La baja de ingresos por ventas para el sector comercio continúa siendo del 50% durante las primeras semanas de reapertura económica, aseguró el presidente de la Cámara de Comercio e Industria, Jorge Hasbún, tras hacer una evaluación del el comportamiento de la economía luego del paro productivo obligado por la pandemia del COVID-19.
Desde el inicio de la cuarentena los agremiados de la Cámara resintieron el desplome de sus ingresos por ventas que superó el 75% de la facturación que registraban previo a la emergencia.
Esto les obligó a tomar decisiones difíciles, desde la reducción y suspensión de operaciones hasta el cierre definitivo de sus locales.
Mientras que las empresas que pudieron seguir trabajando lo hicieron con una operatividad muy reducida.
“En ocasiones vimos niveles de operación que oscilaron entre el 20 y el 60% de la capacidad instalada de muchas empresas”, destacó.
Hoy, tras casi un mes de que la economía se abriera completamente, los comercios aún no pueden hablar de una recuperación.
Para el presidente de la gremial aún es prematuro hablar de recuperación económica pues considera que esta dependerá de diversos factores: los incentivos para la inversión y la certeza y seguridad jurídica para los empresarios.
Hasbún agregó que el comportamiento de la demanda, dependerá de los ingresos disponibles de los consumidores y la restauración de la confianza en el cliente y que esto pasa por la aplicación de medidas de prevención y el éxito en el manejo de los negocios que se vea en las próximas semanas.
También influirá la agilización de los recursos paliativos para los estragos de la crisis pues aún no están disponibles los fondos del Fideicomiso para apoyar a las micro y pequeñas empresas.
La Cámara realizará, entre la última semana de septiembre y la primera de octubre una quinta encuesta empresarial, que procurará medir lo que ha pasado a partir de la reapertura.
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Por su parte la ministra de Economía, María Luisa Hayem, reconoció ayer que muchas pequeñas y medianas empresas no podrán sobrevivir a la crisis pues asegura que el Gobierno no tiene los recursos necesarios para las medidas de alivio para las pequeñas y medianas empresas.
“Seguramente las empresas desde las más pequeñas hasta las más grandes enfrentan retos de liquidez y proyectos que habíamos desarrollado para poder brindar subsidios y créditos blandos. Desafortunadamente esos proyectos quedaron estancados en la Asamblea”, dijo.
Sus declaraciones contrastan con el dinero que han obtenido en los últimos meses y que no se ha entregado a las pequeñas empresas, pese a que se aprobó un Fideicomiso para apoyar la liquidez de las empresas, sobre todo las micro y pequeñas.
El Gobierno logró $1,000 millones en bonos de los cuales $600 irían destinados a las empresas a través del Fideicomiso, pero este dinero fue utilizado en gasto corriente.
Expectativas a corto plazo
Ahora ya con la reactivación económica en marcha, Hasbún menciona que una tercera parte de los agremiados estima una recuperación de entre 3 y 6 meses, pero otra tercera parte considera que se tratará de más de un año para recuperarse y que dependerá del sector o giro del negocio.
“Necesitamos inyectar liquidez a las empresas para que puedan seguir operando y para que más empleos se salven. Adicionalmente, insistimos en la necesidad de tener un plan económico claro y certero de reactivación, clave para que todos los sectores productivos comiencen a recuperarse”, destacó Hasbún.
Como sector esperan que la actividad comercial vaya recuperándose poco a poco, aunque existe conciencia de que aún no van a volver a ver los números previos a la pandemia.
“Como sector productivo y como gremial empresarial siempre hemos estado dispuestos a trabajar, a ser solidarios entre privados, para que la economía se reactive”, detalló Hasbún.
Problemas que enfrenta el sector
* Pobre orientación por la parte oficial para la reactivación: en protocolos y medidas a implementar.
* Nulo acceso a fondos (créditos blandos) para honrar sus compromisos que quedaron descubiertos durante la emergencia. Seguimos esperando el
* Fideicomiso para inyectar un poco de liquidez a la micro, pequeña y mediana empresa afectada.
* Poca certeza: la situación se sigue manejando con intereses políticos, en muchas ocasiones, y aún no vemos un plan económico claro para la reactivación de la economía.
* Baja demanda: Los clientes aún no recuperan la confianza para visitar muchos negocios y continúan en la incertidumbre de lo que sucederá en el mediano y largo plazo con nuestra economía.
* El endeudamiento: los negocios informales y la MIPYME optan por financiar sus operaciones con deuda cara (tarjetas de crédito y préstamos personales), porque no existen condiciones para acceder a opciones más viables y acordes a sus rendimientos. Esta condición probablemente agudizará la situación de endeudamiento a tasas altas si la economía no logra dinamizarse en el mediano plazo.