En El Salvador ya hay empresas que trabajan con robots

Las empresas y empleados deben prepararse para la industria 4.0, o serán desplazados por países que si lo hagan.

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Foto EDH/Cortesía

Por Guadalupe Hernández

2018-11-11 9:00:49

Gilberto Alexander Méndez, de 28 años, tiene más de tres años de trabajar como coordinador de la línea de robótica de Plycem El Salvador, una empresa especializada en la fabricación de fibrocemento. Sus compañeros de trabajo son 10 robots que llegaron a la compañía en 2015, para acelerar el proceso productivo, y hacer menos pesadas las tareas de los empleados.

El joven cuenta que estudió ingeniería en mecatrónica en el Itca-Fepade con la visión de adquirir competencias acordes a las demandas de la industria actual, es decir, la Industria 4.0, que incluye la digitalización de los procesos industriales, la inteligencia artificial, los sensores y la robótica, entre otros.

Gilberto asegura que desde que los robots llegaron a la empresa, la producción se ha acelerado y las tareas se han eficientizado.

Otra empresa que ha introducido robots en sus operaciones es Industrias Merlet, empresa que maquila ropa deportiva en El Salvador que se exporta a EE.UU., México y Chile, que invirtió el año pasado en la automatización de sus procesos.

En Merlet, tareas como el corte de patrones para la ropa y el estampado de la ropa lo realizan con maquinaria robótica operada a través de una computadora.

¿Pero será que estas máquinas, algún día van a desplazar a los seres humanos en las tareas operativas de una fábrica? Gilberto considera que no, pues dice que los robots fueron creados por los seres humanos, y por lo tanto dependen de ellos, y “siempre serán complemento, uno del otro”.

Como Gilberto, muchos jóvenes visualizan que las carreras profesionales están evolucionando, impulsadas por los avances tecnológicos, el uso de las redes sociales, y la digitalización de los procesos. “La ingeniería en mecatrónica es una carrera de vanguardia, y es una de las que tiene mayor demanda en la industria. Además tiene muchas áreas de trabajo”, reiteró.

La evolución del empleo

¿Pero, qué está sucediendo en el mercado laboral, a nivel Latinoamericano? Fernando Vargas Zúñiga, especialista senior en formación profesional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), explica que el trabajo tal como se originó en la economía industrial (basado en la agrupación de las personas en grandes fábricas y la producción en serie), simplemente se está desvaneciendo ante las nuevas formas de producir.

Actualmente está en auge la Industria 4.0, una forma de trabajo que busca mayor producción y tiempos de entrega más rápidos mediante la unión de varias tecnologías, tales como la computación en la nube, el Internet de las Cosas (IoT), la impresión 3D, el Big Data, la Inteligencia Artificial, la robótica, la realidad virtual y la realidad aumentada.

Según el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), la Industria 4.0 tiene grandes beneficios, como establecer una demanda en tiempo real, medición de la satisfacción del consumidor y mejora continua de productos y procesos, facilidad en la trazabilidad y automatización de procesos y flujos de trabajo, monitorización remota y descentralización de la toma de decisiones.

Este nuevo entorno industrial es todo un desafío para los gobiernos, los fijadores de políticas de educación, empleo y capacitación laboral porque deben facilitar a las instituciones educativas y de formación laboral para que los jóvenes aprendan las capacidades de trabajos que quizá aún no existen.

La buena noticia es que en el mundo hay una escasez de miles de programadores y de expertos en Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones, creando una demanda insatisfecha en todos los ambitos de la Industria 4.0 que deberá ser llenada en los próximos años.

Según Vargas Zúñiga, “no hay prácticamente ningún ámbito de la vida moderna que escape de las incidencias de la Economía Digital. Esto va a reemplazar progresivamente las labores más rutinarias y de esfuerzo físico”, aseguró, “muchos visualizan esta tendencia como una amenaza, pero es más una substitución de la demanda, algo que, si se revisa en perspectiva, ha sido la constante de la evolución en el mundo del trabajo desde la misma aparición de la agricultura (hace 4,000 años) y la posterior revolución industrial (menos de 200 años)”, destacó.