EE.UU. destina $5 millones para proyecto humanitario en Chalatenango

Busca garantizar la seguridad alimentaria y mejorar la producción agrícola de las familias. El proyecto es ejecutado por USAID y organizaciones de la sociedad civil.

El proyecto tiene un alcance de 11 municipios del departamento de Chalatenango, y beneficiará a más de 16,000 personas / Video EDH

Por Magdalena Reyes

2021-07-16 4:18:43

El Gobierno de los Estados Unidos ejecuta desde octubre del año pasado un proyecto humanitario en 11 municipios de Chalatenango en los que busca mitigar las necesidades de las familias, garantizar la seguridad alimentaria, el acceso a agua potable y mejoras en la producción de cultivos.

La Encargada de Negocios de la embajada del país americano en El Salvador, Jean Manes, visitó ayer varias de estas zonas para conocer de primera mano el avance del proyecto y hablar agricultores favorecidos.

El proyecto representa una inversión de $5 millones, beneficiará a más de 16,000 personas y es ejecutado por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional, (USAID), Catholic Relief Services (CRS), Cáritas Chalatenango, Azuré y la mancomunidad La Montañona.

Sin embargo, el aporte será mayor pues Manes confirmó que USAID planea entregar $16.6 millones de dólares más para El Salvador solo en asistencia humanitaria en 2021.

“Este proyecto abarca diversas áreas para apoyarlos en sus esfuerzos de superación. Ya hay muchos agricultores que están aprendiendo mejores técnicas para que sus cosechas sean más resistentes a la sequía y otros cambios climáticos”, dijo Manes durante la visita.

El proyecto promueve prácticas eficaces como la gestión de aguas lluvias y la fertilidad del suelo. Con estos conocimientos más de 1,300 productores han mejorado la productividad de sus cultivos ante el impacto de la sequía.

Además se trabaja en saneamiento, higiene y acceso a agua potable, en cantidad y calidad, lo que impacta en la mejora de vida de las personas. A su vez, se apoya en el fortalecimiento de la capacidad productiva de las mujeres y jóvenes para mejorar el acceso y disponibilidad de alimentos en esa zona.

Holly Inurreta, representante país de Catholic Relief Service-que ejecuta el proyecto- dijo que se está trabajando en diversificar los ingresos de las familias y garantizar la autosostenibilidad. “Trabajaremos con 250 familias, estableceremos huertos familiares para que puedan diversificar sus ingresos, y con 265 familias, con la crianza de aves en traspatio”, detalló.

Otro eje de acción es la transferencia de tres entregas de $150 en efectivo para 2,672 hogares. Los fondos son para ayudar a cubrir las necesidades básicas de las familias.

“Lo que se busca es que las familias salgan de las crisis actuales con más activos, más conocimientos, habilidades y capital social”, destacó Inurreta.

En total son $450 que se están entregando de manera escalonada a las familias beneficiarias.

Desde el 1 de mayo, cuando la Asamblea Legislativa dominada por el partido Nuevas Ideas decidió remover ilegalmente a magistrados de la Corte Suprema de Justicia y al fiscal general, USAID decidió retirar los fondos a instituciones gubernamentales y transferirlos a organizaciones de la sociedad civil.

Suelos sanos

Por otro lado, el apoyo estadounidense se centra en ayudar a los pobladores a recargar los mantos acuíferos a través de un mayor conocimiento sobre el manejo de los suelos que luego se traduce en cultivos más productivos.

Don Jesús Márquez, agricultor beneficiado, menciona que gracias a la asistencia técnica de Estados Unidos han mejorado la productividad de los suelos, tomando en cuenta que en la zona la mayoría de los terrenos son inclinados y por tanto se erosionan con más facilidad.

“Con este proyecto tenemos la expectativa de hacer las cosas diferente. Nos están enseñado cosas nuevas como conocer la situación de nuestros suelos”, explicó el beneficiario.

El proyecto incluye pruebas de acidez y análisis de suelos, qué tipo de fertilizantes y en qué cantidades.

“Con el conocimiento que vamos adquiriendo nos hemos dado cuenta que en el pasado practicamos una agricultura a ciegas. Tradicionalmente hemos cultivado, luego quemamos y cultivamos, sin darnos cuenta que nuestros suelos padecen de agruras por la acidez porque las plantas ya no absorben los nutrientes que tiene el suelo. Hoy, lo que hacemos es análisis de suelo y con base a esos resultados podemos tener una agricultura rentable y sostenible”, detalló el agricultor.

Jean Manes compartió con las familias beneficiadas en el cantón Upatoro de Chalatenango. Foto EDH / Lissette Monterrosa

La producción se triplica en las parcelas

Doña Ana Melba de Serrano posee una parcela en el cantón Upatoro de la ciudad de Chalatenango donde tiene sembrada una milpa.

Ella relata que antes de sembrar hicieron análisis de tierra para luego aplicar cal que le permitiera recuperar sus nutrientes.

Primero fertilizó, luego aplicó abono verde, después abono foliar antes de sembrar el maíz y eso le ha permitido que la media manzana de siembra que antes producía 8 quintales de maíz ahora le rinda 30 quintales.

“Las técnicas ayudan a recuperar el suelo y a lograr una mayor producción que se logra si mantenemos fuertes las plantas”, mencionó.

Ahora ya no solo “tiran” el abono en la plantación, sino que se con la ayuda de un chuzo “siembran” el abono para que no se lave con la lluvia y también han aprendido a elaborar pesticidas con ingredientes naturales.