“Si no se controla rápido su impacto en El Salvador y en la región puede ser casi tan grave como el COVID-19. Sería el tiro de gracia”. Así resume el doctor Carlos Urías, director regional de Sanidad Vegetal del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA), sobre el riesgo de la langosta centroamericana que desde el fin de semana amenaza la región.
De acuerdo con el doctor Urías, el insecto es peligroso porque en cuestión de días puede acabar con plantaciones enteras de cultivos que son clave para países como el nuestro, entre ellos el maíz, el sorgo, el frijol y otros y con ello poner en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas.
La langosta puede llegar a devorar hasta 400 especies de plantas distintas, pero lo más grave es que prefiere los cultivos de subsistencia.
El sábado, OIRSA emitió una alerta en la región sobre la amenaza de la langosta centroamericana.
El experto de OIRSA advierte que por ahora el país y la región todavía están a tiempo de evitar un impacto grave. Esto sobre todo porque se debe buscar al insecto en la etapa de ninfa (estado inmaduro), cuando aún no vuela y no se alimenta de manera agresiva, periodo que dura aproximadamente 15 días.
“Cuando la langosta es ninfa, solo salta y no se mueve tan rápido, pero cuando llega a adulta, vuela hasta 150 kilómetros diarios y sería imposible controlarla, va arrasando con todo lo que encuentra y por eso para la región es tan peligrosa. Su ciclo biológico es muy corto; en 15 días puede cambiar la historia y provocar un desastre”, advirtió el experto en sanidad vegetal.
“Ya con el COVID tenemos suficiente impacto. Los agricultores están luchando en un momento como este para mantener la producción, pero una plaga como esa podría acabar con cultivos de frijol, maíz, sorgo, caña de azúcar, frutales, todo”, explicó.
Ayer, OIRSA se reunió con representantes de Agricultura de Centroamérica para tomar acciones que frenen la afectación de la langosta y atacarla en estado inmaduro.
El representante de OIRSA explicó que en el caso de El Salvador y por mandato del gobierno, el ministerio de Agricultura (MAG) ejecutará desde este miércoles un plan agresivo de búsqueda del insecto, que incluso involucrará al Ejército, para matar la ninfa, en caso se encuentre.
“Estamos en el punto preciso para matar los primeros brotes, tenemos quince días que deben ocuparse para localizar brotes y controlarlos. Después de julio podrían aparecer los adultos alados, y eso implicaría un ataque más agresivo. La idea de la prevención no es esperar que suceda una gran manga (bloque) de langostas voladoras que causen estragos”, detalló.
El representante de OIRSA explicó que hay productos químicos que logran matar al insecto y que ya se trabaja en la producción de una cepa de un hongo que mate a la langosta, sin dañar el ambiente, sobre todo para proteger mantos acuíferos.
Luis Treminio, de la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), explicó que por el momento no se han reportado datos de la presencia del insecto en el país.
Sin embargo ayer por la mañana en la cuenta de Twitter de un grupo de agrónomos de la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) se publicaron fotografías de lo que parecía un brote de la langosta devoradora centroamericana en la zona de San Vicente.
Treminio explicó que la última vez que se tuvo una plaga similar fue en 2018, luego de 42 días de sequía prolongada. El dirigente de Campo detalló que en esa ocasión se perdieron 6 millones de quintales solo de maíz, se presume que la afectación fue por la ausencia de lluvias y por la plaga de la langostas.
En Guatemala también se han reportado brotes, pues según una nota del periódico Prensa Libre de ese país, la langosta ya comenzó a destruir cultivos en Las Cruces, Petén.
De acuerdo con agricultores de esa zona, desde el viernes 10 de julio, grandes cantidades de insectos han invadido campos de cultivo, principalmente de maíz y pastizales, lo que pone en riesgo la producción de granos básicos y la alimentación del ganado, las dos principales fuentes de ingreso de los residentes.
El gobierno de ese país lanzó desde la semana pasada una agresiva campaña sobre cómo controlarla y denunciar su presencia.