VIDEO: Salvadoreños promueven utensilios de cocina que se convierten en abono después de utilizarlos

Un grupo de jóvenes ecologistas propone la reducción en el uso de plástico a través de utensilios ecoamigables que luego de usarlos se convierten en composta y abono.

Un grupo de jóvenes profesionales propone la reducción del uso de plástico por medio de utensilios ecológicos a base de semilla de aguacate que a la vez sirven de abono orgánico. Video EDH/Moisés Rivera

Por Moisés Rivera

2021-09-18 5:40:51

Por su riqueza en fibra, almidón, ácidos grasos, entre otros componentes, la semilla del aguacate también puede utilizarse para crear una biomasa con la que es posible fabricar diversos utensilios como cucharas, tenedores y cuchillos reutilizables. Una transformación eco-amigable descubierta casualmente por un pequeño grupo de profesionales salvadoreños autodenominado Eco, una iniciativa joven que tiene la convicción de proteger el medio ambiente de El Salvador.

“Somos ‘ecologistas’ porque vemos la necesidad de cambiar nuestras acciones diarias por un planeta mejor y más verde, un planeta donde podamos tener una vida digna”, expresa Clara Berdugo, una de las fundadoras y quien es administradora de empresas gastronómicas y comunicadora. Junto a ella, dos profesionales más, un artista gráfico y una bioquímica, han incursionado en el rubro de comida y leche vegetarianas y de platillos típicos, un emprendimiento lanzado hace tres años.

Ante el uso masivo de plástico en utensilios para comida, Eco buscaba una forma de reducir su utilización, al menos desde su esfuerzo ciudadano. “Nos dimos cuenta que todo (los utensilios) es a base de petróleo y no queríamos ser alguien más que solo vende comida saludable, queríamos ser diferentes, con conciencia ecológica”, explica Clara.

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Esta conciencia los puso a pensar en formas creativas para manipular estopas de coco, morro u hojas de huerta; y aunque todo sonaba muy autóctono y fácil de adquirir, no era la materia prima ideal. Entonces “por cosas del destino”, como dice Clara, se encontraron en la web con Green Pack, una fabricante estadounidense de utensilios a base de semillas de aguacate como cubiertos, platos, tazones o vasos y que luego se convirtió en el proveedor para El Salvador.

La firma adquiere de México el 75 % del total de semillas de aguacate. El primer lote que vino al país resistió todas las pruebas: usarlo con comida caliente y congelada, dejarlo en el refrigerador y a temperatura ambiente, meterlo al microondas y enterrarlo.

Pero más que su resistencia, lo ideal radica en que estos utensilios, una vez desechados, tras un año de uso o hasta tres, llegan a convertirse en abono orgánico al entrar en contacto con el suelo. “Son súper funcionales, son duraderos y para nosotros es obligación que sean compostables, porque un producto compostable siempre va a ser biodegradable”, afirma Clara.

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Plástico, parte de la rutina

De acuerdo a un estudio de la Fundación Henrick Böll Stiftung y del movimiento Break Free from Plastic presentado en 2019, a nivel mundial se producen más de 400 millones de toneladas de plástico cada año. El mismo estudio añade que hasta 2014, Asia encabezaba con el 38 % la producción mundial de artículos plásticos de un solo uso a base de derivados del petróleo como el polietileno (usado en recipientes desechables para llevar comida). La investigación indica que los plásticos se han vuelto indispensables y parte de la vida cotidiana humana. Un escenario que no es ajeno en El Salvador.

“Al comer algo, mi comida iba a estar en contacto con un desechable que tendría una procedencia del petróleo. Eso fue lo que nos hizo ‘click’ para realizar este proyecto que cambió nuestra visión y eso es lo que hemos compartido con nuestros amigos y clientes”, expresa Clara. Los integrantes de Eco son optimistas por generar algún impacto ambiental en El Salvador mediante su línea de platos y tazones a base de peculiares materias primas como bambú, bagazo de caña de azúcar o mezcla de trigo y caña, además de los cubiertos estrella fabricados con semillas de aguacate.

“Aunque los hemos traído de otro país, eso nos está impulsando a dar un gran paso para nuestro desarrollo social y crear algo aquí en El Salvador”, dice Clara.

Precio y beneficio

Eco reconoce que su proyecto no es el más económico: las bolsas biodegradables tienen un costo de $1 y $2 las 100 unidades; los vasos de 8 y 12 onzas, $0.10 cada uno; los tazones a $0.50 y los cubiertos, $0.15 por unidad. “Esta es una opción sustentable, aunque no es la más económica frente a la convencional, pero estamos pagando por un producto de buena calidad, de procedencia orgánica, que no va a contaminar un río, ni el mar, en cambio va a proporcionar abono a la tierra. Un plástico convencional es mucho más barato, pero ese plástico allí se va a quedar”, asegura Clara.

“Voy a sembrar un planta y los voy a usar como compostaje. Es una iniciativa que como salvadoreños deberíamos seguir, porque es importante salvar a nuestro planeta”, dice Emerson Cerros, un usuario de los cubiertos de Eco. “La gente necesita ver acciones buenas y positivas para poder replicarlas. Creemos en que las pequeñas acciones siempre hacen grandes cambios”, concluye Berdugo.