Samuel Salazar: “Los emprendimientos tienen que digitalizarse si quieren sobrevivir”

Los despidos y reducción de ingresos han obligado a muchos salvadoreños a emprender nuevos negocios, pero según Samuel Salazar, si estos no se desarrollan digitalmente, no serán sostenibles ni competitivos en el futuro.

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Samuel Salazar, director de Proinnova. Foto EDH / Cortesía

Por Karen Molina

2020-09-02 8:30:27

La difícil situación económica que enfrentan miles de salvadoreños tras el confinamiento para evitar el COVID-19, ha provocado el surgimiento de incontables emprendimientos con el fin de generar ingresos.

Samuel Salazar, director de Proinnova, una incubadora de ideas y emprendimientos de Fusades y director para El Salvador de la Red Global de Emprendimientos reconoce la loable labor de los salvadoreños por mantener viva la actividad económica, pero en esta entrevista también advierte a los pequeños negocios que deben buscar más financiamiento y sobre todo, digitalizarse para que su negocio no sea pasajero y más bien, logre la sostenibilidad necesaria para competir y generar más empleos en el futuro.

Pero para lograrlo también es necesario que existan mejores condiciones como un mejor ancho de banda para que la conectividad sea efectiva y más financiamiento y mentorías.

En estos últimos meses han surgido miles de emprendimientos, muchos motivados por la necesidad frente al desempleo y reducción de ingresos. Cómo evalúa usted el surgimiento de estos nuevos negocios?

Habría que decir que la gente salvadoreña es bien acusiosa y logra determinar estas necesidades en el mercado por toda la gente que quedó sin empleo y se han desarrollado una gran lista de negocios. En particular nosotros vimos crecer, en los primeros dos meses de la pandemia, muchos negocitos de delivery, muchos negocios de atención a los hogares en cuanto a despacho de mercadería. Se ha visto un dinamismo diferente en las últimas cinco semanas en lo que tiene que ver con los servicios que se habían quedado aletargados.

Vale decir que muy poco se ha visto desarrollo de productos. Lo que hemos visto, en particular, ha sido emprendedores dando asistencia a empresas para desarrollar sus páginas web, todo lo que tiene que ver con el e-commerce. Esto es muy interesante y creo que una de las grandes lecciones que la pandemia nos está dejando es que en realidad estábamos atrasados en todo el tema de desarrollo digital, en el comercio electrónico y que, en alguna medida ha mejorado en estos cinco-seis meses que llevamos de pandemia.

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¿Cuáles son algunas de las cosas que cree que todavía falta ajustar en ese sentido?

A las empresas todavía les hace falta ajustar muchas cosas para mejorar esta situación. La situación que tenemos de la baja conectividad y el ancho de banda en el país no ayuda. Las empresas telefónicas tienen que hacer algo por ayudarnos a mejorar la conectividad tanto en la parte educativa como en la parte de los negocios. Los anchos de banda están malos. Profesores, psicólogos y otros pudieran crecer si tuviéramos mejores servicios de conexión de internet. Un psicólogo bien podría dar servicios en línea, pero así como está la conectividad en el país es imposible hacerlo.

¿Cómo cataloga los emprendimientos que están surgiendo ahora?

Básicamente la mayoría de emprendimeintos se catalogan como “emprendedores por necesidad”. No vemos emprendedores en la cresta de globalizarse, con una visión clara de mercado. Lo que seguimos viendo son emprendedores que están ahí porque se quedó sin trabajo la persona y buscó qué hacer. En las redes sociales se mira cómo ha crecido la oferta de productos alimenticios. Uno mira en Instagram cómo hay gente que está haciendo donas, comida, etc. Eso en realidad es loable, es interesante verlo, sin embargo hay que tener claro que eso surgió por la necesidad que la gente tiene de generar nuevos ingresos. Imáginese 84,000 personas que se han quedado sin empleo… tienen que buscar qué hacer.

Si estos emprendimientos son por necesidad, qué tanto futuro tendrían después pase lo peor de la pandemia?

Dos cosas ahí: sí, definitivamente es dudosa la sostenibilidad o el largo plazo en estos emprendimientos. Lo que se le debe enseñar al emprendedor en estos momentos, inclusive a las pymes es a “pivotear”, que es básicamente como hacemos en básketbol: uno se apoya en un pie, gira, gira hasta que ve la oportunidad de salir corriendo por algún espacio. Eso mismo se le debe enseñar a los emprendedores. Ya que están en ese negocio, ya que se animaron, que no desistan y que vayan buscando un mecanismo. Si al salir de esta pandemia ese negocio no pinta bien, pues que aproveche otra oportunidad y el ímpetu y capacidad que han desarrollado para generar otro. Estamos viendo un horizonte de la economía muy complicado y si la empresa, que ya está en el mercado no puede hacer este pivoteo, esta reingeniería, va a ser difícil.

Foto EDH / Cortesía

Proinnova tiene registro de cuántos nuevos emprendimientos han surgido durante la pandemia?

En general no, pero tenemos algunos datos que nos muestran cómo se han comportado. En el caso del servicio delivery, por ejemplo, solo en las primeras 5 semanas de la pandemia habían surgido más de 41 empresas de delivery. Creo que hubo un dinamismo bien elevado en las primeras semanas en torno a eso. Lo que pasó después es que surgieron varias empresas que daban servicios de e-commerce y vimos cómo subió la cantidad de empresas publicándose en redes sociales.

En poco tiempo hemos visto unos 60 nuevos emprendimientos que ya están facturando. Si son sostenibles… esa es la gran pregunta.

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¿Y qué se necesita para que estas empresas sean sostenibles y competitivas?

Este es en realidad en gran reto y nosotros en Proinova nos hemos propuesto ayudar a esos emprendimientos. Tenemos un proyecto llamado Listo en el que vemos un análisis profundo de la situación actual y ayudarles a que no pierdan ese horizonte y puedan desarrollar esos productos, modelos de negocios y mercados.

Claro, porque aquí hay nuevos emprendimientos, pero también otros que iban comenzando.

Y eso es lo que más preocupa porque habían unos que ya estaban formalizados. Esas empresas nos preocupan más porque ya tenían un mercado establecido y la demanda de sus productos y servicios sigue estando allí. Eso es preocupante y hay que ayudarles, lo cual en buena medida demanda recursos financieros. Se demanda que las instituciones financieras y el gobierno los apoyen. Supimos de este Fideicomiso pero hasta hoy no lo tenemos claro si va a haber o no. Eso sería un gran apoyo para que las empresas salgan de la situación que han vivido.

¿Cómo ve el protagonismo de Conamype en ayuda a emprendedores?

Hay que entender que a los gobiernos les cuesta un poco de tiempo entender la problemática en la que están. Creo que todavía es limitada la situación pues Conamype ha estado tratando de apoyer en servicios de capacitación y de asistencia, pero todavía la parte de transferencia de recursos financieros, no la vemos. Hace falta hacer más cosas.

¿Y desde Proinnova, cuál es su aporte?

Tenemos varios frentes: estamos en el desarrollo de un programa que se llama AgroInnova en el que hicimos un llamado a que emprendedores que tuvieran ideas nuevas o estuvieran en dificultades, etc. Tuvimos más de 150 empresas que inscribieron sus ideas y ahora estamos por capacitarlos en 13 talleres que vamos a dar de aquí a octubre. Acá estamos entrando con empresas de alimentos y ampliamos con empresas que tienen que ver con hostales y restaurantes para ayudarles en las complicaciones que tuvieron, pues vimos que son los más afectados.

Luego tenemos un programa de transformación digital en el que estamos apoyando a empresas a irse hacia el e-commerce. Estamos con varios socios apoyando a empresas y de eso vamos a sacar el programa completo para hacer su transformación.

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Es que hoy, si no se involucran en esta era digital,corren el riesgo de quedar fuera…

Exacto! Y no solo es el e-commerce sino todo lo que tiene que ver con digitalizar. Mientras más digitalización tengan más capacidades van a tener para competir y ahí es donde nosotros estamos encontrando las dificultades porque las empresas tienen muy poco conocimiento sobre esto, de herramientas, de mecanismos digitales.

¿Es todavía difícil para las empresas digitalizarse?

Totalmente. Es difícil, complicado y es que el andamio en el que nos paramos es bien difícil. Uno empieza a ver, por ejemplo, en el Centro Nacional de Registros (CNR), es difícil que entiendan la digitalización. Entonces, una empresa metida en ese mundotambién se torna difícil. Todo el ambiente no está propicio para eso y las empresas se han ido acomodando a lo que el ambiente va exigiendo.

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