armonía son las dos palabras que definen su discurso en un contexto difícil.

La ex primera dama habló con El Diario de Hoy sobre su trayectoria en el Comité de Proyección Social y la influencia y apoyo de su esposo, el ex presidente Armando Calderón Sol.

Por Karen Molina

2020-12-01 8:30:21

Elizabeth de Calderón, exprimera dama y presidenta del Comité de Proyección Social, será nombrada este día como Miembro Honorario de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) un privilegiado listado de personalidades que han dado un importante aporte al país.

Y su aporte particular ha sido histórico. Antes de que su esposo, Armando Calderón Sol, se convirtiera en presidente de la República, doña “Ely”, como todos le llaman cariñosamente, ya había creado este comité, que ahora está presente en el 97% del territorio nacional y se apoya en más de 600 voluntarios.

Dice que su trabajo social ha sido el mejor legado que su esposo le pudo dar y por lo cual le dedica este nombramiento.

“Siento y comparto con todo mi corazón en un homenaje póstumo a mi esposo porque Armando no solo fue miembro fundador de Fusades sino que todo lo que yo he logrado hacer, él me dio el espacio para que yo pudiera auto realizarme y poderle ayudar en su labor”, dijo emocionada en una entrevista previa a su designación.

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“El siempre creyó en este tanque de pensamiento donde realmente elaboran y hacen diagnósticos sobre la situación del país. Él tuvo un eco de los estudios que hizo Fusades en el Plan de Nación”, agregó.

De acuerdo con doña Elizabeth, este nombramiento es un reconocimiento a todo el trabajo social que ha ayudado a la reconstrucción económica y social del país.

Su esposo es recordado por muchos como el presidente de la reconstrucción y ahora doña Ely sabe que debe continuar una reconstrucción más allá de la infraestructura.

Como primera dama, entre 1994 y 1999, Elizabeth de Calderón Sol logró recorrer todo el país y ahí comprendió las dificultades que pasan miles de familias en diversas situaciones.

Y todo ese conocimiento y vivencia acumulada por más de 31 años es lo que le hace decir con seguridad que el país debe avanzar a una reconstrucción social en la que el enemigo común sea siempre la pobreza.

“Los ojos tienen que estar abiertos al enemigo común: la pobreza. Pero no solo las personas pobres. No, no, no, el asistencialismo es fatal”, señaló.

“El salvadoreño siempre ha sido trabajador, entonces hay que trabajar todos juntos unidos en armonía, unidos, en paz”, agregó con el tono jovial que la caracteriza.

Para ella, el país debe trabajar por reconstruir moralmente a un país que cada vez se ve más apático y alejado del cumplimiento de las leyes.

“Yo quisiera que los jóvenes despertaran a ese mundo económico, a ese mundo social. Tenemos que dejar atrás los insultos y propiciar que los jóvenes también incorporen los valores”, añadió.

Armonía, unidad y respeto son las palabras que más prefiere mencionar y por las cuales el país debe trabajar de ahora en adelante.

“El país necesita más armonía. Es preocupante escuchar cómo deliberan con el insulto, con el maltrato. No es así la cosa. La verdad es que se necesita que haya una construcción de una sociedad unida”, señaló.

Su trabajo social

El Comité de Proyección Social es una institución sin fines de lucro que por más de 30 años ha apoyado a las comunidades en diversos temas sociales. Este comité apoya a mujeres, hombres, niños, indistintamente de su condición social. Además apoya a privados de libertad a través de diferentes programas carcelarios y a personas infectadas con VIH.

Este comité se apoya de más de 600 voluntarios que permanecen activos todo el año y sobre todo en días de emergencia como las pasadas lluvias que azotaron al país.

Cuenta con 7 centros de formación, talleres y guarderías. Además tienen presencia en el 97 % del territorio nacional.

Los hijos de Elizabeth de Calderón son su gran apoyo para mantener el legado de este proyecto que ahora está rescatando la vida de muchos salvadoreños que, en situaciones adversas, han encontrado una guía para continuar con sus vidas.

“Estoy muy contenta de todo el trabajo que hemos realizado. No podría hacerlo sin toda la ayuda de mis hijos, mi familia y todos los voluntarios que me apoyan para que este proyecto se mantenga por mucho tiempo más”, acotó.