Maquila genera centenar de empleos e invierte en zona de El Tamarindo

Funda Tamarindo tiene 20 años de haber sido creada y aunque fue golpeada por el cierre ante la pandemia, no ha cerrado operación

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Funda Tamarindo inició entrenando a mujeres para corte y confección, luego las personas entrenadas pudieron obtener su empleo. Foto EDH / cortesía

Por Jessica Guzmán

2020-11-13 9:00:33

La maquila Funda Tamarindo, en el cantón Tamarindo, en Conchagua, La Unión, no ha parado sus máquinas y sigue generando empleos en la zona, pese al cierre económico que afectó su producción.

Los pedidos tuvieron bajas considerables en los meses de cuarentena, pero ha sabido seguir adelante en la adversidad.

Según informó la presidenta de la empresa, Eileen Simán de Bahaia, desde su año de fundación hace 20 años la maquila vino creciendo en producción y generación de empleos, este año han tenido bajas debido al cierre por la pandemia.

Al 2019 la maquila generaba 127 puestos de trabajo; sin embargo, esa planilla de empleados se ha visto reducida a 99 plazas ya que, según explicó la presidenta, tuvieron que reestructurarse para seguir operando, pero además los pedidos que les llegan han bajado.

Eileen Simán de Bahaia es la presidenta de Funda Tamarindo, quien señala que la productividad de la maquila no sería posible sin el esfuerzo de todos sus colaboradores.
Foto EDH/ Jonatan Funes

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Para su operatividad, la maquila Funda Tamarindo tiene dos grandes empresas aliadas: la fábrica de textiles Intradesa, la cual se encarga de generar contratos y en base a ellos hacen pedidos a la fundación, que luego exportan en su mayoría a Estados Unidos y que se venden en tiendas de prestigio.

La otra empresa aliada es Textufil, que les apoya con maquinaria, mantenimiento y transporte de materia prima y del producto terminado.

La mayor afectación que enfrentó Funda Tamarindo fue con el cierre de Intradesa en los meses más duros de la cuarentena obligatoria, cuando el gobierno ordenó el cierre de esa empresa, pues según explica Simán de Bahaia, el temor era que las familias se quedaran sin empleo.

“Aunque nosotros siempre mantuvimos los salarios y las prestaciones de ley a los empleados; en esos momentos nos dispusimos a elaborar mascarillas, pues había que trabajar y seguir adelante con la necesidad que demandaban; sin embargo, tuvimos que cerrar a pesar que estábamos con mascarillas”, relató la presidenta de la fundación.

Las mascarillas, que fueron elaboradas por las manos de expescadores, son ahora exportadas y cumplen con las condiciones que requiere la FDA en Estados Unidos, porque cuentan con un recubrimiento anti microbial y pueden ser lavadas y usadas hasta 20 veces, explicó Yolanda Gutiérrez, directora ejecutiva de Funda Tamarindo.

Y aunque trataron de mantener la producción con las mascarillas, Gutiérrez dijo que la afectación del cierre de Intradesa, como proveedora de materia prima y cliente al mismo tiempo, sí afectó directamente a cientos de empresas a nivel nacional.

La producción en Funda Tamarindo se realiza bajo todas las medidas de bioseguridad por el COVID-19 Foto EDH / cortesía.

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Según los registros de Funda Tamarindo, la baja de producción entre enero a septiembre fue de medio millón de unidades, ya que en el 2019 se produjo 1,363,872 y este año en el mismo período fueron 898,332 unidades de exportación.

“Nosotros dependemos de los pedidos que nos haga Intradesa, ellos hacen el pedido, nosotros les maquilamos y en esos meses de cuarentena teníamos prohibido producir cualquiera de los productos que tradicionalmente hacemos y hacer mascarillas”, añadió la presidenta de la fundación.

Según dijo Simán de Bahaia, cada año la maquila genera un promedio de medio millón en ingresos, los cuales quedan en la comunidad en concepto de salarios de sus colaboradores, bonificaciones y prestaciones, además de financiar algunos proyectos que ejecuta la Fundación en las comunidades de la zona. Esto representa el 80% de los ingresos que percibe la fundación, indicó.

Motivados a seguir

Ricardo Vanegas tiene 17 años de trabajar en la maquila, donde comenzó como operario de producción y ocho años después fue promovido al área de supervisión, donde se desempeña actualmente.

“Mi esposa y yo trabajamos en Funda Tamarindo; ella tiene 19 años de operar aquí. Durante estos años el trabajo nos ha ayudado a salir adelante y también hemos sido beneficiados con las prestaciones y ayudas que da la fundación. Yo me siento orgulloso de trabajar en esta empresa y lo que quisiéramos es que creciera aún más para que haya más oportunidades de empleo, porque aquí si no es de la pesca o la agricultura no hay otra cosa más que la fundación”, dijo Vanegas.

Por su parte, Claudia Turcios, operaria en la maquila, quien tiene 19 años de pertenecer a esta empresa, expresó que se siente motivada a seguir trabajando en ella.

“El trabajo aquí es estable y a pesar que en la pandemia se bajó la producción, e incluso se tuvo que cerrar, ellos siempre nos mantuvieron los salarios y las prestaciones”, contó la trabajadora.

Buscando el desarrollo en la zona costera

Para los habitantes de cantones como El Tamarindo, en Conchagua, La Unión, no hay muchas alternativas para trabajar y salir adelante más que la pesca y la agricultura.

“Al ver ese panorama y tratando de ayudar a los habitantes de la zona decidimos desde la fundación crear la Maquila Funda Tamarindo para generar empleos y que las familias tuvieran otra oportunidad de trabajo y salir adelante”, agregó Simán de Bahaia.

Funda Tamarindo comenzó como un taller de costura para capacitar a los pobladores de la zona y darles otras posibilidades de llevar ingresos a sus hogares.

Los miembros de la organización se dieron cuenta de la necesidad de empleo y fue así como el taller, poco a poco, fue creciendo y convirtiéndose en un proyecto que cumple con todas las condiciones y estándares de calidad, al igual que las maquilas que operan en zonas francas a nivel nacional.

Actualmente, la maquila destaca que trabaja bajo los protocolos de bioseguridad al igual que lo hace el sector de la confección y ya se encuentran fabricando productos de temporada como ropa térmica para invierno para marcas reconocidas.

La presidenta de la fundación también agregó que en los meses más duros de la cuarentena, apoyaron a los habitantes de la comunidad con paquetes de víveres y también donaron cerca de 18,000 mascarillas, además de incentivar a la población de la zona a usarlas y a tomar todas las medidas sanitarias parar evitar los contagios del nuevo coronavirus.