Estos jóvenes pasaron de “ninis” a técnicos, chefs y electricistas
Ser joven y no estudiar o aprender un oficio es hoy solo una opción más pues aunque muchos crean que no hay oportunidades de superación, en la práctica sí existen. Instituciones como Insaforp, el Instituto Técnológico Centroamericano (ITCA) y Catholic Relief Service (CRS) están formando a los que sí se lo proponen.
Quedarse acostado en el sofá viendo una película es ahora solo una opción más para los más de 350,000 jóvenes que ni estudian ni trabajan en El Salvador.
Y es fuera de esas cuatro paredes de su casa o la esquina de su colonia también funcionan programas que están dando a los jóvenes nuevas oportunidades de estudiar y aprender un oficio con el que se aseguran un puesto de trabajo en una empresa nacional.
Melvin González, un joven de 25 años originario de San Martín es uno de ellos. Dejó de lado sus miedos y se inscribió al proyecto “Caminos de la Juventud”, que desarrolla el Instituto de Formación Profesional (Insaforp) junto con el Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA) y que a su vez, implementa un modelo de trabajo muy peculiar llamado “Jóvenes Constructores” que desarrolla la organización Catholic Relief Service (CRS).
Ser joven y no estudiar o aprender un oficio es hoy solo una opción más pues aunque muchos crean que no hay oportunidades de superación, en la práctica sí existen. Instituciones como Insaforp, el Instituto Técnológico Centroamericano (ITCA) y Catholic Relief Service (CRS) están formando a los que sí se lo proponen.
Después de rebotar en trabajos informales y no conseguir un salario fijo, Melvin decidió inscribirse al programa y así ayudar a su madre, que se gana la vida haciendo tortillas para mantener a sus otros dos hermanos.
“Busqué muchos empleos, pero solo me salían informales. Ahora quiero tener un trabajo fijo y tener los beneficios de cotizar al seguro porque quiero poner a mi mamá en el seguro”, afirma.
Las empresas que participarán en el evento buscarán jóvenes de entre 17 y 29 años para diferentes puestos de trabajo, la mayoría de compañías exige como requisito que los interesados hayan aprobado el bachillerato.
Melvin hoy forma parte de los más de 10,000 jóvenes a los que el programa quiere impactar a nivel nacional y a los que no solo se les enseña un oficio, sino que además, se les inculca seguridad, respeto hacia sí mismos y hacia los demás, así como otros valores esenciales para ser un profesional integral.