La situación que viven los pescadores artesanales y curileros en el país cada vez se torna más dificil, ya que aseguran que carecen de apoyo técnico y recursos para desarrollarse, además de la falta de una nueva Ley de Pesca que regule los precios.
Armando Erazo, vocero oficial de la Federación de Cooperativas de Productos Pesqueros La Paz (Fecoopaz de R.L.), ubicada en San Luis La Herradura, La Paz, asegura que por años los pescadores artesanales no solo enfrentan pérdidas en la comercialización de los productos, sino que nunca han tenido apoyo técnico y de recursos que les ayude a desarrollarse.
“Por años las condiciones de los pescadores artesanales han sido precarias, aquí en islas como El Cordoncillo, donde viven unas 300 familias que cuidan los terrenos de gente pudiente, nunca han tenido electricidad y muchos aquí hay días que no sacan nada y tienen que rebuscarse con algo más para ir viviendo, y lo que necesitan es apoyo técnico, recursos pesqueros”, expuso Erazo.
En el municipio de San Luis La Herradura hay un fuerte nicho de pescadores que viven tanto en el casco urbano como en las diferentes islas e islotes del Estero Jaltepeque, la más famosa es la Isla Tasajera, luego están La Calzada y El Cordoncillo.
Para Axel Pérez Palacios, pescador artesanal, la vida del pescador, curilero y camaroneros artesanales es dura por la falta de recursos y se agudizó con la pandemia, ya que nadie compraba los productos y generó una marea que solo los arrastró a endeudarse.
“Esta vida no es fácil y con la pandemia y las tormentas se puso peor; nosotros aquí vamos coyol quebrado, coyol comido y como las compradoras imponen el precio, aunque nosotros somos los que nos tiramos arduas jornadas en la pesca, somos los que menos ganamos”, contó Pérez Palacios.
Walter Antonio Peña, pescador de la Isla Tasajera, señaló que uno de los grandes problemas es que nunca han tenido apoyo técnico de gobiernos locales ni centrales y tampoco líneas de créditos blandas para comprar equipo pesquero.
“Nosotros aquí en la isla vamos a pescar y el pescado nos los compran los acaparadores, ellos nos dicen que no hay comercio y nos pagan incluso la libra de camarón a $3; hay pescado que ni lo quieren y nos quieren pagar a $0.10 o $0.20 la libra y ahí sí nos urge una regulación, porque para ganar algo hay que vender mucho”, relató Peña.
Pero el sector no se limita solo a la captura de diferentes especies de peces, también están quienes trabajan de extraer conchas, conocidos como curileros.
Victoria Peña, de 59 años de edad, inició en la extracción de conchas en los manglares al rededor de Tasajera a los 8 años y aunque aseguró que le gusta su trabajo, recalcó que es bien sacrificado y muy poco gratificante.
“Es duro, para poder reunir un ciento de conchas hay que buscar en medio del lodo de los manglares unas seis horas y el ciento apenas lo pagan a $12; nosotros solo ganamos para el café y el pan”, expresó Peña mientras buscaba los curiles.
Deuda histórica
Gregorio Ramírez, coordinador territorial de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), señaló que el estado salvadoreño tiene una deuda histórica con el sector pesquero, principalmente con el mecanismo de “discriminación” de precios dentro del cual los pescadores son los que menos ganan.
“Es una deuda histórica del Estado y del mercado en potenciar a este sector que contribuye al Producto Interno Bruto y que es una población que su medio de subsistencia principal es la pesca y uno de los problemas centrales que sufre este sector es que hay una discriminación de precios en el que los restaurantes, hoteles, supermercados u otros son los que determinan los precios de los productos y no los pescadores”, resumió Ramírez.
El miembro de UNES dijo que es urgente una regulación proporcionada, pero que lamentablemente “el papel de la Dirección General de Desarrollo de la Pesca y Acuicultura (Cendepesca) se reduce a la producción pesquera y el uso de los recursos marino costeros, es decir solamente a la extracción”.
¿Qué dice Cendepesca?
El recién nombrado director de Cendepesca, Fracisco Saca, aseguró que su objetivo es levantar al sector, pero para ello se necesita orden en muchos aspectos.
“Cendepesca no tiene competencia para la regulación de precios, considero que en algún caso podría ser el Ministerio de Economía; ahora, capacitación sí hay y es necesario que los pescadores se ordenen y busquen esos apoyos técnicos que Cendepesca ofrece y, por otro lado, se debe imponer vedas para que las especies se reproduzcan y lleguen a sus tallas”, apuntó Saca.
El presidente de la Fundación Propesca, Ovidio Erazo, dijo que espera que “Cendepesca trabaje con el sector para potenciar y ayudar a que los pescadores artesanales tengan una ganancia justa y mejores condiciones de vida”.
Se necesita un registro
Solo el 25 % está en cooperativas
Del total de la población pescadora artesanal, solamente el 25% se encuentra organizado en cooperativas locales que facilitan la venta del producto en el mercado. El promedio de ingresos mensuales de los pescadores es de $290.34, siendo la tercera actividad con menor ingreso económico en El Salvador, según un estudio de Gregorio Ramírez, de la UNES.
carnetización
Actualmente Cendepesca se encuentra carnetizando a los pescadores artesanales.
Frases
“Para levantar al sector pesquero y curilero se necesita capital semilla y asistencia técnica y alimentos a los curileros que son los que menos ganan”.
Armando Erazo, vocero de fecoopaz de RL
“Hay desigualdad por el mecanismo de discriminación de precios; hoteles restaurantes y imponen precios y no los pescadores artesanales.
Gregorio Ramírez, coordinador territorial de la UNES
“Cendepesca no tiene competencia sobre regulación de precios; por otro lado sí se da asistencia técnica desde Cendepesca y vamos a trabajar con el sector para levantarlo”.
Francisco Saca, director de Cendepesca
Cifras
50,000
pescadores artesanales hay en El Salvador, según Propesca y 150,000 más dentro de la cadena productiva de este sector.
300%
Según la UNES, restaurantes, hoteles y supermercados ganan ese porcentaje a los productos que le compran a los pescadores artesanales.