Representantes de la Asociación Salvadoreña de Agencias de Carga y Transitarios (ASAC) y de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, valoraron el panorama actual de la región con respecto a la crisis en la cadena de suministros que, actualmente, afecta a nivel mundial.
Esta crisis que nació como consecuencia de la pandemia por COVID-19 ha afectado principalmente el abastecimiento de los países que importan productos desde regiones como Asia, algo que ha provocado que aumente el costo del flete marítimo hasta más del 500% y de los productos que adquieren los consumidores finales.
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Según Javier Ayala Sastre, presidente de la ASAC , esta crisis de contenedores podría extenderse hasta 2023, debido a la alta demanda que significó la reactivación económica de muchos países tras pasar varios meses de confinamiento por el coronavirus, y por la demolición de varios contenedores que las empresas de logística realizaron durante la pandemia, pues las empresas fabricantes de esos contenedores no pueden dar respuesta a esa demanda.
Esta crisis, que incluye a cientos de miles de contenedores que quedaron varados y no pudieron hacer su retorno hacia los países de origen, también ha influido en que la temporada alta que significa diciembre se caracterice por una falta de productos específicos, principalmente los que vienen desde China, aunque las gremiales no pueden señalar cuáles son los más afectados.
Muchos barcos se mantienen en agua llenos de contenedores y a la espera de espacio para atracar y descargar o cargar mercancía en puertos de China y EE.UU. Foto EDH / archivo
Algo que se le suma es también el alargue en los tiempos de espera de la importación de los productores, algo que según la ASAC ha causado que muchos comercios no hayan tenido suficiente inventario para afrontar la temporada, aunque aclaró que aquellos que sí han logrado traer producto en estas fechas lo han hecho pero con precios muy altos.
A propósito de esos comercios, Camarasal realizó una encuesta regional en el mes de agosto para medir cuál era el impacto que habían experimentado tras esta crisis, y la misma arrojó que el 92% de las empresas regionales y el 93% de las empresas nacionales habían sufrido aumento en sus costos de producción por el alto costo del transporte.
Esto se traduce en que los negocios aseguran que los aumentos van desde los 400% en la mercadería que viene desde hacia, y hasta 200% en la mercadería que viene desde Europa.
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"Esta crisis está impactando el costo de los productos para el consumidor final, algo que ya se está reflejando en el alto nivel de inflación, lo que es algo histórico, pues hasta el mes de octubre ya superaba el 5%", afirmó Karla Méndez, la coordinadora de la Dirección de Asuntos Económicos de Camarasal.
Méndez también señaló que muchos de los productos que se consumen en temporada alta (noviembre, diciembre) se están desplazando hacia la temporada baja del año 2022 (enero, febrero) debido a los retardos que se están dando en el transporte de mercadería.
La representante de Camarasal añadió que la crisis no es sostenible para las empresas que están absorbiendo esos costos extras, pues en el largo plazo tendrán que incrementar incluso más los precios de los productos.
Ante esto, Méndez aseguró que desde la gremial ya han entregado diversas propuestas al gobierno para que pueda realizar acciones de cara a la crisis actual, mismas que incluyen la eliminación temporal del impuesto de importación.
"Esperamos que en los próximos días podamos dar buenas noticias, para poder contrarrestar el impacto de está problemática mundial", agrega la representante de Camarasal.
No obstante, el presidente de la ASAC también dijo que en las últimas semanas ya se están viendo avances en la crisis, pues varios puertos de China comenzaron a descongestionarse y el alto costo del flete (que entre septiembre y octubre llegó hasta los $20,000) podría reducirse para enero hasta costar alrededor de los $16,000.
Por ello, la gremial considera que el año 2022 será muy similar al 2021 en términos de la crisis pero que, muy probablemente, sea mejor en la medida en que se vaya recuperando la situación en la cadena de suministros, algo que se verá impulsado por la reducción de la demanda de consumos que ha provocado la inflación en general.